El orangután que aprendió a curarse con plantas

“La primera documentación sistemática del supuesto tratamiento activo de heridas con una sustancia vegetal biológicamente activa en grandes simios y otras especies no humanas”. Es una de las conclusiones más relevantes del artículo presentando en Nature a principios de mayo por varios investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal de Alemania, así como de varias instituciones indonesias. 

Y es que la primatóloga Isabelle Laumer y su equipo pudieron comprobar directamente la sorprendente actitud de Rakus, un orangután que se aplicó un ungüento en una herida de su cara. ¿Fue una coincidencia, “un golpe de suerte” o un comportamiento intencional y/o aprendido que nos muestra un rasgo más de la inteligencia de nuestros parientes más cercanos? 

¿Un orangután automedicándose? 

Orangután de Borneo - Fuente: Depositphotos
Orangután – Fuente: Depositphotos

Rakus es un orangután macho de Sumatra, en Indonesia, nacido en torno a 1980, que fue observado por primera vez en 2009 en torno al Parque Nacional Gunung Leuser, al norte de la isla. Los orangutanes salvajes de Sumatra (Pongo abelii) son una de las tres especies existentes de orangutanes, habiendo sido investigados desde 1994.  

Casi tres décadas después de que estos simios comenzaran a ser observados por los científicos, el 22 de junio de 2022, el equipo de Laumer notó que Rakus tenía una herida reciente en la cara y en la boca, una herida que pudo producirse por una pelea entre machos. 

Tres días más tarde, a las 11.16 horas del 25 de junio, Rakus comenzó a alimentarse del tallo y las hojas de la liana Fibraurea tinctoria, también conocida como Akar Kuning, una planta habitual en la alimentación de los orangutanes de esta zona de Sumatra y que tiene una larga historia en la medicina tradicional del Sudeste Asiático como analgésico y antipirético, además de antiséptico y antiinflamatorio. 

Rakus se fabrica una pomada para su herida 

Secuencia del comportamiento de Rakus - Fuente: Nature
Secuencia de la evolución de la herida de Rakus – Fuente: Nature

Poco tiempo más tarde de que Rakus comenzara a comer la liana de esta planta, empezó a masticar las hojas sin tragarlas y a usar sus dedos para aplicar el jugo de la planta de su boca directamente sobre la herida. Según los observadores, este comportamiento se repitió varias veces a lo largo de siete minutos. 

Un poco después, el orangután continuó con su supuesto proceso de curación de la herida untando la misma con la pulpa de la planta hasta que la pulpa roja quedó completamente cubierta con el material de la hoja verde. Una vez hecho esto, siguió comiendo la planta media hora más. 

Durante los días siguientes, la herida pareció evolucionar bien y para el 30 de junio ya estaba cerrada. Los observadores señalaron también que Rakus descansó más de lo habitual durante los días posteriores lo que pudo “afectar positivamente la cicatrización de la herida ya que la liberación de la hormona del crecimiento, la síntesis de proteínas y la división celular aumentan durante el sueño”. Tres semanas más tarde, parecía haber sanado por completo y solo quedaba una pequeña cicatriz. 

¿Fue intencionado el comportamiento de Rakus? 

Si tenemos en cuenta la detallada observación del equipo de Laumer, no parece haber duda de que el orangután actuó de forma deliberada a la hora de aplicarse el ungüento sobre su herida.

No obstante, el equipo informa en su artículo de Nature que “en 21 años y 28.000 horas de observación, nunca observamos a ningún otro orangután en Suaq usando Fibraurea tinctoria para tratar sus heridas” lo que supone, por tanto, un comportamiento excepcional, aunque también puede deberse a que “rara vez” los investigadores encuentran orangutanes heridos en la zona porque son poco comunes las peleas. 

Tan solo se cita la actitud de un macho llamado Plutón que metió su dedo herido en el agua de una planta carnívora probablemente por el efecto refrescante que pudo sentir para aliviar el dolor o, incluso, limpiar la herida.  

De cualquier forma, los investigadores no tienen datos suficientes para concluir si Rakus fabricó ese ungüento de forma deliberada o se tocó accidentalmente con el jugo de la planta descubriendo que sentía que su herida “picaba” menos, razón por la que repitió la actitud. ¿O bien Rakus aprendió a aplicarse “pomadas” viendo a su madre u otros orangutanes? 

Lo que sí señalan los investigadores es que esta sorprendente actitud de Rakus puede certificar la existencia de un mecanismo subyacente común para el reconocimiento y la aplicación de sustancias con propiedades médicas o funcionales a las heridas: tal vez nuestro ancestro común ya mostraba formas similares de comportamiento fabricando ungüentos naturales. 

Jane Goodall y las hojas de los chimpancés 

Un chimpancé - Fuente: Unsplash
Un chimpancé – Fuente: Unsplash

Pese al extraordinario comportamiento del orangután de Sumatra, los investigadores recuerdan que no es el primer caso de un primate que usa plantas medicinales. La pionera en el estudio de los chimpancés salvajes describió por vez primera la presencia de hojas enteras en las heces de chimpancés en Tanzania. 

A finales de la década de 1990, la “deglución de hojas enteras” se documentó en varios sitios de estudio de grandes simios africanos, junto con la masticación amarga de médula demostrándose que tenía funciones terapéuticas y antiparasitarias, observándose diversas formas de automedicación en grandes simios salvajes que se dividen en cinco categorías

  1. Conductas enfermas como la anorexia. 
  1. Conductas de evitación, como evitar las heces o alimentos o agua contaminados. 
  1. Conductas profilácticas, como el consumo rutinario de alimentos con efectos preventivos o de mantenimiento de la salud. 
  1. Conductas terapéuticas caracterizadas por una pequeña cantidad de una sustancia biológicamente activa o tóxica con poco o ningún valor nutricional para el tratamiento curativo de una enfermedad o sus síntomas. 
  1. Aplicación tópica terapéutica de plantas farmacológicamente activas… como el caso que hemos visto de Rakus. 


1 Comment

  1. Efectivamente no es «el primer caso de un primate que usa plantas medicinales». Hay un grupo de primates que lo hacemos muy frecuentemente y desde hace decenas de miles de años.

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