Sergio Asenjo Moreno, de 10 años, se convirtió hoy y por un día en Obispillo de Palencia, una tradición que se ha recuperado después de casi un siglo, pero que en los anales de esta tradición se postula como la más antigua de las que se celebraban en España.

De hecho, el estatuto fundacional de los Niños de Coro de la Catedral de Palencia del 3 de noviembre de 1366 menciona como una obligación muy especial la fiesta del Obispillo, ya que la ausencia o falta a ella por parte de los canónigos se penalizaría con la máxima pena, restando 15 días de retribuciones.

"Ello nos hace suponer que la fiesta se celebraba con anterioridad a esta fecha. Probablemente se remonta en Palencia a 1220", ha explicado Jesús Escudero, maestro de Capilla de la Catedral e impulsor de esta recuperación.

Por este motivo, la Catedral de Palencia, que congregó la presencia de cientos de fieles, devotos y curiosos, vistió sus mejores galas para recobrar esta tradición.

Basándose en el espíritu del canto del Magníficat, que entre otras cosas mantiene que «el Poderoso derribó a los potentados de sus tronos y ensalzó a los humildes», y cuya autora es según la leyenda la Virgen María, los canónigos se apearon de sus cargos y privilegios y llenos de humildad cedieron sus poderes a los niños, invistiendo a uno de ellos como obispillo y poniéndose a su servicio.

El hasta ahora obispo de Palencia, José Ignacio Munilla, posteriormente hizo entrega del báculo y la mitra a Sergio Asensio Moreno, de 10 años, para a continuación pronunciar ambos un sermón.

Después, por las calles de la ciudad montado en un caballo blanco el Obispillo fue bendiciendo a los transeúntes a la par que su séquito repartió caramelos a los más pequeños hasta llegar al Ayuntamiento, donde fue recibido por la Corporación encabezada por el alcalde, Heliodoro Gallego.

El Obispillo, tal y como reza la tradición, pronunció un discurso para pedir mejoras en la ciudad sobre todo relacionadas con la infancia.

El acto simbólico concluyó posteriormente con cánticos y villancicos ante el Portal de Belén donde se encuentra la Sagrada Familia que preside estos días la Plaza Mayor de la capital.

Jesús Escudero ha señalado que a lo largo de los siglos esta tradición sufriría altos y bajos debido a "ciertos abusos" como puede verse en distintas actas capitulares hasta finales del siglo XIX.

"Probablemente, la tradición perduró en Palencia hasta comienzos del siglo XX", ha subrayado.

Según los expertos, en la Península Ibérica se celebraba y sigue vigente la tradición del Obispillo en el País Vasco, Andalucía, Cataluña, Baleares Galicia, Navarra y Castilla y León.

La fiesta del Obispillo es una tradición ligada a los Niños de Coro de la Catedral palentina.

Palencia recuperó el año pasado esta Escolanía después de cuatro décadas de su desaparición y actualmente participan en la liturgia catedralicia los domingos primero y tercero de cada mes y en los actos solemnes programados por el Cabildo.