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Silvia Barquero "La ciencia debería buscar métodos para sustituir la experimentación con animales"

La presidenta del Partido Animalista Pacma, Silvia Barquero, escribe 'Animales, la revolución pendiente', un ensayo que aborda los derechos de los animales desde la perspectiva ética y filosófica.

La presidenta de Pacma, Silvia Barquero. LA ESFERA DE LIBROS

Cuenta Silvia Barquero que descubrió cuál era su misión en la vida cuando, a los 10 años, encontró un gato malherido en la calle y se lo llevó a casa para cuidarlo. De ahí pasó a formar parte del movimiento de Derechos Animales en España y más adelante, de la Junta Directiva del Partido Animalista Pacma, que preside desde hace cuatro años y que, en las últimas elecciones generales, se quedó a las puertas del Congreso con 286.000 votos. Ahora Barquero se estrena también como escritora con Animales, la revolución pendiente (La Esfera de los Libros), un ensayo que aborda la defensa de los animales desde una perspectiva ética y filosófica, y que pretende trascender el debate sobre la tauromaquia ("que ya debería estar superado") para poner el foco sobre otros modos más oscuros y desconocidos de la explotación animal. 

Es evidente el despertar animalista. ¿La revolución está pendiente o ya ha comenzado?

Está pendiente aún porque tenemos unos objetivos muy ambiciosos. Es verdad que hemos sembrado la semilla, pero queda que dé los frutos. Para mí la tauromaquia es algo que debería formar parte del pasado y no de nuestro futuro, porque hay muchos otros temas de los que hablar. Cuando los taurinos nos preguntan, bueno ¿y qué pasa con los pollos?, tienen razón. Si queremos conseguir derechos para los animales los tenemos que conseguir para todos los animales.

"Si la gente conociese lo que sucede, empezaría a cambiar sus hábitos alimentarios"

Este movimiento que ya ha comenzado en otros países nos lleva mucho adelanto y es necesario que en España se hable también de granjas industriales, de los mataderos… sobre todo a nivel político. Porque cuando mis compañeros del partido animalista holandés ya están debatiendo sobre ciertas prácticas en mataderos y llevándolas al Parlamento, me imagino que eso aquí es impensable. Esa es una asignatura pendiente que tenemos. Si todavía se nos considera utópicos porque pedimos el fin de la tauromaquia cuando ningún otro partido la está pidiendo en el Congreso, creo que nos va a costar todavía un esfuerzo que se hable dentro de las instituciones de lo que está sucediendo y se está permitiendo en granjas industriales. Estoy segura de que si la gente conociese lo que sucede, empezaría a cambiar sus hábitos alimentarios.

Se queja de que España es el país europeo del maltrato animal, de nuestra mala reputación fuera. ¿A qué atribuye esta mala relación de España con los animales?

Sería para hacer un estudio sociológico. Sí que es verdad que llevamos 30 años de retraso, incluso con otros temas, con respecto al resto de países europeos; y el tema de los animales se ha quedado ahí pendiente, no te sabría decir por qué, pero lo cierto es que es así. El Convenio europeo de protección de los animales, que se firmó en el año 86 por más de una decena de países europeos, nosotros no lo hemos firmado hasta este año. Ahí está clarísima esa brecha con el resto de países. Yo miro con envidia la política que se está haciendo en otros sitios, donde esto está asumidísimo. Lo que pasa aquí genera una indignación tal en otros países cuando los medios lo publican que recibimos cartas manuscritas en la oficina para decirnos: ¡qué vergüenza lo que está pasando en España! Y es algo constante. El otro día recibimos la carta de una ciudadana británica diciendo que no pensaba volver a España hasta que no acabáramos con la tauromaquia. Esa es la imagen que estamos lanzando, ¿de verdad que es lo que queremos?

En el libro asegura que el avance social que se está dando se debe a que casi la mitad de las familias en España conviven con un perro o un gato. ¿Qué papel juega la empatía?

El ensayo de Silvia Barquero, Animales, la revolución pendiente.

El ensayo de Silvia Barquero, Animales, la revolución pendiente.

Es clave. Cuando un perro, un gato, u otro animal entra a convivir con nosotros, lo que se genera es una empatía hacia esos animales que hace que te des cuenta de que son alguien y no algo. Ahí es cuando rompes la barrera que nos mantiene diferenciados de los animales. Cuando convives con un gato, o con dos, como yo, te das cuenta de que cada uno tiene su personalidad propia, sus manías, sus afinidades, sus intereses. Gracias a esa empatía que se ha generado con la convivencia con animales, se ha dado este auge del movimiento animalista.

Sin embargo, el año pasado fueron abandonados más de 137.000 perros y gatos. ¿Falta empatía, falta concienciación o faltan medidas?

Faltan políticas públicas para generar concienciación, que no recaiga ese peso en las protectoras, que están lavando la cara a las instituciones porque no hay políticas públicas. Faltan datos y estudios sobre la situación de los animales en nuestro país, es decir, no hay datos públicos sobre cuántos animales se sacrifican en las perreras municipales, no hay datos sobre cuántos animales se recogen y de dónde provienen.

"Todos los animales con sistema nervioso central tienen la misma capacidad de sentir y de sufrir"

Los únicos datos que tenemos ahora mismo son los de una fundación privada que hace con los datos de las protectoras, pero que no ha conseguido los datos oficiales de los centros públicos. Y eso a mí me parece la mayor prueba de la falta de voluntad política de poner solución al problema. Este es un problema político. Hay que hacer estudios, estadísticas y poner en marcha políticas públicas. Como hizo Holanda, que ha conseguido el abandono cero de animales gracias al control de la natalidad, a la gestión de la adopción y a la sensibilización en la tenencia responsable. Pero aquí tenemos cazadores que crían indiscriminadamente y que los animales que nos les sirven, los mandan fuera. Todos esos animales terminan en las perreras.

Parece más sencillo considerar a los animales como alguien y no algo cuando se convive con ellos en casa, pero no sucede igual con los animales utilizados para la industria alimentaria, científica o biomédica. La mayoría de la gente no siente lo mismo por un perro abandonado que por una rata de laboratorio. ¿Los derechos son diferentes según para qué animales?

Primero hay que tener en cuenta que todos los animales con sistema nervioso central tienen la misma capacidad de sentir y de sufrir, y esa es la cuestión moralmente relevante para tenerles en consideración. Esa decir, un ratón, por muy pequeño que sea, y aunque nos genere menos empatía que un perro, siente y sufre de la misma manera. Es evidente, y claro, y demostrado a nivel científico, que los animales tienen capacidad de sufrir. Ahora el debate que tiene que surgir es si es ético utilizarles para nuestros intereses. El debate está ahí y cada uno tendremos una opinión, pero creo que es desde esa perspectiva desde la que se debe abordar la explotación de los animales. Esos argumentos había que ponerlos sobre la mesa.

¿Dónde está el límite? Los científicos españoles hicieron público un documento oficial hace dos años defendiendo que el uso de animales en la investigación es vital para el avance de la medicina…

Es verdad que el consumo de carne es más fácil de asumir, es una decisión personal y política que yo tomé, por ejemplo, hace 15 años, y que me ha llevado hasta aquí, pero es verdad que eso lo tiene cada uno en sus manos y decide qué hacer. Con la investigación biomédica entiendo que la polémica está entre salvar vidas humanas o salvar vidas de animales y que es un tema muchísimo más delicado de tratar que en otras áreas de explotación. Pero también es cierto que lo que abogamos desde PACMA y yo, personalmente, es por que la comunidad científica apueste también por la ética y trabaje en conseguir métodos alternativos para sustituir a los animales.

"Sería necesario investigar en otros métodos más éticos"

Cuando la comunidad científica saca el manifiesto, lo que sacan a relucir son los ratones, pero para la industria se están utilizando todo tipo de animales, grandes simios, babuinos, y todo tipo de animales, no solo con capacidad de sufrir, sino con una vida emocional y psicológica que se ve gravemente perjudicada por estos experimentos. Reconociendo lo muy delicado que es de tratar, creo que lo que hay que hacer es apostar por la validación de métodos alternativos. Hay un centro europeo de validación de métodos alternativos que está completamente paralizado, que no valida nuevos métodos y creo que la ciencia está ahora mismo es situación de buscar nuevos métodos. El ser humano ha sido capaz de llegar a la luna, estamos realizando viajes espaciales a Marte, ¿y la comunidad científica me dice que todavía debemos seguir experimentando en ratones porque no hay otro método? Creo que lo necesario sería investigar en otros métodos más éticos, que la ciencia tiene que ir de la mano de la ética.

Con los toros sucede algo curioso. Según las estadísticas de asuntos taurinos del Ministerio, las corridas han ido desapareciendo, mientras que los encierros y otros festejos populares crecen año a año. ¿Cómo se explica?

Nosotros tenemos un informe, que podría dar pistas sobre lo que sucede, y es que durante varios años el Ministerio de Cultura no incluyó todos los festejos taurinos que se celebraban en Valencia, y de repente un día metieron 7.000 festejos más. Creo que por un lado puede haber un fallo, pero por otro, también es cierto que hay muchísimos festejos taurinos populares. Quizás porque todavía estamos en ese camino de considerar que en un encierro los animales también sufren, y también se estresan y que es una carrera a la muerte. Falta esa conciencia por parte de quienes acuden a esos festejos.

En los últimos meses se ha aprobado legislación importante en materia de bienestar animal. España ha firmado el Convenio europeo de protección de animales de compañía, se va a modificar el Código Civil y comunidades como Madrid o Galicia han puesto en marcha una ley de ‘sacrificio cero’. Desde PACMA se considera insuficiente, ¿qué falta?

Yo creo que falta considerar a todos los animales, porque hay argumentos filosóficos, éticos y científicos que demuestran que todos los animales son merecedores de consideración moral y legal. ¿Por qué el Código Penal castiga con hasta 18 meses de cárcel a quien maltrate a un animal, y sin embargo el reglamento taurino recoge el castigo que se debe dar a un animal en cada fase de la lidia?, qué contradicción tan terrible. Hay que ir avanzando y hay que ir recogiendo legislación que proteja a todos los animales. También es verdad que hay que ir acompañados de la mano de la ciudadanía, y por eso decimos que es el momento de prohibir la tauromaquia y empezar a hablar de otros temas y concienciar a la ciudadanía sobre lo que sucede en otras áreas de explotación animal. Como ejemplo, las gallinas llevan una vida miserable, y existe una máquina, que se llama rebanadora, para rebanar los cuellos de las gallinas todos los años. 276 millones de gallinas se sacrifican todos los años en España con una rebanadora automática.

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