La llamada de Félix Palomero, director del INAEM, pilló ayer a la actriz Vicky Peña (Barcelona, 1953) totalmente desprevenida. 'Estaba renovando la cartilla del paro cuando sonó el teléfono y me dijeron que había ganado el Nacional de Teatro. Ha sido una sorpresa absoluta', confesó la actriz a Público. 'Esta profesión es así. Ahora no tenía nada y me estaba apuntandootra vez al paro'.

Una profesión de vaivenes. Hoy tienes trabajo y mañana no. Peña lo sabe. Pero el año pasado fue de los de no parar. Primero, el musical Sweeney Todd, donde interpretaba a la Señora Lovett, un papel con el que ya trabajó en 1995 y 1997.

Más tarde llegó Después de mi, el diluvio, de Lluïsa Cunillé, obra en la que cambiaba totalmente de registro al meterse en la piel de una traductora que disertaba sobre los problemas del continente africano.

'No me gusta encasillarme en ningún papel. Me gusta mucho cambiar. Lo que sí intento es que todas las obras cuenten algo. Todos los personajes que he hecho me han dejado algo', manifestó la actriz.

Peña, que lleva varias décadas en el mundo teatral es hija de los actores Felipe Peña y Montserrat Carulla, se define como 'una trabajadora de los escenarios'. En su haber también tiene una veintena de películas Secretos del corazón, La buena vida, pero avisa de que nada es comparable a la escena. 'Es más humano y podemos ensayarlo. Y se puede compartir con el público', explicó.

Peña reconoce que esta no es una época dulce para el teatro, 'lo que pasa es que han llegado actores que han traído otro público. Pero igual que llegaron se irán'. Ella, de momento, va a disfrutar del premio y de una minigira con la obra de Cunillé.

Por otro lado, la Familia Popey ha sido ganadora del Premio Nacional de Circo por 'la recuperación del trío de payasos musicales clásicos, su compromiso inquebrantable con el circo y por mantener una tradición que se remonta a tres generaciones'.