El juicio a José María López por presunto abuso sexual a su compañera en Gran Hermano, Carlota Prado, ha sido suspendido por problemas psiquiátricos graves presentados por la víctima. La exconcursante fue ingresada en un centro en diciembre del pasado año, según alegó su abogado.

El Juzgado de lo Penal 18 de Madrid iba a celebrar el juicio al exconcursante de Gran Hermano Revolution en 2017, acusado de abusos sexuales dentro de la casa de Guadalix de la Sierra, donde se graba el reality. La Fiscalía pide una condena de dos años y seis meses de cárcel.

Al comienzo de la vista, el abogado de Prado explicó que la joven no pudo acudir porque sufre "problemas psiquiátricos graves" y que se encuentra "completamente imposibilitada", según su madre. Los letrados, que precisaron que creían que la joven podría declarar durante la mañana del martes, presentarán un informe médico a la magistrada. 

La jueza ha decidido suspender el proceso mientras se acredita el estado mental de Carlota Prado, ya que considera que su testimonio es necesario para seguir con el juicio. La víctima tendrá que ser valorada por un médico forense, para determinar si se encuentra en condiciones de acudir a declarar.

La defensa de López se ha opuesto a la suspensión al considerar que la enfermedad de Prado se contradice con su actividad reciente en redes sociales. La jueza ha desestimado la petición y tampoco ha atendido a la pretensión de los abogados de la víctima, que solicitaron cambiar de juzgado ya que por el tipo de delito no lo consideran competente. La magistrada lo decidirá cuando se celebre la vista oral.

La Fiscalía pide la pena de cárcel para José María López y una indemnización de 6.000 euros a la víctima y solicita la misma cantidad a la productora del programa, Zeppeling, por mostrar las imágenes a la joven unas horas después en antena.

Los fiscales remitieron un escrito en el que recuerda que el objeto del programa era la retransmisión durante 24 horas de la convivencia de los participantes, conforme a un reglamento "del que se deduce una relación de trabajo de los concursantes con la productora".

Añadió además que los hechos ocurrieron con ocasión de una fiesta en la casa de Guadalix de la Sierra para la que "el programa suministró a los concursantes bebidas alcohólicas". Durante la celebración, el acusado abusó de ella bajo un edredón, mientras la joven semiinconsciente decía "no puedo". Luego parecía inconsciente, según recogió el escrito.

Las imágenes grabadas fueron exhibidas a la joven durante la mañana siguiente en el marco del reality, lo que le provocó "un incremento del estado de desasosiego, trastorno y perturbación de ánimo que los hechos ocurridos horas antes le habían producido en ella".