La publicidad del Sorteo Extraordinario de Navidad se ha basado en emotivos cortometrajes durante los últimos años. Sin embargo, hubo una época en la que todos los anuncios tenían un elemento en común: Clive Arrindell.

Clive Arrindell, mayormente conocido como 'el calvo de la Lotería', es un actor británico nacido en 1950. En los anuncios de la Lotería de Navidad interpretaba a un ente misterioso, pero afable. Se podría describir como una especie de mago de la Navidad, vestido de negro, simpático y positivo. El actor siempre aparecía al final de cada anuncio para decir: "Que la suerte te acompañe".

Soplaba su mano mientras los números de la lotería salían desperdigados en todas direcciones. Simbolizaba el caprichoso azar con apenas un gesto. Eso era todo, con muy poco le bastó para convertirse en un rostro icónico de la Navidad. Sin él nos faltaba algo, formaba parte de nuestro imaginario colectivo.

Arrindell estuvo interpretando este papel durante ocho años, hasta que en 2006 no apareció en el anuncio del sorteo navideño. Loterías y Apuestas del Estado decidió prescindir de él, aún cuando tenía un contrato de cuatro años más con ellos. Según la compañía, su creciente popularidad "ensombrecía la marca", algo que chocaba con la nueva tendencia de los anuncios, más sentimentales y emotivos. 

¿Qué está haciendo ahora Clive Arrindell?

Actualmente tiene 72 años y vive en Londres. El actor firmó un contrato de larga duración por los anuncios de la Lotería de Navidad cada año. Además, actuó en varias obras de William Shakespeare en Inglaterra, como La tragedia de Otelo o Trabajos de amor perdidos.

Hace apenas dos años, se le ha visto en un anuncio de la marca Pescanova donde aparecía camuflado entre la gente para repartir bigotes similares a los de las gambas.

También apareció en la popular serie de Netflix The Crown. Concretamente en el capítulo 6 de la 1ª temporada, Gelignite, donde Arrindell interpreta al propietario de un periódico. En su caracterización, el actor británico mostraba una imagen muy diferente a la habitual, no en vano se le puede ver con pelo.