Rajoy y su brindis al sol sobre las reválidas

MADRID.- Un día después de la huelga estudiantil contra las reválidas convocada por estudiantes y padres, el presidente en funciones, Mariano Rajoy, ha anunciado durante el debate de investidura que las evaluaciones externas que la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) plantea al final de la ESO y el Bachillerato "no tendrán efectos académicos hasta que no se llegue a un Pacto Nacional por la Educación". Un brindis al sol en toda regla porque ya está previsto que en el curso 2016-2017 los exámenes de cuarto de ESO no cuenten para nota y que en segundo de Bachillerato computen para acceder a la universidad pero no para obtener el título de Bachiller.

Así lo especifica el decreto que regula las reválidas de ESO y Bachillerato que el Consejo de Ministros aprobó el pasado 29 de julio. Es decir, que será a partir del curso 2017-2018 cuando las reválidas empiecen a tener efecto académico. Teniendo en cuenta que Rajoy prometió el Pacto Nacional por la Educación para dentro de seis meses, a finales del curso próximo —cuando se cumpla esa moratoria y los alumnos tengan que examinarse— ese acuerdo educativo tan perseguido por todos los gobiernos de la democracia ya debería ser una realidad.

El anuncio de Rajoy, por tanto, no modifica en absoluto el escenario de las reválidas, unos exámenes que Extremadura, Aragón, Castilla La Mancha, Canarias y CCOO ya han llevado al Supremo. 

Fuentes del Ministerio de Educación, sin embargo, han indicado que lo que tiene previsto el próximo Gobierno va más allá de esta moratoria que ya plantea la LOMCE, pues, según han adelantado a Europa Press, la nueva norma servirá para que si en el curso académico que viene (2017-2018) todavía no hay pacto educativo, estas pruebas sigan teniendo sólo una función de diagnóstico.