Pomerania: características y cuidados de esta raza

Dicen que Mozart tenía un pomerania, al que le dedicó un aria, y Miguel Ángel solo consentía como compañía pintando la Capilla Sixtina a su pomerania. Además, un antepasado del actual pomerania sería el perro que acompaña a Giovanni Arnolfini y señora en el que tal vez sea el retrato más famoso de la historia del arte flamenco.  

Es evidente, por tanto, que el pomerania no es solo un perro muy “artístico”, sino también muy querido entre los humanos que lo han considerado durante siglos como el compañero ideal por su fidelidad, vivacidad, carácter protector y contagiosa alegría. 

Pomerania, la ‘bola de pelo’ que surgió del frío

Pomerania es, ante todo, una región histórico-geográfica de la antigua Prusia que se correspondería con el actual norte de Alemania y Polonia, en el litoral del Báltico. Aquí fue donde estos perros ganarían fama como animales domésticos hasta adoptar su nombre.  

Pero el pomerania es también un perro que pertenece a la familia de los spitz que aglutinan entre 50 y 70 razas, buena parte de ellos bien adaptados a los duros climas del norte. En este sentido, los spitz descenderían del Torfhunde, o perro de las turberas de la Edad de Piedra, según indica la ficha de la FCI, siendo, por lo tanto, “la raza de perro más antigua de Europa Central”. 

A este respecto, también se indica que los antepasados de los pomeranias serían perros de trineo de Islandia y Laponia que fueron reduciendo su tamaño por la cría selectiva una vez llegaron a Europa Central, donde se dio un impulso definitivo a la configuración de la raza: para favorecer una vida urbana se fue reduciendo paulatinamente el tamaño, ampliando la gama de colores de su pelaje, pero manteniendo la elegancia y estética del mismo. 

Y es entonces cuando la aristocracia y la realeza europea pone ojitos a estos perros surgidos del frío norteño. Cuentan que la reina Carlota de Mecklemburgo-Strelitz, esposa de Jorge III en el Reino Unido, se enamoró de un pomerania, lo mismo que otra popular reina de su estirpe: Victoria, que dio nombre a toda una época. 

Pomerania, un perro intenso y alentador

En muchos aspectos, el pomerania sería el reverso del galgo del que os hablamos hace poco, un perro constantemente atento, siempre alerta, de gran actividad y entusiasmo, pero que también muestra un considerable apego a su tutor: “Su carácter alegre y sociable permite considerarlo como el perro de compañía y familiar y el vigilante ideal para la casa y apartamento”. 

En este sentido, se considera un perro adecuado para tutores que disfruten de un animal muy activo y exigente y que tengan suficiente tiempo para dedicarle. Debido a su tamaño, también es un perro apto para entornos urbanizados, aunque cuidado con su afición por ladrar ante cualquier movimiento o ruido considerado “extraño” para él: en este sentido, déjalo solo el menor tiempo posible ya que es cuando más se puede alterar… y molestar a otros vecinos. 

Pero, por el contrario, es el perro ideal para aquellos tutores que necesiten que el animal “tire” un poco de ellos: su alegría y vivacidad es contagiosa, como esas personas que no pueden parar y siempre terminan por sacarte de tu amodorramiento: el pomerania no “tolera” desidias ni abulias, así que prepárate para una vida activa si quieres seguir el ritmo de tu amigo peludo. 

¿Cómo educar y cuidar a un pomerania?

Teniendo en cuenta los principales rasgos de carácter del pomerania que acabamos de mencionar, ya habrás imaginado que es un perro que también disfruta al aire libre, especialmente en la compañía de otros perros.

No obstante, tampoco requiere grandes paseos teniendo en cuenta su estructura física: se trata de un perro pequeño de no más de 20 centímetros a la cruz y que no supera los 3 kg de peso, así que no es el perro adecuado para tus largas caminatas por el monte, con dos paseos cortos diarios ya está bien. 

En cuanto a su educación, es un perro que requiere paciencia, pero firmeza desde cachorro para que adopte actitudes adecuadas con humanos y otros animales, tratando de controlar su temperamento intenso: ya sabes, el pomerania tiene mucha personalidad, así que poco a poco.  

Pero es importante no rehuir tu responsabilidad con su educación porque se puede convertir en un perro realmente molesto e impertinente si no se controla su carácter a tiempo, aunque no sea agresivo ni peligroso, dadas sus características físicas. 

Así mismo, uno de los aspectos físicos característicos del pomerania es su manto, de doble capa, con la capa externa de pelo largo, recto y erecto y la capa interna con pelo corto, denso y lanoso. Una espesa melena cubre el cuello y los hombros. Además, los pomerania de pura raza deben tener los miembros anteriores con pelo abundante en forma de plumas, mientras que los posteriores y la cola también deben tener pelo abundante. 

¿Y qué hacer con este espectacular manto de pelo? Acostumbrarlo desde cachorro, si es posible, al cepillado habitual (dos veces por semana) para evitar los nudos y mantener su pelaje brillante. Además, es aconsejable bañarlo una vez al mes después de superar su fase de cachorro. 

Por último, como otros perros de pequeño tamaño, el pomerania también tiene un metabolismo rápido, de forma que necesitan comer poco pero habitualmente.