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La sequía extrema en el Camp de Tarragona pone al límite uno de los principales graneros de frutos secos

Unió de Pagesos alerta de que los avellanos están muy afectados por las altas temperaturas de los veranos anteriores y la falta de agua. El sindicato agrario reclama a la administración ayudas y un plan de restitución de los cultivos

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El embalse de Rialb, en Lleida (Catalunya) cerrado a causa de la sequía, a 28 de abril de 2023. — Lorena Sopena / Europa Press

barcelona,

Los agricultores productores de avellanas de Tarragona, uno de los principales graneros de frutos secos del Estado, viven el tercer año consecutivo de malas cosechas debido a los calores de los últimos veranos y a la sequía persistente. El sindicato agrario Unió de Pagesos calcula que producción será de un 25% respecto a un año normal. La situación es especialmente dramática en las inmediaciones del pantano de Riudecanyes, en el Baix Camp, que está casi seco. Sergi Martín, agricultor y responsable nacional de los frutos secos del sindicato, afirma que los árboles de esta zona llevan dos años sin regarse y que están muertos.

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La avellana no es el único cultivo del Camp de Tarragona que se encuentra en una situación crítica. De hecho, prácticamente toda la producción de frutos secos se ha visto afectada por la sequía. Martín detalla que los almendros de secano están sentenciados. En cuanto a las algarrobas, la cosecha está siendo "irregular" y se alcanzará un 40% de la producción en un año normal.

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Las principales causas de esta situación son el calor y los defectos de las infraestructuras

El responsable nacional de los frutos secos de Unió de Pagesos apunta que el primer problema es el clima: las altas temperaturas y que no llueve lo que tendría que llover. Pero, por otra parte, también menciona los defectos de las infraestructuras actuales, que tienden al desperdicio del agua. "Tenemos depuradoras en poblaciones grandes que están echando unas cantidades ingentes de agua a los torrentes, y se desaprovecha", denuncia.

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La almendra de secano, sentenciada

Martín asegura que en Catalunya "tenemos un problema con los cultivos de secano, ya no sólo con los frutos secos, también con el viñedo o el olivo. No llueve lo suficiente. Cuando llueve entre 600 y 700 litros anuales es viable, ahora bien, cuando bajamos de los 400, como es el caso, es un problema". En esta línea, las explotaciones de almendros de secano son las que más están sufriendo los efectos de la carencia de lluvias. La situación es similar tanto en Tarragona como en Lleida y donde no hay riego de apoyo será un año prácticamente perdido.

Martín explica que un estudio de los departamentos de Economía y Acció Climàtica indica que cada agricultor de almendra de secano pierde 400 euros anuales por hectárea. "Esto termina provocando un abandono de las tierras y de las poblaciones de alrededor, y como consecuencia, se convierte en un polvorín para los incendios", detalla. "Antes de hacer gestión forestal se debería intentar realizar una gestión agrícola previa", sentencia.

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Por el contrario, en el caso de los almendros de regadío la cosecha está siendo "normal", sobre todo en la zona de Lleida. "Hay buen calibre y las previsiones son buenas", destaca. Una situación que contrasta con los almendros del área del pantano de Riudecanyes, donde no se ha podido regar porque el embalse está prácticamente vacío.

Los calores y la falta de agua perjudican a la avellana

El Camp de Tarragona es uno de los principales productores de avellana de Catalunya y el Estado. Ahora bien, por tercer año consecutivo, la cosecha será muy exigua debido a dos factores: los calores de los últimos veranos y la falta de agua, que perjudican la producción de avellana. Unió de Pagesos calcula que solo se recogerá un 25% respecto a un año normal. En las zonas de montaña de Prades o del Priorat "prácticamente no hay avellana" y a los alrededores del pantano de Riudecanyes hay 1.400 hectáreas donde "los árboles ya están muertos".

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Las mejoras para la depuradora de Reus está previsto que finalicen en 2027

Ante esta problemática, hay proyectadas mejoras en la depuradora de Reus para reaprovechar el agua para regadío. Unos trabajos que se han ido posponiendo y la última fecha que se ha anunciado es que la obra estará terminada el 2027. Si no llueve, los campesinos temen que sea demasiado tarde y se hayan abandonado las explotaciones. "¿Qué se supone que debemos hacer hasta entonces?", lamenta Martín. Mientras la obra no sigue adelante los agricultores están "a la expectativa". "La gente está arrancando los avellanos y dejando la tierra en descanso para ver qué se puede acabar haciendo", remarca. Los que sí están tirando la toalla son agricultores jubilados que mantenían las fincas por afición y tradición.

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En el Camp de Tarragona la situación es "algo diferente", ya que los campesinos pueden ir regando con el agua freática de los pozos, que Martín recuerda que "es finita". Sin embargo, la cosecha será pobre por los calores del pasado verano. "Aparte del calor, durante el invierno no ha hecho el frío que debería hacer para que el avellano pueda florecer bien", añade. Globalmente, Martín estima que quizás no se alcance los 2 millones de kilos, cuando en un año normal se obtienen cerca de 10 millones.

Esta situación pone en riesgo la continuidad de muchas explotaciones profesionales, para las que Unió de Pagesos reclama ayudas a la administración, así como un plan de restitución de los cultivos. A la falta de agua hay que sumarle la crisis de los precios de estos últimos años debido a la competencia desleal de otros países y la falta de productos fitosanitarios para hacer frente a algunas plagas. "Hay que ajustar el precio a las cosechas. Si no hay cosecha, el precio tiene que subir. Y esto hace muchos años que no pasa por la entrada de avellanas de otras partes del mundo. Y quienes se resiente más somos los productores de aquí", apunta Martín.

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Ante esta situación, Martín reclama soluciones a las administraciones para prever o proteger a los avellanos de los golpes de calor en verano. "Ya hay métodos para hacerlo, pero en algún caso se tienen que utilizar fitosanitarios que en Europa están prohibidos. Unos productos que, en cambio, sí utilizan otros países, los mismos a los que después les compramos avellanas para que la producción de aquí ha sido baja…", lamenta.

La cosecha de la algarroba se mantiene

En cuanto a la algarroba, la cosecha está siendo "irregular" y se llegará a un 40% de una cosecha normal. Sin embargo, el precio de este año todavía no se ha anunciado, si bien Unió de Pagesos confía en que se mantenga a niveles similares a los del año pasado.

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