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Fernando Trueba: "La película 'Dispararon al pianista' cuenta lo absurdo, arbitrario, innecesario y cruel de la violencia"

El director Fernando Trueba posa durante la presentación de la película “El olvido que seremos” en el BCN Film Fest, a 20 de abril de 2021, en Barcelona, Catalunya.
El director Fernando Trueba en el BCN Film Fest, a 20 de abril de 2021, en Barcelona, Catalunya.. David Zorrakino / Europa Press

El pianista Tenório Jr. fue asesinado tres días antes del golpe militar de 1976 en Argentina. Estaba en Buenos Aires con Vinícius de Moraes y Toquinho y una noche desapareció. Muchos años después, el cineasta Fernando Trueba escuchando música descubrió a un pianista que desconocía, era Tenório. Comenzó a seguir su pista. Viajó a Brasil y Argentina, entrevistó a más de cien personas y se obsesionó con este músico. Y, aun, muchos otros años después, exactamente veinte, estrena su historia, Dispararon al pianista, en el 71 Festival de San Sebastián y en los cines.
Es una vuelta a la animación, de nuevo de la mano de Javier Mariscal (Chico & Rita), y al documental musical (Calle 54, El milagro de Candeal), con la que Trueba descubre al mundo un músico excepcional, recupera la memoria de una violencia criminal que no debería repetirse jamás, aunque trágicamente sigue repitiéndose, y con la que, aprovecha, y rinde homenaje a uno de sus santos, François Truffaut.

¿Por qué decidió que la animación era el mejor el camino para hacer la película?

Tardé mucho en tomar la decisión, pero la idea cada vez fue más clara. Con la animación yo podría hablar de Tenório Jr. cuando vivía, podría ponerle tocando, podría recrear los bares que ya no existen, etcétera. Eran tantas las posibilidades… en vez de hacer una película sobre un muerto podía contar una película sobre un músico. Nunca se me pasó por la cabeza hacer esta historia con actores.

El periodista que sigue la huella del pianista desaparecido, alter ego de Fernando Trueba. — BTeam Pictures
El periodista que sigue la huella del pianista desaparecido, alter ego de Fernando Trueba. BTeam Pictures

La película es documental, pero incluye elementos de ficción. Además del personaje del periodista ¿cuáles más?

Sí, es documental pero he inventado un par de personajes. El personaje del periodista es un alter ego mío, el amigo brasileño y la editora neoyorkina son inventados. Por lo demás es totalmente documental, con las libertades lógicas de ilustrar, de poner imágenes a los flashbacks… Y otra cosa que me permitía la animación era poner imágenes a lo que me estaba contando la gente, interpretarlo de alguna forma.

Esta película descubre a un músico desconocido en España…

…No solo aquí, en todas partes. Allí, en Brasil, también. Tenório Jr. no era un músico popular, era un músico de músicos. Allí, los músicos buenos le reconocen todos, sabían perfectamente quién era, pero nadie más.

Jeff Goldblum es la voz del narrador, el periodista. Él es actor y pianista, ¿conocía a Tenório Jr.?

Cuando hacíamos El mono loco, tenía siempre en su camerino un teclado. Yo entraba para hablar con él o para buscarlo y estaba siempre tocando Thelonious Monk, Gershwin… Para él ha sido un descubrimiento Tenório Jr., igual que para mí. Le encantó y me dijo que estaba muy orgulloso de participar en la película.

¿Es emocionante descubrir desde el cine a un artista para el resto del mundo?

Sí, hombre, yo creo que eso es bonito. Eso es una virtud o un defecto que tengo, que cuando algo me gusta, intento siempre contarlo, divulgarlo, recomendarlo. No me lo guardo para mí.

La dictadura argentina mató a Tenório Jr. ¿es importante hoy recordar estos ataques al arte y la cultura?

Está muy bien recordarlo porque hoy día estamos con lo mismo. Hay periodistas rusas a las que han matado llegando a su casa por la noche y ahora mismo directores de cine encarcelados en Rusia, en Irán y me imagino que en otros países… Ahí seguimos. Creo que la película, aparte de contar la historia particular de Tenório Jr., cuenta un poco la historia de esa época en Latinoamérica, tanto política como musical. De alguna forma lo que cuenta es lo absurdo, arbitrario, innecesario y cruel de la violencia. La violencia es una cosa que en el siglo XXI deberíamos haber dejado atrás. Y yo creo que la gente lo ha dejado atrás, la gente ya no está por eso, estamos en otro capítulo del de la evolución humana, pero hay Estados y gente para los que todavía la violencia sigue siendo una manera de tratar a los demás, ya sea a artistas, a otros que piensan distinto a ellos, a mujeres, a niños, a animales, a la naturaleza…

Recuperar la memoria de ese pasado violento desde el cine para que no se repita

Sí, a mí me hace ilusión pensar que va a haber jóvenes para los que la película puede ser informativa, que les va a contar cosas de la historia de la música, pero también de la realidad del mundo en que vivimos. Por ese lado, también es bonito y necesario hacerlo. Es curioso, 'El olvido que seremos' y esta película, que no tiene nada que ver con aquella, coinciden en que en las dos hay un hombre que es injustamente asesinado y gratuitamente. Y las dos historias se cuentan a través de la memoria. Es como que en el fondo tuvieran un parentesco.

¿Cuáles son las características como músico de Tenório Jr.?

Era un músico muy sofisticado, muy original, con una personalidad propia, muy profundo, donde las influencias de la música antigua brasileña y de la música popular nunca estuvieron divorciadas del todo. Él tenía muy clara la herencia de la música brasileña, pero a la vez también la música contemporánea, la música clásica, el jazz… Con todas esas cosas él creó su propio estilo. Es muy difícil encuadrarlo en nada. Era contemporáneo de la bossa nova, pero también es más que eso.

El periodista que sigue la huella del pianista desaparecido, alter ego de Fernando Trueba.
Una secuencia de la película. BTeam Pictures

Siguiendo la pista para encontrar a Tenório Jr., la película cuenta las conexiones de la música entre América y Brasil

Eso es una cosa que, por ejemplo, yo descubrí entre la música cubana y la americana. De la misma forma ocurre en Brasil. El ídolo de los precursores de la bossa nova era Frank Sinatra, pero éste es un viaje de ida y vuelta y al final Frank Sinatra acabó buscando a Jobim para grabar discos con él. Todo eso que ellos habían recibido de la música americana lo mezclan con la samba, con la música popular brasileña y sale la bossa nova. Es el mestizaje musical, cultural. Cuando estaba rodando en Grecia mi última película, leí un libro que ha ganado el Pulitzer de Historia, que es un libro que se llama Cuba, una historia americana, de Ada Ferrer, donde descubre la íntima relación de Cuba y Estados Unidos desde la fundación de los Estados Unidos. Ese libro me ha abierto la cabeza, porque eso te hace entender muchas cosas, no solo de la política y de la Historia, también de la música y de la cultura.

Hablando de influencias y de referentes, en la película están Truffaut, 'Jules et Jim'…

Es una gran casualidad. Primero la bossa nova y la nouvelle vague son totalmente contemporáneas. Es verdad y es bonito decirlo. Aquí, en mi mesa de trabajo, detrás tengo miles de fotos y entre ellas hay una postal, una reproducción del cartel americano de 'Disparar sobre el pianista' el título en inglés, Shoot the Piano Player. O sea, 'dispara' en imperativo. Mientras escribía, yo no tenía título. El provisional era La película de Tenório. Y cada vez que me volvía y veía el cartel de Truffaut pensaba: qué curioso esto del pianista, y de repente se me ocurrió, ¿y si pongo el título en pasado?, dispararon. Era una manera también de hacer una referencia de homenaje a Truffaut. Luego ya el colmo fue cuando fui a entrevistar a Milton Nascimento y me cuenta que él empezó a escribir canciones cuando vio Jules et Jim y que eso le hizo cambiar su vida. Y yo siempre he dicho que la película que decidió mi vocación es El niño salvaje de Truffaut. Ma pareció que no lo estaba metiendo con calzador, sino que salía de alguna forma orgánica.

Empezó este proyecto por propia curiosidad, haciendo entrevistas y grabando testimonios. Creo que tiene más de cien testimonios grabados entre Argentina y Brasil. ¿Ha dejado fuera muchas cosas que hubiera querido incluir?

¡Imagínate! Han sido más de 140 testimonios y yo hablo en la película de 30 o 35. En todos los demás hay historias increíbles, pero cuando decidí hacerlo en animación, tuve que sentarme, volver a escuchar, tomar notas y escribir un guion. Había cosas que me entraban mejor en la historia y otras que no, aunque me interesaran mucho. Todo el rato hago copias de seguridad de eso, porque creo que tendré que hacer algo con ello. Al principio pensaba en hacer un libro, pero es que pienso en el tiempo que me va a llevar a hacerlo y…, a lo mejor es mejor hacer una especie sitio donde la gente pueda tener acceso y oír las entrevistas, no lo sé, ponerlo en algún lado… Ahora lo del libro me parece muy trabajoso, es que ha sido mucho tiempo.

¿Cuántos años lleva con este proyecto?

Muchos, pero entre medias ha habido muchas cosas. Me interesé por la historia y rodé las entrevistas hace casi veinte años. Entre medias he hecho Chico & Rita, El baile de la victoria, El artista y la modelo, La reina y El olvido que seremos. Para hacer una película de animación hay que ser un cabezota, hay que creer en el proyecto. Para mí es un proceso larguísimo y acabas agotado a la vez que contento. Tienes que querer tanto y ponerle tanto amor, tanto entusiasmo…

Después de vivir tanto tiempo con el personaje de Tenório Jr., supongo que tiene una relación que ya es personal con él, ¿es así?

Lo que dice el personaje en la secuencia final de ese amigo con el que nunca te vas a poder tomar una cerveza, ahí estoy hablando yo. En la época de las entrevistas llegué a obsesionarme tanto con el personaje que no hablaba de otra cosa. Le tengo cariño a este hombre y ¡me da tanta rabia! Podría estar vivo y habría hecho cosas totalmente increíbles, era muy bueno.

El uso del color tiene mucha intención narrativa en la película, ¿cómo trabajó esto con Javier Mariscal?

La idea inicial era que en la parte contemporánea, en la parte más realista, estuviera un poco el estilo Mariscal, y luego, como decidimos ilustrar todos los flashbacks, buscar a cada uno su textura, su paleta de color, su tipo de animación, su lenguaje específico. Eso era muy excitante. Digamos que la parte contemporánea es Mariscal, línea clara, y como es un periodista que va investigando la historia y se va encontrando con gente y hablando con ella, yo le decía a Mariscal que utilizara el tono de muchos retratos que había estado dibujando en esa época, más directo. Estábamos en diálogo continuo.

Ya tiene otra película, 'Verano, otoño, invierno' ¿Está terminada?

Sí, ya está, ya está acabada. Hemos decidido, para no armar lío con las dos películas, que se estrene el año que viene.

Usted es uno de los pocos cineastas veteranos de este país que sigue haciendo cine con regularidad.

Cada vez pienso que no sé por cuánto tiempo, porque es difícil que te propongan algo que te guste. La excepción ha sido El olvido que seremos.

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