Ivermectina para perros: qué es y para qué sirve

Puede que hayas oído hablar alguna vez de la ivermectina, un fármaco que se utiliza desde hace años para administrar a los perros. Pero también puede ser que no tengas muy claro de qué se trata y estés más tranquilo si sabes de antemano lo que es por si el veterinario se lo prescribe a tu amigo de cuatro patas.

Esto es lo que debes saber sobre la ivermectina para perros, para qué sirve y cuáles son las contraindicaciones y las precauciones a seguir en el supuesto de que tu amigo peludo tenga que tomarla.

¿Qué es la ivermectina?

Perro durmiendo
Perro durmiendo/Foto: Unsplash

La ivermectina es una sustancia activa, fácil de obtener, que sirve para combatir a los parásitos internos y externos, ya que actúa sobre el sistema nervioso de estos hasta provocarles la muerte. Se trata de un medicamento económico que se usa con frecuencia y que tiene asociados pocos efectos secundarios.

El descubrimiento de la ivermectina se produjo en los años 70 del siglo XX por parte de William C. Campbell y Satoshi Uramura, quienes fueron galardonados con el Premio Nobel de Medicina en 2015. La comercialización del fármaco comenzó en 1981 y desde entonces su uso es frecuente en la medicina humana y en la veterinaria.

La ivermectina se utiliza en diversos fármacos para suministrar a los perros, pero también a los gatos, a los caballos y al ganado, sin olvidar el uso en los humanos. Por lo que respecta a nuestros amigos peludos, este medicamento se administra o bien a través de una inyección subcutánea o bien por vía oral. Está disponible como píldoras masticables o comprimidos y puede mezclarse con la comida.

Usos de la ivermectina

La forma de actuar de la ivermectina resulta muy efectiva, puesto que paraliza a los parásitos y consigue provocar su muerte. Es un eficaz antiparasitario contra parásitos internos como los gusanos intestinales y oculares, y contra los ácaros que provocan la sarna. También se usa contra parásitos externos, aunque en el caso de las garrapatas no resulta muy efectivo en perros, por lo que para combatirlas se prefiere recurrir a alguno de los otros productos antiparasitarios del mercado.

El veterinario es el único que debe recetar la ivermectina a tu perro, así que sigue las indicaciones que te dé para administrársela. El especialista determinará la dosis en función del problema médico a subsanar y del peso del animal.

Intoxicación por ivermectina

Hay que ser especialmente cuidadosos a la hora de seguir las instrucciones que nos haya dado el veterinario en la administración de la ivermectina a nuestro amigo peludo, porque si le damos mayor cantidad de la indicada podemos intoxicarlo. Con una dosis pequeña que le hayamos dado de más podemos pasarnos, motivo por el cual resulta tan importante que sea el veterinario quien nos indique la cantidad exacta y seguir sus instrucciones al detalle. En caso contrario, corremos el riesgo de que padezca una sobredosis.

Los síntomas de intoxicación por ivermectina en perros son las pupilas dilatadas, las convulsiones, los vómitos, la hiperventilación y la descoordinación. Incluso puede provocar ceguera y el coma del animal. Ante cualquiera de estos síntomas hay que acudir a urgencias veterinarias cuanto antes.

Efectos secundarios

Cama ortopédica
Perro tumbado en la cama/Foto: Pixabay

No obstante, aun siguiendo las pautas del veterinario, puede darse el caso de que nuestro perro sufra algún efecto secundario por la ivermectina, al igual que a nosotros nos pasa con algunos medicamentos. En este supuesto, los más frecuentes son la diarrea, temblores, náuseas, somnolencia, fiebre, molestias abdominales y/o picores. De igual modo, si detectas alguno o varios de ellos, lo mejor es que consultes al veterinario por si le cambia el tratamiento.

Además, en el momento en que el especialista recete la ivermectina, debes decirle qué otros medicamentos está tomando tu perro, si es el caso, pues pueden ser incompatibles y potenciar estos efectos secundarios u otros de mayor gravedad.

Contraindicaciones de la ivermectina para perros

No se recomienda suministrar ivermectina a los cachorros de menos de tres meses, a las razas pequeñas, a los perros ancianos o enfermos, y a las perras embarazadas. Además de ello, es necesario tener en cuenta que, en determinados casos, no se puede dar ivermectina a ciertas razas de perros. Esto sucede así porque algunos de ellos presentan una modificación genética hereditaria en uno de sus genes: el MDR-1, que provoca que sean sensibles a esta sustancia. Se trata del galgo afgano, el border collie, el collie de pelo largo, el pastor inglés y el pastor overjero australiano. La ivermectina puede causarles la muerte, así que si tu perro es de alguna de estas razas jamás se la des.

Recuerda que la ivermectina no es un fármaco de venta libre. Este medicamento siempre debe ser recetado por un veterinario para poder administrárselo a tu perro, así que en esa consulta informa bien sobre las circunstancias de tu amigo peludo para que pueda decidir si es lo más adecuado.



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