Entrevista a El secretario de Estado de Educación"Repetir curso es carísimo y absolutamente ineficaz"
María José Pintor / Jose Carmona
Madrid-Actualizado a
José Manuel Bar Cendón es secretario de Estado de Educación desde el pasado mes de mayo. Tras la aprobación de la LOMLOE, los primeros pasos para reformar la selectividad y la confrontación con la derecha por el temario a impartir en la ESO y Bachillerato, Cendón atiende a Público desde un despacho del Ministerio de Educación.
El Ministerio de Educación quiere romper con dinámicas ancladas en el pasado. Tal y como piden desde Europa, las reformas implantadas por Pilar Alegría quieren dejar de ver la enseñanza como un espacio en el que memorizar fechas, datos y números, para pasar a un aprendizaje por competencias.
Las reformas educativas de este Ministerio se basan en un modelo llamado "aprendizaje por competencias" y hay una frase que una de las caras visibles que ha redactado la reforma dijo a este periódico: que un alumno aprenda más en YouYube que en clase debería hacernos pensar.
Seguro. Yo creo que el profesor como transmisor de conocimientos puro y duro es un modelo ya obsoleto. Por dos razones, básicamente: los inputs que reciben los alumnos no se limitan a las clases. Están continuamente en Internet y recibiendo información de mil sitios, ya que el acceso a la información se ha democratizado mucho. Eso, a la figura clásica de profesor la deja fuera.
"El profesor como transmisor de conocimientos puro y duro es un modelo ya obsoleto"
La segunda razón es porque el puro embutido de conocimientos no es útil para la vida, no es competencial. ¿De qué nos sirve memorizar un montón de cosas si no tenemos su aplicación práctica? La vida está globalizada y los conocimientos también deben estarlo. Tienen que tener una utilidad práctica porque si no el alumno tampoco estará motivado.
¿Hacia dónde camina la educación en España? ¿Cuál es la meta con estas reformas?
Poner al alumnado en el centro es clave. El alumno debe construir su propio conocimiento a través del acceso a materiales y metodologías. Antes, el alumno acudía a clase y todo giraba en torno a la actividad del profesor. Ahora todo debe girar en torno a la actividad del alumno y el papel del profesorado debe ser un papel de guía, de orientador.
Cuando una reforma es sistémica se está reformando el sistema en general. No partimos de cero y podías ir a los centros que ya estaban implicados en la
reforma educativa y veías que era un hervidero: los críos circulaban por los pasillos porque que iban a distintos talleres, el aula no era el aula de Tercero, sino que era el aula lingüística o el aula de la experimentación... Hay centros que ya llevan tiempo trabajando con un sistema que no es exactamente el clásico. La propia estructura del centro y la fisionomía del centro han cambiado, pero intentemos que la reforma educativa no sea un vuelco de la noche a la mañana, sino que vaya poco a poco consolidándose.
¿Reducir el ratio de alumnos por profesor es la gran cuenta pendiente de esta ley?
Todo lo que sea bajada de ratios es bueno y animaría a todas las administraciones a intentarlo, pero tenemos que tener otro tipo de mentalidad. En los países en nuestro entorno suelen referirse más a la ratio, no de alumnos por aula, sino a la ratio de alumnos por profesor.
Para personalizar la enseñanza más, los alumnos deben tener más accesibilidad a sus profesores. No estar menos dentro del aula, sino que sus profesores sean más accesibles. Pero también las formas de trabajar del profesorado deben ir evolucionando, por su propia eficiencia docente pero también por su bienestar docente: los equipos de profesorado deben funcionar cooperativamente y cuando nosotros hablamos de ratios, estamos hablando de reforzar los equipos docentes.
¿Y ese aumento de profesores por qué no se plasma en la ley?
No, porque la ley lo que abre es puertas. Abre ventanas. Abre posibilidades. La ley, aplicada con coherencia y poco a poco, en sus últimas consecuencias implicará también una metodología de trabajo del profesorado diferente.
Poco afecta a un profesor o profesora una ley si tiene 30 alumnos en una clase.
El peso del trabajo que tiene que hacer un profesor se nota cada vez que bajas algún alumno. Un curso funciona completamente distinto si bajas de 25 a 15 alumnos. De ahí la dificultad presupuestaria. Si implementas estos cambios hay que hacer más aulas, no solo dotar más profesorado. Apostaría por ello, pero con plazos razonables. Sin duda somos partidarios de bajar las ratios, pero centremos el esfuerzo ahora en que la atención al alumnado sea más especializada.
¿Y las diferencias en cuánto a digitalización y material entre comunidades? En unas trabajan con tablets y en otras no se tocan. ¿Es una cuestión de presupuestos? ¿De actitudes?
Es un conjunto de cosas. Desde el Ministerio esto nos preocupa y tenemos un montón de programas de cooperación territorial. Vamos a hacer un esfuerzo muy importante en dotación de recursos digitales a los centros y también lo que es básico de formación del profesorado en sus competencias digitales. Los cambios serán progresivos, si hay algo que preside toda la actividad del Ministerio en esta última etapa de la legislatura es la gradualidad. Es la clave del éxito. Igual que no todos los centros van al mismo ritmo, quizás no todas las comunidades autónomas vayan al mismo al mismo ritmo.
¿Y si el sistema cambia y los alumnos dejan de memorizar temario, los profesores tendrán que seguir memorizando temas para aprobar una oposición?
No puedo adelantar demasiadas cosas porque esto requiere mucha interlocución y mucha negociación con las administraciones y las comunidades autónomas. La reforma del sistema de acceso al sistema docente requiere mucha interlocución. Ahora bien, ¿el sistema de acceso actual es satisfactorio? Obviamente no, y está descontento todo el mundo. El primero el opositor, que tiene que memorizar 50 o 60 temas, pasar por un proceso estresante y en el que uno puede haber tenido un gran día y hacer un examen brillantísimo o alguien que es muy competente puede tener un mal día y hacer un desastre.
Los docentes que tenemos en este país son buenísimos, pero queremos cambiar cosas en la docencia y desde el inicio deben ser distintas, también en la selección de docentes. Pero ese sistema selectivo de me lo juego todo a una carta... ¿Y con eso he demostrado mi competencia o he demostrado que me sabía el tema 57? Ese sistema está obsoleto, no sirve ya, tenemos que cambiarlo y es insatisfactorio para todo el mundo. Ni seleccionamos bien ni seleccionamos de manera justa.
Iniciamos un camino que no es corto. Requiere muchísima interlocución social y después un período transitorio de adaptación, pensemos que ahora mismo tenemos decenas, probablemente decenas de miles de personas preparándose unos temarios y no podemos aplicar con efectos retroactivo el cambio de la noche a la mañana. El éxito está en la interlocución, en el diálogo, en el acuerdo en el consenso y en la gradualidad.
"No consigo entender por qué los conservadores piensan que nuestro sistema es mejor si suspenden más alumnos"
Estamos hablando mucho con universidades, hemos hablado con las conferencias de decanos de las facultades de Educación, nos han hecho propuestas y cambios para los currículos y donde vamos a atornillar a formación docente y la formación didáctica. Estamos pensando por ejemplo en dos sistemas, uno para Infantil y Primaria y otro para los profesores de secundaria. Los profesores de secundaria vienen muy formados en su materia parcelados y después tienen muy poco tiempo de formación como docentes. En Magisterio nos ocurre un poco lo contrario, algún elemento de equilibrio entre ambas cosas sería sería lo ideal, pero lleva tiempo, insisto.
Las tasas de repetidores en España siguen siendo muy altas.
Tenemos otra cultura que en Europa. Durante muchos años en este país hemos pensado que la educación mejora con una selectividad más rigurosa de los alumnos. Nuestra concepción actual es completamente distinta, no debemos dejar a nadie atrás y debemos dar el máximo de formación al máximo de alumnos, porque en ello va al futuro personal de ellos, pero también nos va al futuro del país.
Este es mi caballo de batalla desde hace muchísimos años. Rebajar las tasas de repetición implica rebajar las tasas de frustración del alumnado y rebajar las tasas de frustración del profesorado que se encuentra con un montón de repetidores dentro de la clase y sobre todo, rebajar las tasas de abandono escolar. No consigo entender por qué las posiciones más conservadoras de la derecha de este país piensan que nuestro sistema puede ser mejor si suspenden más alumnos o si repiten más. Es todo lo contrario: tenemos países en nuestro entorno que tienen desde hace muchos años la promoción de curso prácticamente universal y están gobernados por partidos conservadores, como por ejemplo Gran Bretaña.
"Un alumno que repite porque ha suspendido cuatro asignaturas, al año siguiente vuelve a suspender las mismas cuatro"
¿Por qué un sistema que hace repetir mucho y que suspende mucho es mejor en que otro que tiene promoción prácticamente universal y que se intenta compensar con recursos adicionales al alumnado que progresa de curso con ciertos déficits? Pensemos en el refuerzo del alumnado que va progresando de curso con dificultades y centremos los esfuerzos en eso. La repetición de curso es carísima y absolutamente ineficaz.
Un alumno que repite porque ha suspendido cuatro asignaturas, al año siguiente vuelve a suspender las mismas cuatro. Dando más de lo mismo obtenemos los mismos resultados, pero con un alumno más quemado y que seguramente va a abandonar prematuramente sus estudios.
La reforma total de Selectividad es otra gran medida de este Ministerio. ¿Es cierto que es más complicada en unas comunidades que en otras?
Los estudios realizados por las universidades no llegan a esa conclusión. Las diferencias que ellos han observado que las diferencias están más entre centros que entre universidades o comunidades autónomas. Es cierto que hay esa percepción y por tanto es una preocupación que debemos abordar.
La nota final tras selectividad es fruto de una ponderación entre el expediente del alumno (un 60% de la nota) y la nota de selectividad (un 40%). Es decir, que si hay centros más magnánimos a la hora de dar calificaciones que otros, las diferencias se darán por centros y no por comunidades.
¿Cómo se resuelven posibles tensiones entre comunidades?
Hemos cogido el guante de esta preocupación pero hemos propuesto algo que tiene una importante resistencia desde las comunidades autónomas: una prueba de acceso a la universidad única para toda España. Además, si lo intentaremos estaríamos seguramente pisando competencias exclusivas, nos metemos todos en una guerra con la que no avanzaríamos.
Las pruebas tienen que cambiar y adaptarse, pero eso no va a ser de la noche a la mañana. Proponemos que los cambios sean progresivos a lo largo de cuatro años y que las pruebas vayan siendo más competenciales e inspiradas por otra filosofía. Pero además hemos pensado que los criterios para la confección de las pruebas y los criterios de calificación de corrección y calificación de esas pruebas sean más equilibrados. Con eso conseguiríamos modelos mucho más homologables, mucho más equilibrados, que no homogéneos.
No sería una prueba única, pero por lo menos que un 8 de una universidad sea equivalente al 8 de otra universidad. Es decir, que haya equilibrio. Las tablas de corrección con los criterios con los cuales se van corregir esas pruebas también estarán acordados por los equipos docentes. Esperemos que haya unos primeros resultados en el primer semestre de 2023 y que hasta el curso 23/24 no se empiecen a aplicar.
Cada reforma de este Ministerio se ha encontrado con la oposición total del PP y, especialmente de Isabel Díaz Ayuso. ¿Son conscientes de que esa confrontación puede tapar su buena gestión?
Desde luego, a mí me gustaría que hubiese mucho menos ruido, que hubiese mucha menos confrontación política y que la educación no fuese un arma de confrontación política. Cuando analizamos los distintos aspectos del sistema educativo, sus partes, la formación profesional... Nos damos cuenta de que tenemos muchísimo más margen de acuerdo que lo que se transmite y desde luego el encargo que yo tengo de la ministra Pilar Alegría es dialogar e intentar acordar hasta la extenuación y en ellos estamos. A veces hay que hacer un poco de abstracción de todo ese ruido.
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