Cualquier excusa es buena para ir al campo y buscar setas es una de las mejores. Desde expertos micólogos a buscadores novatos, la mayoría de las personas que se adentran en montes y bosques para coger setas disfrutan de jornadas entrañables gozando de la naturaleza. Con la llegada del otoño, el tono ocre se combina con el verde generando paisajes fascinantes para disfrutar en buena compañía. Así que toma tu cesta y tu navaja que te vamos a recomendar los mejores lugares para buscar setas cerca de Madrid.
Pero antes, un par de advertencias: algunas regiones exigen la tramitación de un permiso especial para la recogida de setas. En el caso de la Comunidad de Madrid este no es necesario, aunque se recuerda que la recogida de setas en las Zonas de Reserva, así como en las tierras de régimen privado no está permitido sin consentimiento del propietario del terreno. Para más información, revisa el documento de buenas prácticas en la recolección de setas de la Comunidad. Y, por supuesto, si tienes dudas a la hora de consumir las setas recolectadas, consulta con un experto.
Sierra Norte de Madrid
Dicen los que saben que la Sierra Norte es uno de los mejores lugares para buscar setas cerca de Madrid. Dentro de este entorno de belleza singular cada vez más de moda entre los madrileños encontramos diferentes puntos para el rastreo de setas.
Por un lado, está Alameda del Valle, un municipio entre Rascafría y el Embalse de Pinilla en pleno Valle Alto del Lozoya en el que encontrar boletus, níscalos, senderuelas o champiñones silvestres. La mencionada Rascafría —además de ser uno de los pueblos más bonitos de Madrid— ofrece otro entorno muy apreciado por los micólogos. Cerca de Rascafría se halla otra de las joyas naturales de la Sierra Norte de Madrid: el Bosque de Finlandia. Uno de los mejores lugares para dejar de mirar un rato hacia el suelo y disfrutar de la naturaleza en toda su magnitud.
Al este de Rascafría, tenemos el Puerto de Canencia, uno de los paraísos naturales para los buscadores de setas en la Sierra Norte donde abundan las setas de cardo o las setas de fraile. Además, en la zona de Canencia las actividades naturales incluyen la senda ecológica de Canencia y el Área Recreativa. Una escapada otoñal perfecta apta para todos los públicos.
Puerto de Cotos
Un poco más al sur de Rascafría, los micólogos recomiendan acercarse al entorno del Puerto de Cotos en pleno Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en la frontera con Segovia.
Situado entre los valles de Lozoya y el de Valsaín se trata de una zona de gran belleza que cuenta también con la posibilidad de practicar deportes de invierno en la vecina estación de Valdesquí. Las sendas que discurren entre Cotos y el ramal de Cuerda Larga están salpicadas de hongos, especialmente de níscalos.
Zona de Cercedilla
Seguimos nuestra ruta de la seta por la Comunidad de Madrid haciendo una batida por el entorno de Cercedilla a unos 20 kilómetros al sur de Cotos. El valle de Fuenfría es el epicentro de la micología en esta zona de Guadarrama. Los bosques de pinos silvestres nos acompañarán en nuestra jornada de recolección y nuestra cesta se llenará de boletus, níscalos, setas de cardo e incluso Macrolepiotas Procera.
Pero, cuidado, se parece a la Lepiota Helveola, que es altamente tóxica. Lo dicho, si tienes dudas, no te la juegues: consulta con un experto antes de consumir cualquier ejemplar sospechoso.
Monte Abantos
Nos vamos un poco más al sur para conocer otra de las zonas más habituales entre buscadores de setas cerca de Madrid. El monte Abantos y el entorno del Escorial, en la zona más occidental de Guadarrama, ofrece un paisaje que combina historia y naturaleza.
Entre la propia San Lorenzo del Escorial y Santa María de la Alameda existen lugares en los que abundan las setas, así como en las propias laderas de Abantos y en los Bosques de Herrería. Las setas de pie azul son algunas de las variedades más curiosas que podremos encontrar en esta zona.
Alto de Navahonda
A unos 15 kilómetros al sur de San Lorenzo del Escorial está Robledo de Chavela, una población que es el campo base ideal para la exploración del alto de Navahonda y el monte de Almenara, un espacio plagado de encinas cuyos terrenos ácidos son aptos para el desarrollo de los hongos y las setas a lo largo de los meses de octubre y noviembre.
Los micólogos señalan que las setas de cardo, así como los champiñones silvestres y las setas de pie azul abundan por este territorio, también a lo largo de las dehesas que completan estos senderos. Por cierto, una leyenda afirma que en esta zona vive un fantasma que enciende hogueras que producen resplandores nocturnos. Una razón más para acercase al alto de Navahonda, ¿o no?
Puerto de los Leones
Antes de dejar Guadarrama, debemos acudir al Puerto de los Leones, el último de los paraísos micológicos de la Comunidad de Madrid. Se trata de un espacio de gran belleza natural en el que late una historia milenaria ya que este paso de montaña fue transitado en tiempos del Imperio Romano.
Aunque oficialmente conocido como Puerto de Guadarrama, también se le denomina Alto del León por la estatua de un león de piedra que corona la cima. La abundancia de vegetación favorece la aparición de setas y hongos durante estas semanas de otoño como la boletus edulis y los níscalos.
Más allá de Madrid
Las setas no conocen fronteras y nuestra afición por encontrarlas y meterlas en nuestra cesta tampoco. Más allá de la Comunidad de Madrid existen muchas zonas en las que disfrutar de una apacible jornada micológica. En la zona de Segovia, encontraremos diversos puntos para la recolección de setas como el caso del Hayedo de la Pedrosa. Pero, atención, porque en Castilla y León se exige tramitar un permiso para recoger setas.
Por su parte, tanto en Guadalajara como en Toledo también encontramos paraísos micológicos como el Parque Natural del Alto Tajo, los Montes de Toledo, la Sierra de Ayllón o la propia Sierra Norte de Guadalajara. Y todo a un paso de Madrid.
