De la Edad Media al siglo XXI en seis horas. La primera jornada de campaña de Patxi López simbolizó en sus actividades el proyecto del PSE de compatibilizar tradición y modernidad. Arrancó en la Casa de Juntas de Gernika, donde cambió el ritual reparto de rosas por retoños de roble, al pie del que se plantó en 2005, precisamente el año en el que fue candidato a lehendakari por primera vez. Y concluyó bajo una carpa en la plaza principal de Irún, donde protagonizó durante algo más de una hora un mitin interactivo, con preguntas en vivo y otras a través de la red internauta Twitter.

Lo malo de someterse a las preguntas de los ciudadanos es que tienen el hábito de poner el dedo en la llaga. Eso es lo que le ocurrió al candidato socialista. Una mujer evocó Tengo una pregunta para usted y, con la encuesta del CIS que apunta la posibilidad de que el bloque nacionalista pierda la mayoría flotando en el ambiente, le planteó una de las cuestiones más incómodas: “¿Aceptarías los votos del PP para ser lehendakari?”.

Patxi López evitó comprometerse en la respuesta, aunque su intención –sea cual sea el resultado y sin negociación previa con otras fuerzas– es presentarse a la investidura. Se atuvo a su manual de campaña.“Con un PP que se pasa todo el día haciendo antinacionalismo y antisocialismo, es muy difícil entenderse”, pero lo mismo –añadió– ocurre con un PNV que interpreta la patria vasca en sentido “excluyente”. Y, no obstante: “Con un Patxi López que tenderá la mano a todo el mundo, será fácil buscar acuerdos” y acabar con “la política de frentes y trincheras”. No en vano, “recuperar el pacto entre diferentes” es su estandarte.

El eslogan de la campaña del PSE es Haz que suceda, pero podría ser Estamos preparados. La idea de que los socialistas están capacitados para gobernar, con el aval de su experiencia en el ámbito municipal, es el antídoto con el que intenta contrarrestar el acento que el PNV está poniendo en que Ibarretxe es el mejor preparado para afrontar la crisis económica.

Patxi López denunció que el PNV “esconde al Ibarretxe de verdad” para presentar en campaña a “uno de marketing”. Que nadie se llame a andana, advirtió: “Si gana, volverá a su raca-raca” soberanista.

El presidente del Senado, Javier Rojo, cierra la candidatura del PSE por Álava. Su presencia, en el puesto 25 de la candidatura, es testimonial. Al que fue secretario general de los socialistas alaveses le preceden, con la misma intención simbólica, la hija del asesinado Fernando Buesa y Ramón Jáuregui, ex vicelehendakari y ahora portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados.

Las candidaturas socialistas de Guipúzcoa y Vizcaya también tienen cierres simbólicos. En el primer caso, la lista la cierra su ex secretario provincial, el diputado Manuel Huertas. La candidatura vizcaína lleva como último nombre el del presidente provincial, Jesús María Rodríguez Orrantia.Todos los integrantes de las candidaturas socialistas son vascos y viven en Euskadi. Entre ellos figuran varios independientes procedentes del mundo universitario y académico.