Te quitas la ropa tiritando, te diriges vacilante al agua y te metes dentro: la sensación que recorre todo tu cuerpo te obliga a cerrar los ojos y abrir la boca para suspirar. Y una sonrisa se te queda dibujada en el rostro durante los próximos minutos… u horas. Pocos placeres tan sencillos como este: disfrutar de un baño termal al aire libre cuando las temperaturas empiezan a bajar.
Si bien en España no estamos tan acostumbrados a esta clase de actividades naturales, otros muchos países, como los nórdicos europeos, no pueden vivir sin sus chapuzones durante todo el año, invierno helado incluido. ¿Qué te parece probar uno de nuestros balnearios gratis y naturales este mismo otoño? Ya verás como repites.
Las termas de Ourense
Nuestro viaje por los balnearios gratis de España debe empezar en Ourense, la tierra prometida para los aficionados a las termas. De hecho, dicen de esta ciudad que es la segunda con más fuentes termales de Europa, solo por detrás de Budapest, cuyos balnearios son una de sus principales atractivos turísticos.
Pues bien, no hace falta irse a Centroeuropa para disfrutar de un baño caliente en pleno invierno. La composición granítica del suelo orensano permite que se filtre el agua de lluvia, calentándose en su interior y surgiendo a temperaturas que van de los 40 a los 70 grados, incluyendo algunos de los baños con temperaturas más elevadas de la península ibérica.
Este agua que surge entre las grietas de la roca ha ido tallando el relieve, junto a la acción del río Miño, generando diversas pozas y piscinas que podemos disfrutar durante todo el año.
Aunque a la hora de escribir estas líneas, las termas de Muíño da Veiga están temporalmente cerradas debido a la crecida del río, a buen seguro que en breve volverán a estar disponibles, como los estará la de A Chavasqueira que también es gratuita.
Por su parte, el espacio termal de uso lúdico de Outariz y Burga de Canedo, que es el más grande de la ciudad, con diversas instalaciones en el margen derecho del Miño, está abierto y también es gratuito disponiendo de vestuarios con taquillas y aseos a disposición de los usuarios: son aguas de mineralización débil, hipertermales, biocarbonatadas sódicas, fluoradas y sulfuradas. De todo, vamos…
Pero no solo tenemos baños termales en torno a la ciudad de Ourense: también en otros puntos de la provincia nos podemos poner en plan romano recordando la tradición de esta provincia que enamoró al Imperio con la calidad de sus aguas… y de su oro. Acércate a las termas de Bande, a 40 minutos al sur de la capital, y sumérgete en la cálidas aguas del Limia.
Baños de la Hedionda (Málaga)
Vale, no es el nombre más atractivo, pero tiene su sentido. Es el olor a azufre de las aguas, algo que puede resultar un poco desagradable en un principio pero a lo que pronto te acostumbras, una vez que te sumerges en las mismas.
En Islandia también pasa lo mismo, y es uno de sus emblemas turísticos: así que menos reparos… Además, la leyenda dice que aquí el diablo exhaló su último aliento antes de ser expulsado por Santiago, razón por la que ha permanecido este olor.
En temporada alta hay que reservar y hay vigilancia para evitar masificación ya que es un destino que se ha puesto de moda en los últimos años, pero con la llegada del otoño la afluencia baja.
Pozas de Arnedillo (La Rioja)
Nos vamos a La Rioja para conocer otro de los baños naturales y gratuitos más famosos de España. Los encontramos en la localidad de Arnedillo en el valle alto del río Cidacos. Como sucede en Ourense, hablamos de termas naturales que surgen a la superficie después de haberse filtrado a gran profundidad superando los 50 grados.
Son aguas con carácter minero medicinal, clasificadas como clorurado sódicas, sulfatado cálcicas, bromuradas, con iones de magnesio, hierro, silicio y rubidio, radiactivas e hipertermales. Pero sobre todo… que están calentitas.
Piscinas naturales de la Fontcalda (Tarragona)
Estos baños son más indicados para los menos frioleros porque las aguas de la Fontcalda alcanzan los 28 grados. Cuentan que, desde antiguo, estas aguas que surgían de la roca y que formaron pozas y piscinas naturales en un pequeño congosto en torno al río Canaletes fueron aprovechados por los peregrinos que también pasaban para rendir culto a la Virgen de la Fontcalda que hoy reside un santuario a la orilla del río.
Termas de Alhama de Granada (Granada)
Regresamos al sur para bañarnos en las termas de este enclave del Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, término este último que, en árabe, significa “aguas calientes” lo que nos muestra la tradición balnearia de esta zona desde tiempos remotos.
La temperatura de estos baños, también gratuitos y abiertos todo el años, rozan los 50 grados. Además están ubicados en una pequeña zona de bosque a la que se puede acceder andando desde la localidad en una media hora.
Baños de Zújar (Granada)
Y no nos movemos de la provincia para nuestra última visita, aunque nos tenemos que ir al otro extremo, en la zona nororiental de Granada donde encontramos los baños de Zújar, una zona termal también con gran tradición aunque su entorno ha cambiado un poco en las últimas décadas debido a la creación del embalse del Negratín que acoge las aguas del Guadiana Menor, siendo el cuarto embalse más grande de Andalucía.
Son precisamente las aguas de este embalse las que pueden, en ocasiones, enfriar un poco la temperatura de los baños que, no obstante suele rondar los 40 grados. No son los 70 de las termas de Muíño da Veiga, pero tampoco están nada mal…
