Hace unos 3.700 años pereció el último mamut lanudo en la isla de Wrangel, entre el mar de Chukotka y el mar de Siberia Oriental, después de 150.000 años de que esta especie habitara en nuestro planeta. Su reciente desaparición junto a los restos bien conservados gracias al permafrost —terreno congelado— ha permitido que este animal sea el mejor estudiado entre los extintos.
Pero algunos científicos han querido ir aún más lejos en su estudio. ¿Y si fuera posible “desextinguir” al mamut? Un complejo método de ingeniería genética basada en un tipo de secuencia de ADN natural podría lograr una suerte de milagro: devolver al mamut a la vida poniendo las bases para otros proyectos similares que tendrían por objetivo experimentar con especies extintas.
A continuación, reseñamos este revolucionario proyecto de la empresa Colossal en colaboración con prestigiosos científicos de Harvard, sin olvidarnos de las incontables dudas y dilemas que despiertan proyectos como este el mundo de la ciencia.
¿Cómo resucitar un mamut?
Fue en 2013 cuando George Church —biólogo y profesor de Genética de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard— planteó la idea de reconstruir el genoma de especies extintas con base en fragmentos de ADN obtenido de fósiles. ¿Se podrían reescribir los genes de un pariente vivo para resucitar una especie extinta? El equipo de Church consideró que sería posible modificar el genoma de un elefante para engendrar un mamut… o algo parecido a un mamut.
Y entonces comenzó un accidentado proceso de obtención de financiación que terminó con Church asociándose a Ben Lamm, dueño de la empresa de Inteligencia artificial Hypergiant que fundó Colossal para promocionar el proyecto del biológo de Harvard y su equipo. Paris Hilton o Thomas Tull —dueño de la empresa que fundó la franquicia de Parque Jurásico— también han puesto dinero.
Usando una herramienta de edición genética conocida como CRISPR se ha completado el ADN de los fósiles de mamuts encontrados en el Ártico con material genético del elefante asiático con el que comparte un 99,6% de código genético. Para hacernos una idea, el chimpancé comparte con el ser humano casi 99% de código genético, pero desde luego, no somos iguales, ¿no?
Sea como fuere, Colossal ya se ha puesto como objetivo 2027 o 2028 como fecha para que el primer mamut lanudo vea la luz tras crear un embrión viable que será gestado en el útero de una hembra de elefante africano.
¿Por qué ‘desextinguir’ al mamut?
Colossal son los primeros interesados en vender los beneficios del negocio de la desextinción citando diez objetivos principales de sus proyectos entre los que se puede destacar la desaceleración del derretimiento del permafrost, la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero, la restauración de la estepa, el establecimiento de un vínculo entre la genética y el cambio climático o dotar a la naturaleza de resiliencia frente a los efectos adversos de la humanidad en ecosistemas vitales.
Buena parte de estos objetivos se fundamentan en la hipótesis del equipo de Church de que la actividad de los mamuts podrían ser claves para la recuperación de la tundra de Siberia y el norte de América donde solían pastar estos animales que eran una suerte de “ingenieros del ecosistema” los cuales fertilizaban el terreno con sus excrementos, entre otras repercusiones medioambientales de su presencia en estos inhóspitos territorios.
Pero hay un objetivo aún más relevante en este proyecto. Así lo reseña este estudio de la investigadora de la Universidad de Londres Charlotte Wrigley en el que se sugiere que los criobancos que salvaguardan material genético de las especies junto a las tecnologías que surgen de este proyecto pueden ser la clave para dar respuesta a una crisis futura: la extinción del género humano.
Riesgos y dilemas de la ‘desextinción’
Los riesgos, preguntas sin respuesta, dilemas morales y sospechas científicas sobre estos proyectos son tantos que no hay espacio para reseñarlos todos. Además de material ideal para escribir una distopia en la que animales modificados genéticamente se conviertan en amenazas para la humanidad y el resto de las especies no extintas, el proyecto de Colossal despierta recelo en buena parte de la comunidad científica como señala este estudio.
Y es que ya hay expertos que señalan que lo que surja de este proyecto no será exactamente igual que la especie original debido a que falta material genético. Y en la genética no hay un ‘casi’: por lo tanto, no sería un ‘casi’ mamut, sino un animal diferente, un híbrido.
Así mismo, existen muchas dudas acerca de su comportamiento social debido a sus extraordinarios orígenes y el propio padecimiento que tenga el animal al ser expuesto a un escenario para el que no está preparado, sin olvidarnos de las posibles nuevas enfermedades o las catástrofes ecológicas que podrían derivar de introducir un animal híbrido en un ecosistema que también se tendría que adaptar al mismo, quitándole espacio y/o alimentos a otras especies que convivan en el mismo territorio.
Y luego están los dilemas éticos, tantos que este estudio los agrupa en cinco dimensiones diferentes y que conllevan largos y complejos debates sobre los límites de la ciencia, la ambición y la temeridad humana.
Los milagros de los dodos y la oveja Dolly
La resurrección del mamut no es el único proyecto que está sobre la mesa en relación a esta polémica desextinción de animales. El tigre de Tasmania o el dodo también están siendo objetivo de los científicos.
Este último se extinguió por causas humanas en la isla de Mauricio: la introducción en la isla de nuevas especies como los cerdos, los macacos, las ratas, los perros o los gatos acabaron con esta ave. Convertida en un símbolo del descuido y la falta de responsabilidad humana, fue una de las primeras extinciones documentadas. Recuperarla sería como saldar una deuda amparándose en los progresos de la tecnología científica.
Pero si hay un animal “milagroso” conocido por todos esa es la oveja Dolly, la más famosa de la historia que nació en 1996. Aunque no fue el primer mamífero clonado ya que antes de ella ya se había experimentado con ratones, cerdos o pollos, Dolly fue la primera en ser producto de la clonación a partir de una única célula adulta, siendo genéticamente idéntica a la donante.
Y es que justamente fue este proyecto el que ha servido de base a otros experimentos científicos posteriores como el que están llevando a cabo empresas como Colossal y que nos promete devolver a la vida a varios animales recientemente extintos. Por cierto, en Colossal avisan de que no van a poder devolver a la vida a los dinosaurios, por si es lo que estabas pensando: no tienen ADN de dinosaurio. Menos mal.