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El pueblo valenciano, furioso con Mazón dos semanas después de la DANA mientras los alcaldes no descartan la vía judicial

"Lo que toca ahora es trabajar; pero cuando llegue el momento de exigir responsabilidades, lo haremos, sobre todo por las personas que han perdido la vida", reconoce a 'Público' Lorena Silvent, alcaldesa de Catarroja.

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Una manifestante con una pancarta en la protesta por la gestión de la DANA, en València. — Kai Forsterling / EFE

MADRID,

"Ha sido realmente emocionante, dentro de la gravedad del asunto, ver al pueblo valenciano movilizado. El sentimiento de abandono, de que todo se hizo mal, es un sentimiento compartido", arranca Núria Gisbert, que ha colaborado como voluntaria en los municipios devastados por la DANA. El sábado, después de "cinco horas" limpiando barro y escombros, dejó a un lado las botas y los guantes para sacar la poca energía que le quedaba, porque "hacía falta" denunciar la gestión de la Generalitat. "La gente estaba toda de acuerdo y el mensaje ha sido claro: las instituciones no han estado a la altura. Es frustrante ver cómo [los políticos] hacen oídos sordos, pero volveremos a manifestarnos las veces que haga falta. El pueblo valenciano tiene que hacer un ejercicio de memoria y reflejar este malestar en las urnas", continúa. La marcha contra la gestión de la DANA ha desbordado València y cerca –todavía más– al president de la Generalitat, Carlos Mazón.

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La vicepresidenta del Govern de la Generalitat, Susana Camarero (PP), ha sido la primera en tratar de sofocar la indignación popular. El intento, no obstante, ha fracasado. "No es una opción en este momento ninguna dimisión", deslizó, para luego añadir que su equipo no podía perder "ni un minuto" y exigir más "dinero" al Gobierno de España. Carlos Mazón, que estuvo incomunicado y en una comida con una periodista durante la peor tarde de la DANA, ha reconocido "errores", pero también ha echado balones fuera: "Los técnicos de alto mando en un Cecopi no necesitan presencia política; el president no es miembro", aseguró. El popular dará "explicaciones serias" en su próxima comparecencia en el Consell, programada para este jueves.

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El portavoz de Compromís en Les Corts, Joan Baldoví, ha puesto en valor la movilización del pueblo valenciano: "El mensaje del sábado ha sido contundente e inequívoco; miles de personas de todas las ideologías, personas que venían de limpiar barro, lo han dicho de manera clara: Mazón dimisión. Este Govern no estuvo a la altura de la catástrofe; es más un estorbo que una solución para los problemas de los valencianos", ha denunciado. Baldoví ha reconocido que su partido está en contacto con abogados penalistas y estudia acciones legales, para ver hasta qué punto "la negligencia del señor Mazón (...) pudo causar víctimas mortales". El PSPV sigue centrado en la recuperación y reconstrucción de los territorios devastados. 

La gestión del president, ¿camino de la Justicia?

El president valenciano ha vuelto a repetir este lunes que "todo el mundo hizo lo que podía en función de la información que recibía", pero también ha admitido "errores", así, sin más concreción. Las declaraciones de Mazón llegan dos días después de la "histórica" manifestación contra su gestión y cuando se cumplen dos semanas de las inundaciones. "La Generalitat tiene que explicar muchas cosas. Los daños materiales eran difícilmente predecibles, pero las muertes se podían haber evitado", reconoce Carolina, una de las jóvenes que protestó este sábado frente al Ayuntamiento de València. La DANA ha dejado más de 200 víctimas mortales y una treintena de personas desaparecidas. Los alcaldes de l'Horta Sud insisten en priorizar la reconstrucción de la comarca, pero no descartan exigir responsabilidades "cuando llegue el momento". 

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Lorena Silvent, alcaldesa de Catarroja, atiende a Público desde el parque de bomberos de la localidad. "La maquinaria no llega con la planificación deseada, pero hemos conseguido eliminar casi el 100% de los achiques de agua. Activamos también un grupo de trabajo con turnos de 24 horas para limpiar el alcantarillado y evitar la solidificación del lodo, para que no se hagan tapones, porque esta semana volvemos a tener alerta por lluvias. Lo que toca ahora es trabajar; pero cuando llegue el momento de exigir responsabilidades, lo haremos, sobre todo por las personas que han perdido la vida y por sus familias", reconoce al otro lado del teléfono. El comercio local del municipio todavía sigue con la persiana bajada y los vecinos trabajan para vaciar el mobiliario y los enseres de los bajos inundados.

Maribel Albalat, regidora de Paiporta, coincide con su compañera de filas. "Lo primero es resolver los problemas de la ciudadanía, devolver los servicios básicos, y en esas estamos. Más adelante, tocará exigir responsabilidades; hablaremos con nuestros asesores jurídicos para interponer una denuncia si así lo recomiendan", confirma en una conversación con este diario. "El pueblo y la Justicia decidirán lo que tengan que decidir", insiste, preguntada por las manifestaciones de este fin de semana en el País Valencià. Paiporta ha perdido el 95% de la flota automovilística. Los equipos de emergencias y los voluntarios han conseguido despejar "por fin todas las calles" del municipio y se centran ahora en limpiar los desagües, "obstruidos" por las lluvias y el barro.

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"Vamos avanzando, pero muy lentamente, muy poco a poco", responde a Público Josep Cabanes, alcalde de Sedaví. El regidor reconoce que "falta maquinaria" y pide "más contenedores de obra y recursos para aspirar el alcantarillado", consciente, no obstante, de las complicaciones, porque "todos los ayuntamientos necesitamos lo mismo". Sobre la posibilidad de emprender acciones legales, insiste: "Cada cosa en su momento; primero tenemos que recuperar cierta normalidad, luego veremos qué medidas se pueden tomar". El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ha admitido a trámite una demanda contra Mazón por su "absoluta inactividad" y pide los expedientes de gestión de la DANA. El abogado Curro Nicolau, que llevó a los tribunales la limitación de movimientos durante la pandemia, está detrás de la querella.

Mazón y su espiral de contradicciones

La manifestación de este sábado ha reunido a 130.000 personas en València, según cifras de la Delegación del Gobierno. Los vecinos y voluntarios han salido a las 17.00 de los distintos municipios de l'Horta Sud; muchos, después de jornadas de siete, ocho y hasta nueve horas colaborando en las tareas de limpieza, retirando los estragos –materiales– de la DANA. La idea inicial era organizar una "marcha silenciosa", pero la "rabia" y la "sensación de abandono" del pueblo valenciano provocaron un giro de guión. La plaza del Ayuntamiento se llenó de lodo y escobas; furgones policiales y caras de frustración; pero, sobre todo, gritos y carteles de "Mazón, dimisión" en la que fue la protesta más masiva de la década para el País Valencià.

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El president de la Generalitat, que ha insistido en "evitar" los "bulos", lleva desde el martes 29 sumido en una espiral de medias verdades y contradicciones. Mazón cumplió con su agenda oficial por la mañana y estuvo en una comida hasta las 18.00 de la tarde, cuando los torrentes ya inundaban las primeras localidades. Esa "comida privada" se convirtió más tarde en un "almuerzo de trabajo". Luego, supimos la identidad de la otra comensal: Maribel Vilaplana. El popular dice que le ofreció dirigir À Punt, la radiotelevisión autonómica, aunque sus estatutos establecen que sólo es posible acceder al puesto por concurso público.

El baile de horas tampoco juega a su favor: la primera versión lo situaba a las 17.00 en su despacho, pero el reloj marcaba las 19.00 cuando llegó a la reunión del Cecopi, donde tuvieron que explicarle de nuevo la situación climatológica. Mazón también ha "agradecido" en un primer momento la rápida respuesta del Gobierno de España, para luego negar la mayor y reprocharle la falta de recursos. Los mensajes difundidos por él mismo con la vicepresidenta Teresa Ribera prueban que Moncloa puso a disposición de la Generalitat "cualquier cosa" que fuese necesaria.

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El Consejo de Ministros, por su parte, ha aprobado un nuevo Real Decreto con 3.765 millones de euros en ayudas para las familias afectadas por las inundaciones. El objetivo es ampliar el "escudo social y laboral", según ha señalado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La cobertura de las medidas será de 400.000 trabajadores y trabajadoras, 30.000 empresas y 100.000 hogares. La delegada del Gobierno en el País Valencià, Pilar Bernabé, ha confirmado además que el Ejecutivo sigue "trabajando para contar con nuevas unidades" y sumarlas a los 13 equipos pesados y los 188 equipos medios de extracción de agua y lodo que operan en la comunidad. "Huyamos de la confrontación y trabajemos en equipo", ha reivindicado la socialista.

Los vecinos temen caer en el olvido

Eva Vázquez y Arantxa Carceller llevan poco más de un año al frente de la Llibreria La Moixeranga, en Paiporta. La DANA lo ha arrasado todo: cristalera, paredes, mesas, libros y, sobre todo, un espacio clave para el tejido social y cultural del barrio. "El local se convirtió en una especie de pecera; quedó vacío, completamente diáfano, sin nada dentro. Estamos recuperando las facturas, el papeleo y los números, todo lo que nos hace falta para pedir las ayudas", cuenta Arantxa en una llamada con Público. El negocio había pasado una mala racha económica, pero comenzaba a remontar cuando, de repente, casi en cuestión de minutos, llegó el desastre. Este 11 de noviembre se celebró en España, precisamente, el Día de las Librerías.

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Arantxa ha sido una de las 130.000 personas que tomó València este fin de semana, para exigir responsabilidades y denunciar la "inacción" de las administraciones competentes: "La gente es consciente de que Mazón actuó tarde. Los pueblos se reconstruirán, tarde o temprano, pero las personas que se han quedado por el camino... las muertes podían haberse evitado. Las autoridades van a tener que prestar ayuda en materia de salud mental y los comercios vamos a necesitar mucho apoyo; por favor, no os olvidéis de nosotros cuando empiecen a pasar los meses", insiste, en un mensaje dirigido sobre todo a los medios. El miedo al olvido es un miedo compartido. Javier Lacort, voluntario en Paiporta, Picanya y Torrent, insiste: "La clase política, mientras todo funciona, va tirando; pero cuando algo falla, hace aguas. Llevamos dos semanas trabajando y tenemos sitios que siguen completamente arrasados; también gente que intenta usar esta tragedia en beneficio propio. Lo único que les pido es que no molesten, ni busquen, por favor, sacar rédito personal".

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