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La de hoy en el Liceo de Barcelona era el aria de Pedro Sánchez, su solo de la concordia. Es el anuncio y la explicación de por qué el Gobierno perdonará mañana a los nueve líderes independentistas. Ha expuesto que el Ejecutivo va a aprobar una medida de gracia "a nueve personas que asumieron las responsabilidades de sus actos y con ellas vamos a sumar simbólicamente a los cientos de miles de personas que las siguen porque no avanzaremos igual sin ellos y sin ellas". El "urgente" reencuentro y dejar atrás la confrontación son su motivación. Las razones para la decisión política: que la vía judicial ha concluido y que el Gobierno está obligado a tramitar la medida de gracia. Y la convicción. "Lo que sí esperamos es que se comprenda que no hay caminos fuera de la ley. Fuera de la legalidad no hay espacio para la política", ha afirmado el presidente. Sánchez defiende la Constitución como garantía de concordia, la unidad de España y su diversidad y expresa respeto al Tribunal Supremo, asegurando que los indultos son una figura que "ni cuestiona ni revoca la sentencia firme condenatoria". Es el tiempo de la política, de los indultos necesarios, añade, un tiempo con otros solistas. Porque Pere Aragonés, presidente de la Generalitat, ha valorado las palabras del jefe del Ejecutivo español diciendo que la decisión de perdonar a los líderes independentistas condenados "es un paso que reconocemos pero es incompleto". Aragonés, ausente en el acto del Liceo, saluda el anuncio, pero en su partitura solo se entona que la única solución es la amnistía y la autodeterminación. -Redacción-