Limitar el derecho de las mujeres a decidir si interrumpen su embarazo es, según el criterio del ministro de Justicia, una medida 'progresista'. Alberto Ruiz Gallardón basa el discurso de defensa de su reforma de la ley del aborto en que 'defender el derecho a la vida y el derecho a la dignidad de la mujer es lo más progresista que se puede hacer en política como en cualquier actividad'.

A su juicio, cuando los derechos de la madre y el del concebido no nacido entran en conflicto 'el legislador tiene que estudiar con profundo respeto, pero defendiendo siempre ambos derechos, cuál de los dos debe prevalecer'.

Gallardón ha asegurado que con ese espíritu aprobó la anterior ley del aborto el Gobierno de Felipe González en 1985, que estuvo vigente con Aznar y que el PSOE no se comprometió a modificar en su programa electoral de 2008. 'Vamos a introducir un elemento progresista y avanzado que consiste en proteger el derecho a la maternidad', ha presumido.

Gallardón ha negado haber puesto 'patas arriba' su Ministerio y se ha sumado a la tesis del Fiscal General del Estado de poner punto y final a la investigación de los atentados del 11-M: 'No se puede volver a juzgar unos hechos que ya fueron valorados por un tribunal', ha zanjado.

'Los hechos que en su momento fueron juzgados no volverán nunca más a ser valorados', ha insistido el titular de Justicia en una entrevista concedida al programa de Antena 3 Espejo Público.

Gallardón también ha anunciado este miércoles que la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal incluirá 'un sistema severo de sanción administrativa' para evitar las filtraciones y que limitará a un mes la posibilidad de mantener bajo secreto los sumarios 'salvo por razones absolutamente excepcionales'. Con ello se pretende evitar ' una ficción de sumarios declarados secretos durante seis, siete u ocho meses y que acaban siendo conocidos por todos los ciudadanos'.