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El PP al completo avala la operación en Murcia para salvar su Gobierno en la Región
Agencia Atlas
Implicado personalmente, como murciano también que es, el secretario general de los populares, Teodoro García Egea, saca pecho de lo hecho en Murcia: "Ayer vimos como tres personas se mantuvieron firmes a una palabra, a un pacto que se firmó hace dos años. Han sido otros los que lo han roto". Y que ve al Gobierno más pendiente de las mociones que de las vacunas. "No se puede firmar una moción de censura en un despacho y gobernarla con un mando a distancia", sentencia. Operación en Murcia que cuenta también con el aval incluso de los menos afines a la actual dirección del PP. Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, le ha dado públicamente las gracias por su esfuerzo. "Desde Galicia celebramos que la deslealtad no tenga premio en Murcia", subrayaba Alberto Núñez Feijóo. Ésa es la consigna. En el PSOE, la contraria: la ruptura del pacto antitransfuguismo. "Hemos visto en Murcia, como en la plaza pública, como si se tratara de una venta de esclavos, allí se gestó, sin ningún rubor, una compra de tres tránsfugas", decía su secretario de organización, el ministro José Luis Ábalos. Deslizan, al igual que la convocatoria electoral en Madrid ya se planteaba en diciembre, que se barruntaba algo con los tres diputados murcianos en cuestión. "Lo tóxico que representa una relación con el Partido Popular para cualquier formación". Apelan a revisar los pactos a la formación naranja, muy tocada tras estos episodios. Pero Ciudadanos insiste: la iniciativa de la ruptura partió de los compañeros de Murcia, de todos, incluidos los que han cambiado su posición. "No me he caído de un guindo hace dos días, me he dedicado toda mi vida a perseguir la corrupción. Esto es una compra de voluntades", relataba su portavoz, Edmundo Bal. Y que no está en cuestión, aunque parezca, el liderazgo de Inés Arrimadas.