Cómo es el carácter de un braco de Weimar

Enérgico, intuitivo y elegante, el braco de Weimar constituye una de las razas de perro más singulares de Europa. Y es que su propio origen sigue siendo debatido entre los cinólogos, los expertos que estudian la historia y la genética de los perros.

Y para narrar la historia del braco de Weimar nos debemos ir a la corte de Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach donde surgiría esta raza de perro que durante décadas vivió en palacio, al servicio exclusivo de monarcas y nobles. 

El misterioso origen del braco de Weimar 

Braco de Weimar - Fuente: Pixabay
Braco de Weimar – Fuente: Pixabay

Ejemplar déspota ilustrado, Carlos Augusto de Sajonia-Weimar-Eisenach se volcó en los habituales pasatiempos de la corte dieciochesca, antes de que la guillotina revolucionaria la sacara de su ensimismamiento palatino. Pero si se trataba de cazar, como buen noble, no se reparaba en gastos ni ambiciones: Carlos Augusto soñó con el perro de caza perfecto y puso a todo el mundo a trabajar para lograrlo. 

Se cree que Carlos Augusto ordenó el cruce de varios sabuesos con perros de caza franceses y alemanes hasta que surgió un perro versátil, vigilante e infatigable en la búsqueda que cumplió con sus expectativas.  

En un principio, el duque y sus cortesanos usaron estos perros en “caza mayor”, es decir en la persecución de grandes mamíferos como osos o lobos. Pero una vez que la población de esta clase de animales en el entorno de Weimar iba decreciendo (por culpa también de la propia caza, por supuesto), el Weimaraner (nombre que deriva de su procedencia geográfica) empezó a especializarse en la recuperación de aves. 

La satisfacción de Carlos Augusto con esta raza de perro fue tal que rechazó que el braco de Weimar saliera de palacio: solo los nobles, considerados cazadores expertos, podían darse el lujo de acceder al perro de caza perfecto.

Y esta sería la razón por la que hoy sigue debatiéndose el origen genético de esa raza: se dice, incluso, que fueron los propios nobles los que anularon deliberadamente las trazas del origen de la raza para que el Weimaraner se mantuviese inaccesible a la población.  

Braco de Weimar: el ‘fantasma gris’ 

Braco de Weimar - Fuente: Pixabay
Braco de Weimar – Fuente: Pixabay

Con el tiempo y los cambios sociales decimonónicos, el Weimaraner logró salir de la corte encontrando acomodo entre cazadores profesionales y guardias forestales gracias a sus excelentes dotes para la vigilancia: a finales de siglo ya es reconocida como una raza por los clubes alemanes. 

En 1935 se redacta el primer estándar oficial distribuyéndose por Europa y Estados Unidos. El prestigio del braco de Weimar como fiel perro de compañía empieza a desplazar a su primitiva función como cazador. De hecho, el presidente de Estados Unidos Eisenhower y la actriz (y princesa) Grace Kelly tuvieron un Weimaraner: el apodado “fantasma gris” por su célebre color y sus dotes como rastreador ya está en los hogares de medio mundo. 

Y es que su “reclusión” durante décadas en palacio configuró también un carácter muy especial que le puede convertir también en un compañero ideal. A pesar de su habilidad como cazador, el braco de Weimar ya era señalado como tímido e incluso temeroso ante desconocidos: por lo general debía ser tratado con dulzura y hablarle en tono bajo para que no se cohibiera. 

Por supuesto, depende de cada ejemplar y de la educación que haya recibido, pero, por lo general, el braco de Weimar es un perro muy apto para la vida en familia siendo considerado un magnífico perro guardián por sus dotes de vigilancia ya reseñadas.  

Braco de Weimar - Fuente: Pixabay
Braco de Weimar – Fuente: Pixabay

Un aspecto delicado, no obstante, es la educación. En algunos casos, esta raza de perro se vincula intensamente con su tutor de forma que no está interesado en otros humanos, tampoco para seguir sus indicaciones. Por lo tanto, conviene socializarlo desde cachorro, si tienes la oportunidad, para que aprenda a convivir con otros humanos y animales además de ti. 

Ya lo dice el American Kennel Club en su ficha sobre el braco de Weimar: “la buena noticia es que el Weimaraner es inteligente, la mala noticia es que el Weimaraner es inteligente”. Esto quiere decir que este perro aprende muy rápido… lo que le enseñes: así que muéstrale solo buenos hábitos. Así mismo deberás ser “creativo” en la educación ya que el Weimaraner puede operar según el principio: “¿Qué gano yo con esto?”.  

Pero eso sí, el braco de Weimar actual ha heredado de sus ancestros su obediencia y fidelidad a un tutor, siendo un perro devoto que te acompañara al fin del mundo si se lo pides. 



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