En ocasiones, nuestro gato maúlla incansablemente y no tenemos muy claro por qué. Sin embargo, hemos de ser conscientes de que es su forma de comunicarse. Por ese motivo, el maullido puede tener diferentes causas. Y debemos conocerlas.
Para que comprendas lo que tu gato quiere decirte, te contamos las causas de los maullidos. Así sabrás interpretar qué es lo que necesita. Resulta importante interpretarlo para saber distinguir si tiene algún problema de salud que requiera llevarlo cuando antes al veterinario.
Razones por las que tu gato maúlla
Es su forma de saludar
Si tu gato maúlla cuando llegas a casa, te está saludando. Normalmente, estos maullidos, así como en el resto de situaciones en las que están bien de salud, son cortos y agudos. Tu minino expresa así la alegría de verte. Responde a su saludo con un poco de mimos. Acarícialo y agradécele tan cariñosa bienvenida.
Quiere llamar la atención
Otro motivo por el que puede emitir esos maullidos cortos es que quiere llamar tu atención. A lo mejor quiere que le des mimos y caricias. También puede pasar que se encuentre aburrido. En estos casos, cuando maúlle, notarás que se frota contra tus piernas. Pero si juegas con él y ves que sigue maullando luego, tal vez lo que quiera sea una golosina.
En cualquier caso, recuerda que si juegas con tu gato durante el día y está entretenido, dormirá de un tirón toda la noche. Pero si no es así puede que se ponga a maullar de madrugada. Estará desvelado porque no se habrá cansado durante el día. Requerirá tu atención y puede que no te deje dormir. Si no has tenido tiempo de estar con tu amigo peludo, dedica un rato a juegos antes de dormir para que se canse y se relaje luego. De igual modo, no olvides poner a su alcance juguetes. Tiene que poder entretenerse solo. Estés o no en casa.
Tu gato tiene hambre
También es posible que tu amigo de cuatro patas no pare de maullar porque tiene hambre. Revisa el comedero, calcula bien la cantidad comida que le das y asegúrate de darle una medida adecuada a su edad y tamaño. No te excedas ni dejes mucha a su alcance para evitar problemas de obesidad. Dosifica la adecuada.
Pero si este es el motivo, debes evitar que relacione el maullar con que le des de comer o lo hará más. Así que espera a que cese en sus maullidos antes de ofrecerle más comida. Recuerda que, al contrario que los perros, los gatos comen varias veces al día pequeñas cantidades. Esto es más adecuado para su sistema gastrointestinal. Procura que una de esas tomas sea poco antes de acostaros, para que así no maúlle de noche porque tenga hambre.
Inseguridad o miedo
Cuando un gato tiene miedo o se siente inseguro, maúlla. Esto puede hacerlo de día o de noche. Ten en cuenta que esas emociones pueden venir provocadas por causas diversas: sonidos, muebles nuevos, olores extraños… En estos supuestos, intenta que en su entorno no haya cambios y tranquilízalo ante los ruidos que le den miedo.
Para marcar su territorio
Al igual que los perros, los gatos son territoriales. Por ese motivo, es posible que se pongan a maullar en lo que consideran sus dominios si hay algo en ellos que consideren que lo está invadiendo o que no quieren que esté ahí. Vigila que no haya objetos en su asiento favorito o en su zona de juegos para evitarlo.
Cuestión de hormonas
En ocasiones, la causa de los maullidos es tan sencilla como natural. Se trata de una cuestión hormonal. Los gatos maúllan en época de celo. Si huele alguna gata, seguro que protesta con sus maullidos porque la puerta de casa está cerrada y no puede ir junto a ella.
Estrés y ansiedad
Puede que los maullidos sean la forma en la que tu gato expresa ansiedad o estrés. Es posible que maúlle al quedarse solo en la casa, algo frecuente si padecen ansiedad por separación. También es posible que esté estresado porque os acabéis de mudar, haya visita o un nuevo miembro de la familia. Vigila los cambios e intenta siempre tranquilizarlo.
Problemas de salud
Esta es la causa más preocupante de todas. La que debes vigilar especialmente. Si tu gato tiene algún problema de salud, también maullará, aunque en este caso los maullidos suelan ser más largos y menos agudos. Si son repetitivos y muy intensos, es hora de acudir a urgencias.
Y es que, si le duele algo o padece alguna enfermedad, maullará pidiéndote ayuda. En estos casos, no vale la pena que te quedes con las dudas. Llévalo al veterinario para que le haga una revisión rápida. Así podrás confirmar si está bien o si hay algún problema que es necesario tratar.