Capibaras: el animal de moda que nunca deberías tener en casa

“La capibara es un animal asalvajado, que necesita agua, que necesita espacio grande para moverse (…) Ese canal hay que denunciarlo por abuso animal. Con la nueva ley yo personalmente voy a llamar para que te denuncien, porque si no hay demanda no hay negocio”. 

Así de tajante se mostraba Frank Cuesta, extenista, herpetólogo y actualmente director de Santuario Libertad en Tailandia, al valorar el video que hizo el youtuber YoSoyPlex con una capibara. A continuación, conocemos al roedor más grande del mundo que nunca debes llevar a tu casa, porque no es un lugar apto para un animal de estas características. 

Capibara, el roedor gigante 

Capibara - Fuente: Unsplash
Capibara – Fuente: Unsplash

Puede crecer hasta los 1,30 m de largo y superar los 60 kg de peso: no hay roedor en el mundo tan grande, ni siquiera el castor con el comparte diversos rasgos: este último no suele superar los 25 kg. Así las cosas, estamos ante un animal muy especial, de la familia de los cávidos, nativo de Sudamérica, teniendo como pariente más cercano a los conejillos de indias.  

Un roedor acuático 

La principal razón por la que no deberías tener una capibara en tu casa ya queda expuesta de forma elocuente en el video de Frank Cuesta: es un animal semiacuático que precisa contacto constante con el agua para desarrollarse adecuadamente. Vive en ríos y humedales, no en piscinas con cloro ni en bañeras. 

Su adaptación al medio acuático está fundamentada en sus rasgos más singulares. Para empezar, cuenta con pies palmeados como las ranas y los patos, con unas patas traseras con una membrana digital que le ayuda a nadar con gran habilidad. Sus ojos, oídos y fosas nasales están en la parte superior de la cabeza justamente para permitirles permanecer más cómodamente en el agua, ocultándose además de los depredadores. 

Capibara - Fuente: Unsplash
Capibara – Fuente: Unsplash

Por otro lado, su largo pelaje cuenta con unas glándulas sebáceas que producen una sustancia que repele el agua lo que garantiza la impermeabilidad de la piel. No obstante, algunos capibaras tienen el pelo demasiado fino lo que supone peligro de insolaciones, razón por la cual prefieren revolcarse en el barro.  

Como buen roedor, cuenta con incisivos y molares que crecen constantemente para compensar el desgaste continuo: son dientes prominentes y afilados que les permite comer hierbas y plantas acuáticas.

Además, tiene la capacidad de adaptarse a las estaciones más secas, cuando su intestino delgado se expande ayudándole a absorber más nutrientes. Por cierto, en algunos casos, se comen sus propias heces por la misma razón: reabsorber nutrientes.  

Para completar su vinculación al agua, hay que señalar que se reproduce en el agua, con una cópula que apenas dura unos segundos, aunque las capibaras hembras puede aparearse varias veces en su época de celo. 

La capibara, el animal más querido 

Capibara - Fuente; Depositphotos
Capibara con un pájaro sobre la cabeza – Fuente: Depositphotos

Seguro que has visto alguna de esas imágenes en las que la capibara aparece rodeado de otros animales. Hasta puede aparecer con varios monos subidos al lomo, como si fuera un autobús, protegiendo a una fila de tortugas, o dando la espalda a un cocodrilo, sin ninguna precaución. ¿Por qué este “buen rollo” de la capibara con otros animales? 

No está claro por qué sucede así, pero parece que el carácter apacible de este animal despierta confianza en sus vecinos que no dudan en aprovecharse de su generosidad para cruzar un río sin mojarse, encontrar calor para descansar, o quién sabe, buscando compañía para pasar la tarde a la orilla del río. 

Y es que la capibara es un animal gregario y social que disfruta viviendo en comunidad, generalmente agrupado en comunidades de una decena de individuos, aunque con la llegada de la estación seca, cuando el alimento escasea más, pueden formarse grupos de hasta 100 ejemplares.  

¿Capibaras reclamando su territorio? 

Capibara - Fuente: Unsplash
Capibara – Fuente: Unsplash

Como sabemos, la alteración antrópica de los territorios tiene consecuencias en los hábitats de los animales. Un caso paradigmático afectó recientemente a los capibaras de Nordelta, uno de los barrios más ricos del Gran Buenos Aires, que sufrió una “plaga” de capibaras denunciada por los vecinos, como señala este artículo de National Geographic.  

Y es que este barrio está construido sobre un humedal y, según Greenpeace, la capibara tan solo estaría reclamando lo que es suyo: “El carpincho —término con el que se conoce a la capibara en Argentina o Perú— es una especie autóctona del Delta del Paraná y la proliferación de proyectos urbanísticos ha provocado la reducción de su hábitat, por lo que es lógico que este tipo de acontecimientos ocurran”. 

¿Y cómo terminó lo de Frank Cuesta y YoSoyPlex? 

Finalmente, el youtuber sacó un video con los ojos llorosos pidiendo perdón por su irresponsabilidad, recogió el guante lanzado por Cuesta y se personó en el santuario del presentador de televisión, pagándose su propio billete de avión. Ambos limaron asperezas y YoSoyPlex conoció a las capibaras en su hábitat natural que no es, por supuesto, una habitación de una casa plagada de bros móvil en mano. 

La polémica, al menos, ha servido para que se conozca más de cerca este adorable animal que no debemos tener en casa porque, como hemos visto, no va a encontrar un hábitat adecuado para su desarrollo.  



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