Las rutas migratorias hacia España se reactivan
Más de 21.000 personas llegaron a cierre de agosto al país de forma clandestina, un aumento del 14,6% que rompe la tendencia negativa del último año. Destaca la vuelta de los cayucos a Canarias con la crisis en Senegal de fondo.
Jairo Vargas Martín
Madrid--Actualizado a
Hasta finales de agosto habían llegado a España de forma irregular 21.780 personas migrantes, un 14,6% más que en el mismo periodo del año pasado. Los últimos datos del Ministerio del Interior hasta el 31 de agosto marcan una ruptura en la tendencia a la baja generalizada del último año y devuelven a España a cifras migratorias positivas en cuanto a recepción.
El principal foco es Canarias, pero los datos muestran una reactivación de las rutas desde el norte de Marruecos, que estaban bajo control desde hace cuatro años.
La llegada de personas migrantes va en aumento, sobre todo por mar, aunque el crecimiento es muchísimo menor que el que han registrado otros países mediterráneos como Italia, que supera los 100.000, o Grecia, donde los gobiernos han mostrado medidas restrictivas y de bloqueo mediante reformas legislativas o, directamente, con dejación de funciones en los rescates de embarcaciones.
El Gobierno es consciente del reto que se avecina y ya prepara nuevas plazas o infraestructuras de acogida en Canarias para evitar crisis como las vividas en 2020 en el archipiélago.
España ha acumulado 13 meses seguidos con sus llegadas en números rojos, pero ese escenario llega a su fin este agosto. El pasado día 15, las llegadas generales ya eran un 3% superiores a las del año pasado y agosto ha cerrado con casi 2.800 personas migrantes más en el anterior.
No son cifras alarmantes pero marcan un punto de inflexión y ciertos cambios en las rutas migratorias, siempre fluctuantes por diversos factores interconectados. La inestabilidad en diferentes países de África y, sobre todo, la crisis política en Senegal explican buena parte de este fenómeno, aunque también provocan ese efecto salida el encarecimiento de los alimentos y los efectos del cambio climático.
La última vez que el saldo migratorio irregular fue positivo se remonta a julio de 2022. En aquella ocasión había un repunte del 3%, con apenas 16.000 personas migrantes. Es una cifra similar a la de los balances de julio, al menos desde 2018, cuando se registró la última gran oleada de pateras a través del Estrecho de Gibraltar. En julio de 2018 ya habían llegado al país más de 26.000 personas migrantes y ese año cerró con más de 64.000 personas que cruzaron clandestinamente por vía marítima o terrestre, la cifra más alta desde la crisis de los cayucos en Canarias de 2005 y 2006.
Éxodo de Senegal hacia Canarias
La ruta canaria a través del Atlántico sigue siendo la más transitada de todas las vías marítimas hacia España. Agosto cerró con 11.439 personas migrantes que arribaron al archipiélago. Es un 5,7% más que en la misma fecha del año pasado y deja atrás casi un año de contención que coincidió con el giro del Gobierno de España en su postura sobre el Sáhara Occidental ocupado por Marruecos.
La ruta canaria se ha reactivado con más de dos meses de antelación a lo normnal
En la última semana, la cifra de personas rescatadas ya supera las 12.000 y el martes se saldó con el mayor pico de migrantes llegados en un solo día, más de 630, entre ellos 120 menores de edad. La previsión es un repunte mayor, ya que esta ruta suele reactivarse a partir de septiembre, pero el aumento lleva dos meses de adelanto, apuntan los expertos, y se nota desde al menos junio. Fuentes gubernamentales confían en que el adelanto de la temporada no signifique una prolongación de los meses de mayor afluencia, aunque en migraciones es difícil hacer predicciones fiables.
El Ministro de Inclusión, Migraciones y Seguridad Social, José Luis Escrivá, se reunió el martes con el nuevo presidente canario, el conservador Fernando Clavijo, para abordar medidas que eviten una crisis de acogida en la islas como la vivida en 2021 y 2021. El Gobierno seguirá apostando por derivaciones relativamente rápidas de migrantes a plazas de acogida en la Península para aliviar los centros canarios y reforzará su actual estructura de acogida.
Baja la presencia de neumáticas
Hasta hace tres meses, el peso de la migración irregular hacia Canarias lo ponían embarcaciones neumáticas salidas desde los territorios saharauis o el sur de Marruecos, casi siempre con ciudadanos marroquíes en mayor proporción que subsaharianos. Tras la reconciliación entre Madrid y Rabat, Marruecos reforzó su vigilancia en las playas del Sáhara y sur del país, aumentó controles en carreteras, practicó redadas en ciudades y puntos habituales de asentamiento de migrantes, y ha cercado totalmente los alrededores a las vallas de Ceuta y Melilla. Sin embargo, el flujo hacia Canarias sigue creciendo, aunque ahora es debido a la crisis política que atraviesa Senegal.
Un dato significativo es que, pese a aumentar el número de personas que llegan, ha descendido el número de embarcaciones en las que lo intentan. Fueron 212 a cierre de agosto frente a las 235 del año pasado. Esto se explica por una mayor presencia de cayucos de madera, típicos de Senegal, Gambia y Mauritania; en lugar de las habituales embarcaciones neumáticas, con menor capacidad. "Hace ya varios meses que la mayoría de personas rescatadas no son marroquíes, sino de países de África occidental", confirma Chema Santana, experto en migraciones canario, que apunta que solo en agosto llegaron alrededor de 2.800 personas y que los tres meses de verano han triplicado las llegadas habituales en esa época.
Aumento de tragedias
El rescate de cayucos ha sido constante desde mediados de junio y ha ido en aumento durante todo el verano. Parten de Mauritania, Gambia y, sobre todo, desde Senegal, según diferentes fuentes consultadas. Las embarcaciones, largos lanchones de madera utilizados tradicionalmente para la pesca, pueden superar las 150 personas a bordo en travesías mucho más largas.
En lo que va de año han muerto 559 personas en la ruta canaria
Si una neumática salida del sur de Marruecos o de la costa saharaui puede tocar tierra canaria en dos o tres días, la singladura de los cayucos puede alargarse más de una semana. El riesgo de que se desvíe de la ruta y acabe perdida en alta mar es mucho más elevado. Organizaciones como Caminando Fronteras han ido notificando casos de cayucos que zarparon y de los que no se tienen noticias semanas después.
Un ejemplo trágico fue la muerte de 92 personas que salieron de Senegal con destino Canarias el 10 julio. La canoa fue hallada más de un mes después cerca de Cabo Verde con solo 38 supervivientes.
No es el único caso. Según la Organización Internacional para las Migraciones, el número de muertos y desaparecidos en la ruta hacia Canarias roza las 400 personas en lo que va de año. 2022 cerró con 559 víctimas. Los datos de Caminando Fronteras son aún más dramáticos, con 778 víctimas en esta ruta.
Reactivación del Estrecho y el Mar de Alborán
Junto al repunte en Canarias, destaca el crecimiento continuado de embarcaciones llegadas a la península y Balears, que acumula cinco meses seguidos al alza. Desde la crisis de las pateras en el Estrecho de Gibraltar de 2018, que cerró el año con casi 55.000 migrantes llegados a Balears y Península, Marruecos había reforzado el control de su costa norte.
La reducción de embarcaciones fue drástica y se ha mantenido baja, en el entorno de las 17.000 personas al año. 2022 es uno de los años más tranquilos que se recuerda en esta ruta, con apenas 13.000 personas rescatadas.
Agosto cerró con un incremento del 48% de personas rescatadas en esta ruta, con más de 6.000. La gran reducción del pasado año hace que los repuntes consecutivos de los últimos cinco meses no preocupen por el momento a Interior, aunque la reactivación de esta ruta está en observación, circunscrita a las costas peninsulares. Balears mantiene la mismas cifras que en 2022 y 2021, por lo que el aumento se nota en costas andaluzas y del levante.
Según datos internos, salvo en Balears, donde la totalidad de personas proceden de Argelia, en la zona del Estrecho y Mar de Alborán están llegando marroquíes y argelinos en la misma proporción, otro cambio de tendencia respecto a 2021 y 2022, cuando la población marroquí se desplazó a la ruta canaria y la argelina encabezaba el flujo en la zona norte.
Fuerte vigilancia en las vallas
Donde sí hay una fuerte vigilancia marroquí es en las inmediaciones de las vallas de Ceuta y Melilla. Los cruces por ambos perímetros se han reducido casi un 60% tras la tragedia de junio de 2022 en la que murieron al menos 23 personas y 80 siguen desaparecidas. En lo que va de año, apenas un centenar de migrantes han accedido a la ciudad autónoma por tierra, casi un 91% menos en el 2022.
Sin embargo repunta ligeramente la llegada de personas a Melilla a bordo de pateras con población marroquí.
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