Películas y podcasts a 1,5x: así consumen cultura los ‘fasters’
Cuando estamos acostumbrados al ritmo frenético de TikTok, tenemos la sensación de que el resto de cosas que pasan en la vida van demasiado lento. Y queremos obtener respuestas rápidas. Es el ciclo sin fin de la inmediatez.
Todos los episodios de ‘Friends’ duran 98 horas, pero si ponemos la serie a 1,5x la podemos terminar en apenas 65. La cultura de la inmediatez ha traspasado TikTok y ahora los jóvenes no pueden dejar de consumir contenidos rápido y corriendo.
“Si veo solo una peli me aburro, entonces me la pongo en el móvil a doble velocidad mientras pinto”. Estas fueron las palabras de Dunia, una joven que participó hace unas semanas en el programa Salvados, que contó con la colaboración de los directores de cine Juan Antonio Bayona y Carla Simón. Las caras de ambos, mediados por Gonzo, eran todo un poema. “¿Realmente te enteras? ¿Y la gente habla rápido?”, preguntaba totalmente escéptica Simón.
Lo que la directora de Alcarràs quizás no sabía es que todo este consumo rápido de la cultura es cada vez más una tónica recurrente entre los jóvenes. Hablamos de los fasters, un grupo de personas que consumen contenido a velocidad rápida. No solo escuchan audios de Whatsapp a 1,5x (venga, ¿quién no lo ha hecho alguna vez?), sino que van un paso más allá: ven series y películas a todo trapo.
Consumo frenético en la juventud
“Al principio cuando Whatsapp sacó la actualización de los audios me parecía un poco raro. Pero después empecé a probarlo y ahora todos los mensajes me los escucho mínimo a 1,5x”, confiesa Adrián, de 22 años. “Si por lo que sea me salta el audio a velocidad normal, me pongo nervioso. Me da la sensación de que la gente habla lento y se enrolla mucho”, añade el joven.
Youtube fue una de las plataformas pioneras que, antes de Whatsapp, introdujo la posibilidad de reproducir contenido más rápido. “Los usuarios de YouTube ahorraron un promedio de más de 900 años de tiempo de video por día al mirar a velocidades más rápidas”, recoge la plataforma en su blog.
Es precisamente el ahorro de tiempo una de las razones por la que los jóvenes optan por darle al 1,5x a la hora de consumir contenidos. Estrella, de 21 años, es otra faster que así lo contempla: “Hace un tiempo que veo series a doble velocidad. Hay algunas que tienen muchísimos capítulos y temporadas y que tampoco requieren que les prestes muchísima atención. Así soy capaz de ahorrar tiempo y terminarlas más rápido”.
En todo esto del consumo rápido parece que la cosa va de zetas y millenials, y si no que se lo digan a la madre de Ainhoa. “Siempre que pongo un audio a doble velocidad en mi casa pasa una cosa curiosa, y es que mi madre se parte de risa. Me dice: ¿Ainhoa estás en serio? ¿De verdad te enteras? Yo creo que para los boomers es algo cómico a lo que no le ven mucho sentido”, reflexiona la joven de 18 años.
Estímulos constantes para jóvenes sin paciencia
En esta cultura de la inmediatez los jóvenes tratan de conseguir respuestas instantáneas. Se trata de obtener la información que estamos buscando lo antes posible. En este sentido, es normal que se aceleren los audios y las series si tenemos en cuenta que el contenido que están acostumbrados a consumir los zeta es totalmente frenético. Pensemos un momento en TikTok y la duración de sus vídeos.
“El hecho de demorar la obtención de respuestas les supone una dificultad, ya que se han habituado a conseguir cosas de manera inmediata”, explica Marta Becerra Losada, psicóloga investigadora del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la Universidad de Granada.
Acelerar el contenido se convierte entonces en una opción para seguir recibiendo estímulos. Sin embargo, esta sobreestimulación puede tener consecuencias directas en su nivel de atención.
“En estas generaciones, el nivel de atención es menor. Podríamos decir que para los jóvenes el autocontrol de la atención está mermado, lo que se traduce en personas con menos paciencia, que se cansan más y que necesitan nuevos estímulos continuamente”, sostiene Becerra. Pulsar el 1,5x no es más que otro mecanismo para obtener respuestas rápidas.
FOMO: Consumir rápido para no perdernos nada
A la búsqueda de respuestas rápidas se suma otro factor: el FOMO o Fear of Missing Out, que es la preocupación que sienten los jóvenes por perderse algo de lo que pasa en el mundo de Internet. “Me puedo ver dos pelis en el tiempo de una”, decía Dunia en el programa de Salvados anteriormente mencionado. Pero, ¿por qué alguien querría ver dos películas en la mitad de tiempo?
“A mí me da la sensación de que se nos demanda estar al tanto de todo. En redes todo el mundo comenta la novedad. La última película de moda, el video viral de Youtube de no sé quién, el podcast polémico que ha subido tal influencer… Querer estar al tanto de todo y no perderme nada para poder comentarlo es una sensación que tengo”, sostiene Estrella.
Hay que ver más series, más películas, escuchar más música, más canciones, más podcasts… Rápido y corriendo, hay que estar a la última. “En la sociedad de ahora las cosas pasan en las redes y en Internet. Rechazar el consumo de estos estímulos es un poco jugársela a aislarse, a no pertenecer. Y eso es un problema en la adolescencia, un momento en el que estar más a la última te hace más atractivo socialmente”, sostiene Becerra.
El consumismo frenético ha llegado a lo cultural y ahora tenemos que ver, leer, y consumir todo el contenido muy rápido. Si no, nos quedaremos fuera de esta rueda en la que lo importante es haber visto, leído y escuchado mucho, sin importar tanto la calidad de ese consumo.