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Así es Aliança Catalana, el partido de extrema derecha independentista que llega al Parlament

La formación arraigada en Ripoll irrumpe en la Cámara con dos diputados, compartiendo, rivalizando y, a veces, compitiendo con Vox. Desgranamos sus referentes ideológicos y detallamos dónde ha obtenido más apoyo.

Silvia Orriols
La alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols, atiende a los medios tras conseguir dos diputados que permitirán que su formación se estrene en el Parlament de Catalunya. Siu Wu / EFE

El 12M ha trastocado sin duda la política catalana. Las elecciones han confirmado la entrada por primera vez de un partido de extrema derecha independentista en el Parlament de Catalunya. Con dos diputados, uno por la circunscripción de Girona y otro por la de Lleida, Aliança Catalana (AC) ha conseguido 118.302 sufragios y un 3,78% de voto, porcentajes mucho mayores en Girona (9%) y Lleida (7,7%).

Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll y líder de AC, será diputada en el grupo mixto, que tendrá que compartir con los cuatro diputados de la CUP. Aun así, a pesar de su irrelevancia en el día a día parlamentario y en las mayorías en la Cámara, el principal ariete de la formación será su capacidad de contaminar e influenciar el discurso de toda la derecha y marcar la agenda política sin gobernar.

Después de una socarrona campaña en redes sociales –especialmente en la red X (antes Twitter)– y una potente promoción a la prensa españolista, AC ha conseguido situarse como la cuarta fuerza más votada en la circunscripción de Girona, por detrás de Junts, PSC y ERC. La otra circunscripción donde AC consigue representación es Lleida, donde el partido se sitúa como la quinta opción, por detrás de Junts, PSC, ERC y el PP. Con los 248.554 votos que ha obtenido Vox, en conjunto la ultraderecha ha superado los 365.000 votos este 12-M, más del 11,7% de los emitidos.

A su vez, Orriols ha vuelto a imponerse en Ripoll (Girona), donde ha obtenido más apoyos que en las elecciones municipales, y se ha consolidado en su comarca, el Ripollès, consiguiendo la victoria también en Campdevànol, Gombrèn y Las Llosses.

AC ha sido la segunda fuerza más votada en 77 municipios como Santa Pau, Port de la Selva, Casserres, Castellar de n'Hug, Molló, Tavèrnoles, El Brull, Ullastret, Pujalt, Bellvís, Arbúcies, Lladurs o Vilobí d'Onyar. Básicamente son pequeños núcleos del interior de Girona, de Lleida o de la Catalunya Central, las zonas donde el partido ha obtenido sus mejores resultados, con un mensaje abiertamente islamófobo e identitario y una crítica frontal a ERC y a Junts.

Los de Orriols han obtenido resultados destacables en Manresa, Berga -por delante de la CUP, que tiene la alcaldía desde 2015-, Vic, Torroella de Montgrí, Lleida o Girona. El análisis de datos publicado por el periodista Roger Tugas en Nació muestra que el partido no habría captado prácticamente ningún elector de Vox ni de la CUP y, en cambio, se habría alimentado sobre todo de votantes procedentes de la abstención o de Junts y, en menor medida, de ERC. 

La consulta de los resultados de AC muestra que el partido tiene poco tirón en las áreas metropolitanas de Barcelona y de Tarragona, principalmente, en las comarcas del Baix Llobregat, el Vallès Occidental y el Tarragonès. En estas zonas, donde AC ha obtenido menos apoyos es donde Vox y el unionismo han sacado más.

La formación ultraderechista, que impidió a los periodistas acceder a su sede durante la noche electoral, no ha obtenido representación en la circunscripción de Barcelona, donde las últimas encuestas le otorgaban diputados. AC se ha quedado en los 64.000 votos, un resultado insuficiente al no superar el umbral del 3% para entrar en el hemiciclo por esta demarcación. En Tarragona ha sumado más de 11.000, el 3,5%.

¿Quiénes son sus diputados? 

Orriols, antigua militante de las juventudes de ERC y de EstaT Català y exafiliada a la ANC y Òmnium Cultural, formó parte del colectivo El Intransigent de Catalunya, un grupúsculo etnopluralista de Ripoll que difundía un ideario nacionalista esencialista y defendía "las características etnográficas e identitarias de los catalanes" apelando siempre a figuras históricas idealizadas y revistadas ad hoc como Daniel Cardona.

En 2019 fue elegida concejal en Ripoll por el Front Nacional de Catalunya (FNC) –partido no vinculado a la formación antifranquista homónima– después de una campaña patrimonializando el fracaso del procés y rentabilizando emocionalmente, después de los atentados del 17A, el antisalafismo hasta posicionamientos islamófobos.

Rompió con el FNC en 2020 y pasó a ser edil no adscrita en la oposición del consistorio. Aquel mismo año fundó AC, formación con la cual concurrió a las municipales de 2023 y consiguió ser la fuerza más votada en Ripoll con 1.041 votos (30,76%) y seis concejales y logró la alcaldía.

El cabeza de lista de AC por Lleida, Ramon Abad, ha obtenido un escaño en la Cámara catalana. Según la información del diario Segre, Abad, vecino de Alpicat, fue militante de ERC y llegó a ocupar algún cargo orgánico en la federación comarcal del partido. Abad se ha mostrado reiteradamente en campaña partidario de la eliminación del impuesto de Sucesiones.

Quienes no ha obtenido acta de diputado han sido las cabezas de lista por Barcelona y Tarragona. Tampoco Jordi Aragonès, secretario de estudios y programas del partido y primo del president, Pere Aragonès. Pujolista, antiguo militante de Unió Democrática, Aragonès ha expresado en múltiples ocasiones en redes sociales su sintonía y admiración por la gran familia de la derecha radical populista de Europa como Marine Le Pen, Geert Wilders o Jimmie Åkesson.

También se ha mostrado partidario de un acercamiento de AC a la extrema derecha estadounidense, en concreto a uno de sus grandes mecenas y propagandistas trumpistas Peter Thiel, antiguo fundador de PayPal y dirigente de Palantir Technologies, una polémica compañía americana privada de software y servicios de software de defensa y seguridad, especializada en análisis de datos masivos (big data).

Similitudes y diferencias con Vox

Mientras que AC es un partido pretendidamente independentista, Vox es abiertamente españolista y legatario, como apunta el historiador Xavier Casals, del integrismo nacionalista surgido en ultramar, esencialmente en la Cuba colonial y la nostalgia imperialista nacionalcatólica. Por el contrario AC, con una retórica anticolonialista y de liberación nacional que recuerda a la extrema derecha flamenca y a la Nouvelle Droite francesa, sostiene que "es evidente que España tiene un interés especial en hispanizar, islamizar y descatalanizar Catalunya".

Aun así, como toda extrema derecha, AC no está exenta del ultranacionalismo palingenésico, un concepto teorizado por el catedrático británico de Historia Moderna Roger Griffin propio del fascismo y que podemos extrapolar a la nueva extrema derecha actual o derecha radical populista. Esta idea hace referencia al deseo de resurgimiento o restauración nacional del pasado glorioso y mitificado de la nación y superar la decadencia en la que se ha sumido la nación.

Sin dirigentes ni estructura territorial, AC se ha nutrido de antiguos candidatos desencantados otros partidos para articular las listas en el Parlament –de Solidaritat Catalana a ERC–. AC ha penetrado especialmente en el electorado joven y en el espacio de los independentistas frustrados.

Con el lema Salvemos Catalunya, durante la campaña, más allá de pregonar una declaración unilateral de independencia para Catalunya y el apoyo a Israel, la formación se ha caracterizado por propagar las principales ideas fuerza de la extrema derecha europea, concretamente la teoría del Gran Reemplazo, que preconiza que "la población autóctona europea será sustituida por una de foránea y musulmana, porque se reproduce más deprisa", un concepto primordial en círculos ultraderechistas y motor del terrorismo ultraderechista: Oslo y Utøya, Charleston, Christchurch, El Paso, Halle, Hanau, Buffalo, Allen o Jacksonville.

AC escuda este posicionamiento a través del viejo concepto identitario de "Catalunya catalana", oponiéndose a la inmigración, a la castellanización y defendiendo una Europa "culturalmente occidental".

Si Vox se asemeja más en el PiS polaco, a Reconquista de Éric Zemmour o al Fidesz húngaro de Viktor Orbán, AC tiene más similitudes con Le Pen, el FPÖ austríaco o Alternativa por Alemania (AfD). Desde abanderar el homonacionalismo, es decir, a instrumentalizar los derechos LGBTIQ+ como arma arrojadiza contra la población extranjera a defender la causa LGBTIQ+ (y a veces el feminismo) como un valor de la Europa occidental y blanca.

AC se proclama como partido nacionalista, conservador y democrático. Ha captado al votante proveniente del sector más conservador de la extinta y refundada Convergència i Unió, personas desencantadas con el puigdemontismo, la CUP y la globalización. El partido aun así comparte espacio también con sectores radicalizados de la ultraderecha catalana como quedó patente durante el acto de campaña en el centro cívico la Farinera del Clot de Barcelona, donde estuvieron presentes antiguos miembros de los Boixos Nois, del MIC [Moviment Identitari Català] y Defensa Catalunya.

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