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La serie documental de Pedro Sánchez: ¿oportuna u oportunista?

El funcionamiento interno de la Moncloa y la cara humana de su inquilino alimentan un polémico proyecto audiovisual que ha sido criticado por su "aroma propagandístico".

Pedro Sánchez, en la serie documental sobre su cara humana y el funcionamiento interno de la Moncloa.
Pedro Sánchez, en la serie documental sobre su cara humana y el funcionamiento interno de la Moncloa. Secuoya Studios / The Pool

Las cámaras, hasta la cocina… de Pedro Sánchez. La serie documental sobre "la dimensión más personal y humana de La Moncloa" y del presidente del Gobierno, en palabras de Secuoya Studios, ha levantado más ampollas tras la difusión de un tráiler en el que se le ve departiendo con su equipo, desayunando con su esposa o paseando a sus perros. Cuatro capítulos en los que se explicará cómo funciona la sede y residencia presidencial, por una parte, y cómo es la vida de su inquilino en la distancia corta, por otra.

"Tras percibir que su imagen era fría y distante, la estrategia de Moncloa pasa por humanizar a Sánchez, pero así no se consigue, porque él es consciente de que lo están grabando y puede resultar impostado", cree la politóloga Cristina Monge, quien recuerda la foto del presidente con gafas de sol en el Falcon se ha sustituido por la de un mandatario en camisa vaquera o remangada. "Antes de la serie ya ha habido muchos gestos con ese objetivo", añade la presidenta de + Democracia, quien apela a la prudencia a la hora de juzgar un documental que todavía se está rodando y que está pendiente de fecha de estreno.

Las críticas de algunos políticos y ciudadanos, canalizadas a través de las redes sociales, aluden al No-Do y a Aló, Presidente, el programa televisivo de Hugo Chávez. Sin embargo, no cabe ninguna comparación y las diferencias son patentes, pues la serie sobre la Moncloa se enmarca en un formato que busca sacar a la luz las interioridades de instituciones, organizaciones y personalidades. "Es algo habitual en otros países. No hemos descubierto América, pero en España llama la atención", comenta Monge.

Frecuente en Estados Unidos, en Europa ya se han visto cintas sobre Emmanuel Macron, las escuderías de la Fórmula 1 o el equipo ciclista Movistar, por citar dos ejemplos deportivos ajenos a la política. La propia Secuoya ha producido, dentro de su área de no ficción, el programa Policías en acción y los documentales Los secretos de la Roja y Voces de una ciudad, un largometraje sobre Madrid a cargo de Curro Sánchez Varela, también director de la producción sobre Sánchez, que constará de cuatro capítulos.

"Esto no es un encargo, sino una serie documental en la que dos productoras privadas arriesgamos nuestro capital porque pensamos que puede generar interés y tener una proyección internacional", deja claro Eduardo Escorial, director de contenidos Unscripted (sin guion cerrado) de Secuoya Studios. "Buscamos un contenido relevante y diferencial, por lo que ha sido un privilegio meter las cámaras en la Moncloa. Además, creemos que a los ciudadanos les generará curiosidad ver cómo funciona la institución desde la que se dirige el país", añade Escorial, quien considera que la cinta "pone en valor a muchos trabajadores que se dejan la piel cada día".

El rodaje, que comenzó el pasado marzo, finalizará en primavera. Aunque todavía no han apalabrado con ninguna plataforma su difusión, dos de los cuatro capítulos podrían estrenarse el próximo año. El 28 de mayo se celebrarán elecciones municipales y autonómicas (Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja), mientras que las generales podrían ser en noviembre. ¿Sería su emisión antes de los comicios oportuna u oportunista?

"El timing no es apropiado", opina el politólogo Carlos Rico. "Con las elecciones a la vuelta de la esquina, tiene cierto aroma de propaganda y de resaltar la figura de Pedro Sánchez, por mucho que digan que el objetivo sea explicar cómo funciona la Moncloa", apunta el profesor de la Universidad Pontificia Comillas, quien apela a la prudencia hasta que se emita y pueda verse su contenido. "Pese a que el director no está politizado, será percibido como un intento de dejar en muy buen lugar a Sánchez, por lo que no me parece oportuna ni apropiada. La haga como la haga, aunque sería bueno que hubiese voces críticas".

Pedro Sánchez y Joe Biden, en la serie documental sobre el funcionamiento interno de la Moncloa.
Pedro Sánchez y Joe Biden, en la serie documental sobre el funcionamiento interno de la Moncloa. Secuoya Studios / The Pool

Cristina Monge opina que la serie habría sido criticada antes, ahora y después. "¿Podría haberse estrenado hace un año? Sí, pero entonces todavía se estaba gestionando la pandemia. Si no se puede hacer nada antes de las elecciones, bloquearemos el país durante un año. Deberíamos relajarnos un poco, porque de lo contrario la legislatura se reduciría a la mitad", matiza la politóloga. El coronavirus, sin embargo, ha dado paso a la guerra de Ucrania y sus consecuencias, una época intensa en la que la Moncloa abre sus puertas a las cámaras.

"En una Presidencia del Gobierno no hay ningún momento bueno ni de calma. Hoy es la inflación y la crisis energética, pero ayer fue la burbuja inmobiliaria o la deuda externa. Constantemente suceden cosas y nunca se da el timing [calendario] adecuado para rodar un documental, porque la Moncloa es un sitio caliente que no para. Otra cuestión es el timing político para emitirlo", deja claro Javier Lorenzo, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid.

El experto en campañas electorales y partidos políticos distingue entre dos escenarios. El primero, que la óptica de la serie sea la Moncloa como centro de la toma de decisiones, con el objetivo de acercar la institución al ciudadano y mostrar el "esfuerzo" que se realiza más allá de la foto protocolaria. El segundo, que busque vender la personalidad de Sánchez y mostrar su lado humano —en un momento de bajo nivel de confianza en la clase política—, una fórmula a la americana y "tradicional" en otros países.

"Habrá lío si se estrena antes de la campaña electoral y su ángulo es más personal, porque aprovecharía su presencia en el Gobierno para venderse como mejor candidato, lo que abre un debate sobre si ese uso de la Presidencia es éticamente reprobable", cree Javier Lorenzo, quien considera sin embargo que electoralmente no tendría ninguna consecuencia. "El efecto en el voto sería nulo. En realidad, solo sirve para que los medios y los analistas discutamos sobre el asunto, aunque sería positivo que tuviera un impacto en la revalorización de la institución, sea el Gobierno de izquierdas o de derechas".

Jaime Aja Valle, profesor de Sociología de la Universidad de Córdoba, opina en cambio que el efecto suele ser positivo, si bien en un clima de polarización como el actual podría reforzar el rechazo a Sánchez de sus detractores y limar las asperezas de los antiguos socialistas desencantados. "Pese a que los documentales sobre candidatos y mandatarios son comunes en todo el mundo, éticamente no me parece aceptable. Sin embargo, hay que entenderlo como un intento de contrarrestar, acertada o desacertadamente, la animalización de la figura del presidente".

En los últimos años, según el sociólogo, se ha acelerado la despersonalización del enemigo y, en el caso de Sánchez, ha sido presentado "no como un mal presidente, sino como una bestia que encarna la Antiespaña que quiere destruir el país", explica este experto en comportamiento electoral, quien abogar por legislar sobre la difusión de este tipo de productos audiovisuales en períodos electorales. "Habría que preguntarse cuál es el límite entre la comunicación de la gestión política y la propaganda. La frontera actualmente es muy difusa, por lo que tendría que haber un consenso para delimitarla".

Javier Lorenzo pone en duda el efecto positivo en las urnas entre los votantes indecisos y los socialistas distanciados de Sánchez. "Hay tantos insumos de información que es difícil diseccionar su peso en la elección final del voto. Depende de cuánto se hayan alejado del candidato, si bien el acercamiento no depende de la emisión de un documental. Otra cuestión es que sea sorprendente, porque podría suponer un punto de inflexión, como cuando se sobresale en un debate. Puede ser un aldabonazo positivo… o negativo", relativiza el experto en campañas electorales.

Las productoras Secuoya Studios y The Pool aseguran que la intención es poner el foco sobre lo que sucede dentro de las paredes del Palacio de la Moncloa, donde "trabajan con una abnegación y una discreción absolutas", aunque también han acompañado al presidente a encuentros internacionales como el Consejo Europeo extraordinario donde se negoció la excepción ibérica para limitar el precio del gas. "Lo habríamos retratado fuese cual fuese el resultado", asegura el responsable de Secuoya, quien recuerda que ya ha producido documentales observacionales en torno al Ejército y la Policía.

"No es sobre el PSOE o Pedro Sánchez, sino sobre la Moncloa. Y él es el trabajador principal del Palacio, por lo que muchos aspectos orbitan en torno a su figura", insiste Escorial, quien no dudaría en hacer lo propio con un presidente conservador. "Me encantaría que este ejercicio de transparencia fuese más habitual. De hecho, no somos los primeros que hemos intentado sacar adelante un producto similar, pero los anteriores se quedaron en intentos", añade el productor, cuya intención es distribuirlo internacionalmente, pues considera que a las plataformas les resulta atractivo un contenido "exclusivo" como este.

Pedro Sánchez y Begoña Sánchez, en la serie documental sobre el funcionamiento interno de la Moncloa.
Pedro Sánchez y Begoña Sánchez, en la serie documental sobre el funcionamiento interno de la Moncloa. Secuoya Studios / The Pool

Aunque en su web figura como La Moncloa, podría titularse Las cuatro estaciones. Escorial no habla de fechas de emisión, porque todavía no han encontrado a un comprador que lo incluya en su oferta, pero reconoce que tendría "más gancho" si se emitiese lo antes posible, porque de lo contrario perdería "vigencia". Manda la actualidad: la guerra de Ucrania, sus consecuencias económicas y los movimientos de fichas en la geopolítica mundial.

"Si hace un año nos dicen que por el camino iba a estallar un conflicto internacional, con todo lo que ha acarreado, no nos lo hubiésemos creído. De hecho, el documental que teníamos en la cabeza no es el mismo que el actual", reconoce el directivo de Secuoya, quien deja claro que no tiene la "certeza" de que conseguirán venderlo: "Estamos asumiendo el riesgo del productor de toda la vida".

Los expertos consultados no creen que sea un producto acertado. "Lo que avanza el tráiler no es nada del otro mundo, pero da la sensación de desconexión con la realidad. Es el momento de arreglar los problemas, porque la gente está muy angustiada, y no de hacer un documental, por muy aséptico que sea", sostiene Carlos Rico. "Más allá de que pueda convertirse en una oda a la figura del presidente, algo que aún no sabemos, esta no es la manera de humanizar a Sánchez. Resulta imposible mostrarse cercano cuando desayunas con tu mujer ante una cámara", afirma Monge.

"Desnaturaliza la situación, porque la estás impostando. Uno no se comporta igual frente a un equipo de grabación", concluye Javier Lorenzo, quien critica que la serie se adentre en las tripas de la Moncloa y, al mismo tiempo, en el corazón de Sánchez. "Juegan a las dos bazas, lo peor que pueden hacer. La inconcreción horada cualquier ejercicio de transparencia y de tratar de acercar la institución a la ciudadanía, porque es una aproximación partidista".

El profesor de Ciencias Políticas considera que hay que tener un objetivo claro. "En el fondo, la parte íntima no deja de ser un vídeo promocional de Sánchez. Es muy lícito, pero no debe mezclarse con las cocinas de la Moncloa y lo que significa el complejo", concluye Lorenzo. "Una habla de la sede de la Presidencia del Gobierno y otra, del ocupante. O sea, combinan un acto de campaña para vender a un presidente próximo con lo que podría ser un bonito documental en la línea presidencialista de EEUU y de la moda de las series sobre equipos deportivos, que muestran la tensión, la adrenalina, la toma de decisiones y, en definitiva, lo que no vemos. Son dos cosas distintas que, al mezclarlas, pierden valor".

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