¿Cómo se reproducen las gallinas? Fecundación e incubación de huevos

Gallus gallus y gallus gallus domesticus, una especie y subespecie domesticada, respectivamente, que han tenido una relación muy estrecha con los humanos desde hace miles de años los cuales han alterado algunas de las funciones de las mismas, como las reproductivas.

A continuación, os explicamos cómo se reproducen los gallos y las gallinas en libertad y cómo es el proceso reproductivo en cautividad lo que facilita que el ser humano tenga a su disposición huevos de gallina para su consumo desde hace 7.000 años.

La reproducción de la gallina silvestre

Gallinas - Pixabay
Gallinas – Pixabay

El gallo y la gallina forman parte de la familia de los faisánidos que se incluye en el orden de Galliformes comúnmente conocido como gallináceas y que agrupa a unas 283 especies entre las que están también las perdices o los pavos: se caracterizan por ser, generalmente, aves terrestres de picos y patas fuertes.

Como sabemos, gallo y gallina presentan un gran dimorfismo sexual de forma que los machos son de mayor tamaño caracterizados físicamente por su gran cresta y los dos colgantes en la base del pico.

En cuanto a sus aparatos reproductores, el de la gallina consta de ovario y oviducto, un tubo de entre 60 y 70 centímetros que conecta el ovario con la cloaca, la porción final de su intestino en el que desembocan los conductos genitales y urinarios. El oviducto, también diferenciado en varias partes con funciones determinadas, acoge los diferentes componentes que formarán el huevo.

Mientras que la vagina de la gallina es un pequeño orificio que lleva el semen al oviducto, el órgano reproductor del macho no es un apéndice, sino una protuberancia conocida como papila copulativa.

El ritual de apareamiento y fertilización

Los machos realizan una exhibición que se suele vincular con la comida: reclamos, cacareos y movimientos de cabeza mientras recogen y dejan caer repetidamente comida. Cuando la gallina coge el alimento del suelo o directamente del pico del macho suele darse por terminado el ritual que finaliza con la copula en la que el gallo deposita un saco de semen en el aparato reproductor de la gallina.

En este sentido, hay que recordar que la reproducción de las aves (ovíparos) y los mamíferos (vivíparos) es muy distinta ya que en el caso de estos últimos consta de ovulación, gestación, parto y lactación mientras que en el de las gallinas incluye ovulación, oviposición e incubación.

Pero para que se produzca la fertilización, por supuesto, el esperma del gallo ha de llegar al óvulo que es la yema que se ubica en el infundíbulo en la entrada del oviducto, el lugar en el que dicha yema es capturada tras la ovulación.

Como decíamos a la hora de exponeros por qué las gallinas (domésticas) ponen huevos todos los días, la gallina no sabe de antemano si el óvulo terminará fertilizado o no, por lo que simplemente tiene que seguir adelante y hacer crecer el óvulo con la esperanza de que sea fertilizado: en la naturaleza, este sistema funciona bien porque el apareamiento entre aves es común y la mayoría de los huevos terminan fertilizados.

Doce huevos como máximo

Gallina y polluelos - Pixabay
Gallina y polluelos – Pixabay

Y es que en estado silvestre, un gallo puede aparearse hasta 30 veces en un mismo día (con diferentes gallinas) por lo que las probabilidades de fertilizar los óvulos son altas: cuando así es, el aparato reproductor de la gallina genera la cáscara que cubre el embrión. En torno a 24 horas más tarde, la gallina pone el huevo, y lo hará así con otros 10 u 11 en los siguientes días.

En este sentido, una gallina que no ha sido criada para poner huevos suele poner en torno a 10 o 12 de cada vez y tan solo en dos etapas del año, generalmente en primavera cuando es más fácil garantizar el alimento. Ese es el número límite de huevos de su nidada, el conjunto de crías de una misma puesta que están en el nido.

En ese momento deja de liberar óvulos de las reservas de su cuerpo, no solo porque es un proceso con el que gasta una gran energía, sino también porque no puede mantener más de 12 huevos a la vez, según dicta su propia naturaleza. Durante tres semanas, la gallina incuba los huevos. Como no todos eclosionan al mismo tiempo, la gallina permanece incubando hasta que eclosiona el último de los huevos.

Entre las dos y las cuatro semanas, los pollos desarrollan plumas, y a los dos meses ya tienen plumaje de adulto. Y un poco más tarde, las madres “expulsan” a los pollos para que formen su propio grupo o se unan a otro, alcanzando su madurez sexual a los cinco meses aproximadamente, siendo los machos los que primero la alcanzan.

La reproducción de la gallina doméstica

Gallina y huevos - Pixabay
Gallina y huevos – Pixabay

La reproducción de la gallina ha sido modificada “biogenéticamente” debido a la intervención del ser humano desde hace más de 7.000 años cuando se inició su domesticación que ha terminado desembocando en la producción industrial de huevos en granjas avícolas.

Actualmente, el pollo es uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial, siendo China, Estados Unidos y Brasil, los líderes en el mismo. Según Our World in Data, se sacrifican más de 200 millones de pollo al día, 140.000 pollos cada minuto, mientras que la producción mundial de huevos también sigue creciendo.

Y para conseguir esta elevada producción el ser humano debe “engañar” a la gallina para que ponga huevos todos los días (no solo diez o doce periódicamente) en las granjas: los huevos se retiran a diario para que el nido nunca llegue a estar lleno, de forma que no se complete esa docena que sería el tope que indica a la gallina que es hora de parar.

El proceso es el mismo que en la naturaleza, pero el gallo no interviene, para que no sean fecundadas las yemas. Eso sí, también ayudamos a la producción de huevos de calidad con un alimentación rica en proteínas, minerales y vitaminas y modificando las condiciones ambientales.



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