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Nanni Moretti celebra el cine con una comedia musical antifascista y antiestalinista

El cineasta hace una película celebración del cine visto en el cine. 'El sol del futuro' imagina "un nuevo cine y una nueva sociedad" alejados de la corriente ultraderechista que invade Italia.

Nanni Moretti celebra el cine con esta película.
Nanni Moretti celebra el cine con esta película. Caramel Films

"No me resigno en absoluto, no me resigno". Nanni Moretti, uno de los grandes del cine italiano, se resiste a someterse a la dictadura de las plataformas, los algoritmos y el cine como producto de consumo. Y desde esa obstinada resistencia ha rodado El sol del futuro, un divertidísimo homenaje al cine visto en el cine, "un acto de amor frente al cine y un gesto de confianza frente al público para este tipo de películas". 

Estrenada en la reciente edición del Festival de Cannes, la película es comedia, es musical, es cine político, historia de amor y desamor... Y como siempre, es Nanni Moretti autocontemplándose, autoexplorando su propio cine y la forma en que el tiempo, la creciente violencia del sistema capitalista y cierto desprecio por la cultura y por los ideales afectan al cine como arte y a su vida como artista.

"Giovanni tiene mucho de mí", confirma Moretti, que escribe, dirige y protagoniza la película en la que interpreta a un veterano director de cine que prepara una película política, una historia ambientada en 1956, en el momento de la invasión soviética de Hungría. "¿Pero había comunistas en Italia?". La ignorancia sobre la historia reciente de Italia invade la reunión de la película de Giovanni, al que asalta la desesperación ante tanta incultura.

No es, sin embargo, el mayor problema al que se enfrenta este hombre, un tipo que ha vivido en paralelo con el cine y que confía todas sus esperanzas y todas las alegrías de la vida a él. Con una mujer intentando divorciarse y un coproductor francés completamente arruinado, Giovanni se empeña en seguir adelante con este proyecto contra todo obstáculo y, a su pesar, contra este tiempo.

Y llegaron las plataformas

Cine antifascista y antiestalinista (la película real y la de la ficción), El sol del futuro intenta "ser una película que sorprenda al espectador. Hay que intentar hacer películas diferentes de todo lo que el espectador tiene todos los días en su casa, en la televisión o bien en el ordenador", afirma Moretti, que señala que la crisis del cine "estaba ya antes".

"La crisis del cine atañe sobre todo a las películas de nivel medio"

"Luego llegaron las plataformas y luego llegó también la pandemia, así que ha habido varias fases, varios peldaños en esta crisis del cine. Y pienso que la crisis del cine atañe sobre todo a las películas de nivel medio. Hablo de la crisis del cine, si es que queremos llamarla así, porque mientras siempre hay un motivo para salir de casa e ir al cine, a ver o un filme de autor o una de esas películas espectaculares. Las que sufren más con esta crisis del cine son precisamente las producciones de nivel medio".

El sol del futuro.
Barbora Bobulova y Silvio Orlando, los protagonistas de la película 'El sol del futuro'. Caramel Films / Público

Y hablando de plataformas, a estas dedica una de las secuencias más cómicas de la película, un momento brillante, hilarante, con el que explica en menos de un minuto el método perverso de este sistema. "Quiero subrayar que en la película digo Netflix porque no quería utilizar un nombre falso como Starflight, por ejemplo. Digo Netflix para representar a todas las plataformas, a Amazon, Disney, etcétera, etcétera".

Posiciones ideológicas indefendibles

El sol del futuro es una película "en la que se nota, se ve, que hay muchísima confianza en el cine", subraya el cineasta, que, sin embargo, se apresura en añadir a esta afirmación un "lo que no me gustan son las personas que a través de sus libros, a través de sus películas, intentan vender solo una visión negativa del futuro. A mí siempre me gusta transmitir esperanza y esperar que las ideas de progreso puedan salir ganando claramente".

"¿Cómo se puede ser negacionista cuando estamos frente a tal crisis climática?

Por supuesto, como él mismo reconoce, en estos días de gobierno ultraderechista en su país, "la situación no es de lo más sencilla, sin embargo, lo que me preocupa son determinadas posiciones ideológicas que no son defendibles, por ejemplo, ¿cómo se puede ser negacionista cuando estamos frente a tal crisis climática? Esto es lo que no puedo entender, las posiciones de este tipo tan simples e irracionales. Sin embargo, esta exposición, estas ideas, desafortunadamente, han permitido a Trump en Estados Unidos que se convierta en presidente".

Una nueva sociedad posible

En la película, Moretti acude a la voz de una generación que se tomaba en serio la política, que comprendía la ética de la política y, sobre todo, del arte. Y reconoce que su "trabajo como espectador siempre ha tenido una influencia en mi trabajo como director". El cineasta confirma que está muy ligado al cine de autor de los años 60 y recurre a las primeras películas de Bertolucci, de Pasolini, de los hermanos Taviani, de Ermanno Olmi, de Marco Ferreri, a la nouvelle vague en Francia, a Skolimowski y Polanski en Polonia, al free cinema en Inglaterra...

Matthieu Amalric y Nanni Moretti, en una secuencia de la película 'El sol del futuro'.
Matthieu Amalric y Nanni Moretti, en una secuencia de la película 'El sol del futuro'. Caramel Films
"Era un cine que buscaba un nuevo posible lenguaje cinematográfico y también una nueva posible sociedad"

"Yo estoy ligado a ese tipo de cine de autor. Era un cine que buscaba un nuevo posible lenguaje cinematográfico y también una nueva posible sociedad. Era un cine que rechazaba el cine que había recibido en herencia de sus padres y era un cine que rechazaba a la vez la sociedad que habían recibido en herencia de sus padres y prefiguraba, digamos, imaginaba tanto un nuevo cine como una nueva sociedad y unas nuevas relaciones entre las personas. Un cine que se interrogaba a sí mismo en la búsqueda de un nuevo cine y de una nueva sociedad".

Una sociedad en la que la violencia real no se reinterprete en el arte, en el cine, para convertirla en un gancho para el consumo. "La violencia que no me gusta es la violencia como producto de consumo, con guionistas y directores que no se dan cuenta realmente de lo que están haciendo. Yo no soy un fundamentalista que dice no a la violencia en el cine. En este sentido digamos que no soy tan tonto".

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