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Zelaya esperará 72 horas para volver a Honduras

El presidente de Honduras agradece el apoyo internacional y la reacción al golpe de estado

EFE

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, afirmó hoy en una reunión extraordinaria de cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) que el golpe de Estado sufrido en su país 'es un retroceso para América' y aseguró que esperará el límite de 72 horas impuesto por la Organización para regresar a Tegucigalpa.

Zelaya elogió la resolución adoptada durante el 37 período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA que condenó el golpe y exige su restitución porque, a su juicio, exigirá que esos actos 'no queden impunes'. El mandatario calificó como una 'gran tragedia' y un 'cruento, grosero retroceso' el golpe militar de la madrugada del domingo.

Asimismo, Agradeció el apoyo de la OEA y recordó que es la primera vez que el organismo se pronuncia con tanta fuerza. 'Ese pueblo de Honduras se siente acompañado por los pueblos del mundo gracias a ustedes [...] América se siente reconfortada por ustedes', expresó. Zelaya dijo que la resolución no sólo condena un acto de agresión, 'sino que pide enmiendas y solicita que el acto [del golpe de Estado] no quede impune'.

'Yo sé perdonar, soy tolerante, practico la no violencia, pero los pueblos no perdonan y la historia condena', destacó el mandatario. 

Zelaya llegó en la tarde del martes a la Asamblea General de la OEA, que se celebra en Washington, en medio de grandes medidas de seguridad y con gran retraso tras su intervención en la ONU en Nueva York, donde consiguió el espaldarazo de la comunidad internacional. La resolución de cinco puntos adoptada esta madrugada, entre otros elementos, da un plazo de 72 horas para que el Gobierno del nuevo presidente Roberto Micheletti acate las exigencias de la OEA de restituir a Zelaya en el cargo.

Si Honduras desoye ese ultimátum, la OEA procederá a aplicar el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana, que suspendería a ese país del organismo regional.

Zelaya, ayer en la sede de Naciones Unidas de Nueva York. AFP

La suspensión de un país miembro, que entre otras cosas supone la congelación de créditos y el aislamiento diplomático, es la acción más severa que adopta la OEA desde que suspendiera a Cuba en 1962.

El artículo 21 de la Carta Democrática indica que si la Asamblea General, durante una sesión extraordinaria, constata que se ha producido una 'ruptura del orden democrático' en un Estado miembro y que han fracasado las gestiones diplomáticas para resolver la crisis, puede suspender a ese país con la venia de los dos tercios de los Estados miembros. Esa suspensión entraría en vigor de inmediato, según reza el artículo.

La resolución deja en claro que la OEA rechaza al Gobierno de Micheletti que surgió de una 'ruptura inconstitucional' y que se debe lograr la restitución 'inmediata, segura e incondicional' de Zelaya.

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