El pastor belga es una raza que agrupa cuatro variedades diferentes procedentes de Bélgica: Laekenois, Tervueren, Malinois y Groenendael, este último conocido como perro pastor belga en Estados Unidos donde sus asociaciones caninas, como el prestigioso American Kennel Club, las consideran cuatro razas diferentes.
No obstante, para la Federación Cinológica Internacional se trata de una sola raza, anatómicamente idénticas que varían en la textura, el color y la longitud del pelaje, recibiendo cada una de ellas el nombre de la zona o ciudad de Bélgica en la que se desarrolló: Groenendael, Laeken, Tervuren y Malinas.
El origen del pastor belga
Al igual que el pastor alemán, la historia del pastor belga está asociada a su primera “profesión”, la de guardián de rebaños. Durante el siglo XIX era habitual que uno o varios perros cumplieran función de control, defensa y gestión de los rebaños de animales de granja en Bélgica.
Pero por aquel entonces existía una considerable variedad en esta clase de perros que no se comportaban con la misma eficiencia. Con el fin de mejorar las aptitudes de estos animales, un profesor de la escuela de Medicina Veterinaria de Cureghem lideró un grupo de criadores para dar forma a la futura raza de pastor belga que nace oficialmente, según la FCI, entre 1891 y 1897 fundándose el Club del Perro Pastor Belga en el que se censan un total de 117 ejemplares.
Debido a la limitada extensión de las granjas en Bélgica, los perros pastores eran casi los “dueños” de las mismas, haciendo casi de todo, según señala Linda Friedow, la presidenta del comité de formación de jueces del American Belgian Malinois Club: “desde cuidar la granja, pastorear, tirar de carros y controlar pequeños rebaños de ovejas, cabras, gansos y patos”.
Fue a partir de 1911 cuando el pastor belga llega a Estados Unidos mientras en Europa el Club del Perro Pastor Belga concluye que se trata de una sola raza con tres variedades de pelo.
Pastor belga, un perro hipervigilante muy apegado a su tutor
Su herencia como trabajador incansable y como centinela en granjas ha configurado un carácter hipervigilante, con una aptitud innata para proteger lo que considera suyo, por lo que se ha convertido en un guardián de viviendas y propiedades.
Así mismo, es un perro muy solícito de forma que nunca dará un “no” por respuesta a su tutor ni lo verás rehuyendo sus “responsabilidades”. En este sentido, por lo tanto, es un perro apto solo para personas con tiempo suficiente para atenderlo ya que suele generar una suerte de “apego ansioso” con su tutor.
Así pues es una de esas razas que cumple a la perfección con el viejo adagio de que el perro es el mejor amigo del ser humano: un pastor belga te acompañara a todas partes… literalmente, como dice Friedow: “Mi Malinois quiere saber dónde estoy y qué estoy haciendo en todo momento. Nunca subo las escaleras ni voy al baño sola”.
Pero la FCI señala que, a pesar de su temperamento impetuoso y alerta y su carácter seguro, no debe mostrar temor, pero tampoco agresividad, aspecto que, en caso de aparecer, debe ser corregido con una adecuada educación desde cachorro, siempre que sea posible.
Cuidados y precauciones del pastor belga: un perro exigente
El pastor belga no es un galgo que apena ladra y duerme buena parte del día: se trata de una raza exigente con su tutor, tanto en conocimientos sobre adiestramiento canino como en tiempo y dedicación.
Pero no temas, es un perro muy inteligente que aprende rápido debido a su instinto de trabajo que fue adquiriendo como perro pastor y guardián. Es cuestión de enseñarle a comportarse adecuadamente en su entorno, tanto con otros animales como con personas. En este sentido, es importante que perciba que no debe “sobreproteger” a su tutor ni a sus propiedades porque podría ser contraproducente.
Así mismo, debido a su carácter atlético y su temperamento inquieto necesitará buenas dosis de paseo y ejercicio diario: son grandes compañeros de tutores aficionados a los deportes, como correr, hacer senderismo y andar en bicicleta.
¿Cómo diferenciar las variedades del pastor belga?
Aunque, como hemos dicho, su anatomía y carácter son similares en todas las variedades, su aspecto es diverso debido, principalmente, a su pelo. Es común a todas ellas un pelo abundante, apretado, de buena textura, formando junto con el pelo del fondo, que es lanudo, una excelente capa protectora. Pero más allá de esto, se pueden distinguir por las siguientes características:
- Groenendael: pelo largo y color negro zaino.
- Tervueren: pelo largo de color rojo carbonado y gris carbonado bajo una máscara negra.
- Malinois: pelo corto con máscara bien pronunciada y solo de color rojo carbonado con máscara negra.
- Laekenois: pelo duro solo de color rojo con rastros de carbonado principalmente en el hocico y en la cola.
Los oficios del pastor belga: atrapando a Bin Laden
Para que te hagas una idea del carácter y la exigencia pero también de la enorme capacidad de trabajo y astucia del pastor belga, debes saber que se trata de una de las razas más habituales en el mundo laboral, desde perros ambulancia a perros militares y, por supuesto, perros detectores de sustancias.
Pero uno de los pastores belga profesionales más famosos del mundo (con libro incluso) fue Cairo, el perro que ayudó al comando de SEAL a atrapar (y asesinar) a Osama Bin Laden en Pakistán en 2011: “Cairo era mi perro y yo era su padre. No utilizo ese término como eufemismo. La relación entre un adiestrador y un SEAL canino es profunda e íntima. Va mucho más allá de la amistad y los lazos habituales que unen al hombre con el perro. El entrenamiento es experiencial y abarca todo, una inmersión permanente diseñada para fomentar no solo la experiencia, sino un vínculo de una profundidad y complejidad poco comunes”.
Así definía Will Chesney la relación de un adiestrador con un pastor belga militar. Cairo se retiró del servicio en 2013 muriendo de cáncer en 2015.