El pareado que Rufián le dedica al "patriota" Carlos Herrera tras conocerse su "pirula" con Hacienda

La rojigualda da mucho de sí. Se podría decir que es una bandera muy sufrida. Los hay que no dudan en envolverse en ella a las primeras de cambio, toda una demostración de fervor nacional que esconde, también, un intento por revestir de patriotismo lo que es pura codicia.

El candidato de ERC al Congreso, Gabriel Rufián, ha dado nuevamente en la diana a la hora de calificar a un espécimen autóctono muy habitual entre las rentas altas, a saber; el conocido como "patriota de pulsera". Un ejemplar de pelaje rojo y amarillo, también conocido como cacerolus, y que suele habitar los barrios altos.

Patriota de pulsera, pirula financiera.

Si bien la rima resulta un tanto rudimentaria, lo cierto es que el pareado que nos brinda Rufián acota con precisión de qué hablamos cuando hablamos de este tipo de seres que, con frecuencia, se desvelan por su querida patria española pero, a la hora de la verdad, si pueden ahorrarse unos impuestos pues mucho mejor.

Y es que este jueves hemos sabido que el locutor Carlos Herrera, insigne representante de la estirpe de "patriotas de pulsera", usó una "sociedad pantalla" para acogerse al Impuesto de Sociedades, mucho más rentable ya que tributa al 30%, lejos del 45% que supone el IRPF, que es el que le correspondería.

Las banderas dan mucho juego. Nos representan en el exterior, decoran nuestras plazas y balcones, pero también –y al mismo tiempo– nos permiten barrer debajo la suciedad que no queremos que se vea.