El papa Francisco ha ordenado la prohibición de vender tabaco en la Ciudad del Vaticano al considerar que ningún beneficio puede ser legítimo si le está costando la vida a la gente.

El portavoz del Vaticano, Greg Burke, confirmó que el papa ha decidido que el Vaticano deje de vender cigarrillos a sus empleados a partir de 2018 por el simple motivo de que "la Santa Sede no puede cooperar con una práctica que daña claramente la salud de las personas".

El Vaticano recuerda que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco causa de más de siete millones de muertes al año en todo el mundo.

El Papa Francisco saluda a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, a su llegada a la audiencia general de los miércoles en el Vaticano. REUTERS/Alessandro Bianchi

Hasta ahora, los empleados y pensionistas del Vaticano podían comprar los cigarrillos en el denominado Magazzino, un centro comercial de dos pisos que funciona en la ex estación ferroviaria que se encuentra en el Estado pontificio.

Los empleados del Vaticano pueden comprar hasta cinco cartones al mes,  un precio más bajo, con un descuento de casi el 20%. Muchos italianos les piden a sus amigos no fumadores que trabajan en el Vaticano que les compren cigarrillos, que en Estado italianoa están sujetos a fuertes impuestos.

Burke reconoció que la venta de cigarrillos ha sido una fuente de ingresos para la Santa Sede. "Sin embargo, ningún beneficio puede ser legítimo si le está costando la vida a la gente", es el pensamiento del pontífice argentino según explica el portavoz del Vaticano.

El Vaticano es uno de los pocos estados que prohíbe fumar. Bhután, donde fumar es considerado malo para el propio karma, prohibió la venta de tabaco en 2005.