Los colibríes en peligro de extinción por culpa de la brujería

Colibríes envasados en bolsas de plástico para ser vendidos en tiendas y mercados como amuletos de amor. La demanda de amarres y hechizos en diversos países es tal que la caza furtiva y contrabando se ha convertido en una seria amenaza para diversas especies de colibríes. 

¿Es posible que a estas alturas todavía haya personas que crean en el poder de un colibrí muerto para seducir a la persona amada? Sí, lo es, y supone un grave problema para el bienestar de esta ave de leyenda con gran influencia en las tradiciones nativas americanas.  

Colibríes muertos para embrujar al ser amado 

Colibrí - Fuente: Pixabay
Colibrí – Fuente: Pixabay

Haz la prueba. Busca la palabra “amarre” en Google y recibirás un buen número de entradas que describen diversos métodos para invocar la ayuda de los dioses o de los espíritus, ya sea en materia de fertilidad, trabajo o amor.  

Se nos dice que son tradiciones que hunden sus raíces en la antigua Grecia, Egipto o en las propias civilizaciones mesoamericanas. Pero el hecho de que algo sea “tradicional” no quiere decir que haya que seguir haciéndolo: también se hacían sacrificios humanos para invocar a los dioses y hay pocas dudas a estas alturas de que matar gente no invoca a nada.  

Aunque el sacrificio humano ya está superado, el sacrificio animal, no. Son miles de animales los que siguen siendo sacrificados para participar en rituales de lo más bizarros. Particularmente llamativo son las actividades vinculadas a los rituales de amarre de gran relevancia social en diversos países de Latinoamérica como muestra este amplio estudio sobre el consumo de magia amorosa.  

¿Y qué papel juega el colibrí en estos rituales? En países como México, el colibrí es símbolo del buen augurio, su incesante revoloteo es como la flecha de Cupido, una declaración de amor. Hasta ahí todo bien.  

El problema es cuando esta leyenda se convierte en superstición como muestra este artículo de la Universidad Autónoma de México en el que se habla de la venta de colibríes muertos como amuleto de amor: “los hombres deben portarlo en la bolsa de su camisa y así todas las mujeres estarán locas por él”. 

Este magnífico artículo de National Geographic profundiza en como una superstición aparentemente inocente se puede convertir en toda una red de comercio ilegal que amenaza la supervivencia de numerosas especies de colibríes.  

Hace quince años, agentes del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos interceptaron un paquete que llegaba desde México: en su interior decenas de colibríes muertos. Los agentes no salían de su asombro, pero pronto se ataron los cabos sueltos: el comercio ilegal de colibríes era una realidad que atravesaba fronteras.  

650 colibríes muertos en el mercado de Sonora 

Colibrí - Fuente: Pixabay
Colibrí – Fuente: Pixabay

Tal vez nunca hayas estado allí, pero es posible que te suene. Hasta Nacho Vegas le dedica una canción en la que no falta la mención a los amarres. Según cuenta el artículo de National Geographic, varios investigadores se pasaron por el mercado de brujería de Sonora para proseguir con la investigación que se había iniciado tras la interceptación del paquete postal en la aduana.  

Los agentes ya habían encontrado previamente colibríes con la etiqueta de “hecho en México” lo que los llevó a este lugar “al que no te conviene ir”. Allí se llegaron a documentar hasta 640 colibríes muertos y expuestos, listos para servir de ingrediente para uno de esos amarres: “cuando uno consigue un amor de este tipo, hay que tener cuidado porque es en serio. La fuerza de un colibrí es muy fuerte en el mundo místico”, señaló una de las brujas a los investigadores de incógnito mientras mostraba cuatro aves muertas en su mano. 

Y es que casi cada vendedor que encontraron durante su visita al mercado contaba con una docena de colibríes colgando de ganchos como amuletos. ¿Y el precio? Unos 150 pesos de la época, 8 euros al cambio. Como decía Frank de la Jungla, si hay negocio, hay demanda. Al haber demanda de hechizos de amor, hay negocio de comercio ilegal de estas aves.  

La leyenda del colibrí, la diminuta ave polinizadora

Colibrí - Fuente: Pixabay
Colibrí – Fuente: Pixabay

Ave de leyenda que guio a los mexicas hasta Aztlán según el mito, se estima que, en la actualidad, existen unas 366 especies distintas de colibríes con un tamaño que puede alcanzar los seis centímetros del colibrí abeja, el vertebrado de sangre caliente más pequeño del mundo.  

Además de este tamaño diminuto, su otra característica que los convierte en aves únicas es su vuelo, su constante aleteo que puede alcanzar una velocidad de 15 metros por segundo: puede incluso volar hacia detrás, algo también único. 

Por otro lado, su metabolismo también es asombroso siendo el más rápido del reino animal: hasta 100 veces más rápido que el de los elefantes de forma que necesitan comer incesantemente, entre cinco y ocho veces por hora. 

¿Y qué comen? Aquí entra el aspecto que los coloca en una posición esencial en el ecosistema ya que se alimenta principalmente del néctar de las flores complementando la dieta con insectos y arañas. De hecho, los expertos señalan que entre los colibríes y las plantas de las que se alimentan existe una estrecha asociación coevolutiva.  

A pesar de algún curioso descubrimiento reciente, lo cierto es que diversas especies de colibríes están en peligro, muchas de ellas por culpa del comercio ilegal lo que podría tener un efecto muy negativo en la reproducción de las plantas que, como sabemos, también sucede en el caso de otros polinizadores.  



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