El gato savannah: el más caro del mundo

Casi 19.000 euros por una gata savannah F1 o de primera generación, el gato más caro del mundo. ¿Y por qué este precio? Porque la gente lo paga, porque hay demanda, serían las respuestas más cortas, pero la historia de esta raza de gato merece una explicación un poco más extensa. 

Y es que el savannah es también el gato más grande, un cruce entre doméstico y serval, que se comenzó a hacer popular hace tres décadas y que fue aceptado como raza por la Asociación Internacional de Gatos en 2001 (TICA en sus siglas en inglés) la cual tiene el mayor registro genético gatuno del mundo. 

Gato savannah, el félido doméstico más grande 

Gato Savannah - Fuente: Depositphotos
Gato Savannah – Fuente: Depositphotos

La primera gata savannah nació el 7 de abril de 1986 según señala su ficha oficial en la TICA: una gata doméstica dio a luz un gatito engendrado por un serval africano. Esta primera generación o F1 tenía tanto rasgos de gato doméstico común como de serval, un félido salvaje que mide entre 70 y 100 centímetros con un peso que puede llegar a alcanzar los 18 kg. 

La constitución esbelta junto a su cabeza fina y sus grandes orejas y patas le da una apariencia grácil y elegante como otros félidos como el lince o el guepardo, animales, no obstante, de mayor tamaño que el serval. Pero esta apariencia, por supuesto, tiene su explicación práctica: su talla esbelta le permite divisar a la presa entre las hierbas altas, así como ocultarse de enemigos. Su pelaje amarillento con motas negras, que vemos en otros félidos, completa su camuflaje. 

Por si os sentís tentados tras esta descripción conviene saber que se trata de una especie salvaje prohibida como animal de compañía, entre otras cosas porque puede ser una especie invasora que afecte considerablemente a su entorno en caso de quedar en libertad. Además, es una especie de difícil domesticación porque, como otros félidos, no se prestan con facilidad a la jerarquía humana. 

Un serval - Fuente: Unsplash
Un serval – Fuente: Unsplash

De cualquier forma, según señala la criadora Judee Frank, el nacimiento del primer savannah fue accidental. Frank se había hecho con un serval pequeño y algo pálido que era propiedad de otro criador que entró en contacto con un gato siamés también propiedad de Frank dando como resultado el primer savannah, llamado así en honor a su padre: tenía manchas negras, pero carecía del fondo amarillento del serval, aunque sí poseía cuerpo largo, orejas altas y cola corta del padre serval.  

Pero no sería hasta la intervención del criador Patrick Kelly cuando la raza savannah logra consolidarse, tal y como narra en la asociación creada por él mismo y sus socios, hasta que, tras un largo proceso burocrático, el 15 de febrero de 2001, savannah obtuvo el estatus de registro oficial. 

Rasgos y personalidad del gato savannah 

Gato Savannah - Fuente: Depositphotos
Gato Savannah – Fuente: Depositphotos

Según el Libro Guinness de los Récords, un savannah de nombre Arcturus Aldebaran Powers es el gato más alto del mundo con 48 centímetros. Y es que el rasgo más sobresaliente de este animal es justamente su estatura heredada, por supuesto, de sus ancestros salvajes, pudiendo llegar a pesar en el caso de los machos más desarrollados hasta 13 kg

En este sentido, los machos F1 son los más grandes y pesados: cuanto más cercano está a la generación del ancestro serval, más grande tiende a ser el gato, además de tener los colores más vivos y el pelaje más manchado. 

De cualquier forma, más allá de las diferencias entre generaciones, su estándar como raza (que puedes consultar de forma completa en su ficha de la TICA) lo caracteriza como un gato alto, delgado y elegante con llamativas manchas oscuras, sobre un color de fondo de cualquier tono de marrón, plateado, negro o humo negro. Así pues, el gato Savannah es una raza doméstica que se parece mucho a su origen ancestral, el serval africano, pero con menor estatura.  

¿Y cuál es su carácter? Esto es aún más sorprendente que su aspecto, al menos según señalan sus criadores (y vendedores) ya que se trata de una raza cariñosa y extrovertida, curiosa y confiada, además de muy inteligente. Además, suelen llevarse bien con otros animales domésticos como los perros. 

De hecho, su alto nivel de energía lo convierten en pareja ideal de juegos de los perros más activos. Y es que el savannah suele aburrirse fácilmente, por lo que se recomienda entretenimiento rutinario e incluso paseos con correa. Pero ojo con alterar su zona de influencia, ya que es un gato muy territorial, también como sus ancestros servales. Además, al contrario que otras razas de gatos, disfrutan mucho del agua: los servales son excelentes nadadores y los savannah han heredado esta afición acuática. 

Por qué el savannah es tan caro… y por qué no debes comprar uno 

Gato Savannah - Fuente: Depositphotos
Gato Savannah – Fuente: Depositphotos

Los precios que se difunden por Internet hablan de gatos savannah hembra de primera generación que pueden alcanzar los 20.000 dólares. Para explicar el elevado precio que alcanzan estos ejemplares se aduce la dificultad y el gasto para su cría

Para empezar, el serval del programa de cría de savannah (habitualmente macho) debe criarse con gatos domésticos para que no considere a los gatos como presas: no olvidemos que el serval es un depredador nato que se alimenta de animales más pequeños. Y un gato doméstico no deja ser para él una buena presa. 

Ya lo avisan los criadores: nunca combines un serval adulto con gatos porque estarás poniendo en riesgo la vida de los mismos. Además, el serval puede crecer (unos 3 años) y no aparearse nunca con una gata. Así que imaginaos el tiempo y dinero perdido. La gestación para la gata, en caso de que se produzca, también es complicada, naciendo muchos prematuros o muertos. 

De cualquier forma, el mito sobre los savannah, también difundido por algunos criadores, ha supuesto esta inflación de precios de esta clase de ejemplares gatunos. Y es que algunos compradores creen que se están llevando a su casa una especie de leopardo. Pero no, el gato savannah no es tan grande. 

Sea como fuere, no debes comprar un savannah, entre otras cosas, porque hay cientos de gatos esperando una oportunidad en los centros de acogida, y pagar ese dineral por una especie de gato no es más que fatuo mascotismo que poco (o nada) tiene que ver con el amor por los animales. Más bien se trata de un premio de consolación por no poder tener en casa un serval o un lince. 



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