Este artículo se publicó hace 2 años.
Osakidetza busca un chivo expiatorio por el robo del bebé en Basurto mientras el personal pide más seguridad y sanitarios
Las profesionales de Enfermería están desoladas con el suceso que afectó al turno de tarde del servicio de Maternidad y reclaman mayor vigilancia en la puerta trasera del recinto.
Madrid-Actualizado a
El personal de Enfermería del Hospital de Basurto, donde la noche del miércoles una mujer secuestró a un bebé, se encuentra desolado. A raíz de este suceso hay muchas reuniones y Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) buscará un chivo expiatorio, sin pararse a pensar en que lo que hace falta es más personal y más seguridad, apuntan las profesionales a Público.
No se lo explican. En la actualidad se tiene mucho más cuidado para evitar casos como este. Desde hace pocos años se trasladó el servicio de Maternidad a la tercera planta del pabellón y existe un protocolo de seguridad para los bebés: las pruebas se realizan en la habitación y un familiar lo acompaña en caso de que tenga que salir a las salas de rayos.
Todo esto se explica a las madres cuando llegan al área de partos y se les entrega un documento impreso para que no estén informados. Continuaba el turno de la tarde cuando se produjo el secuestro. El cansancio de la madre, que provocó que olvidase el protocolo, y las carencias de personal de vigilancia en las zonas con pacientes más vulnerables explican lo inexplicable.
La desolación de las profesionales se entiende cuando explican que su sugerencia de reforzar la vigilancia, especialmente en la puerta trasera de acceso al recinto hospitalario, ha sido ignorada.
Un hospital con una peculiaridad arquitectónica
El Hospital de Basurto tiene una peculiaridad arquitectónica que lo hace diferente al modelo de centros de estas características en España. Está formado por distintos edificios, uno por cada servicio sanitario, con una construcción victoriana. Con el paso de los años y en un proceso de modernización, se construyeron pabellones independientes a modo de "fronteras" para unir los edificios especializados, con comunicación por el subsuelos para el traslado de enfermos.
La puerta principal del recinto cuenta con una garita para el personal de seguridad que controla la entrada y salida de vehículos y personas. Sin embargo, la parte trasera del terreno, donde se ubican los pabellones, tiene un acceso directo sin control de seguridad más allá de las cámaras de vigilancia que han hecho posible identificar a la mujer.
El proyecto de construcción del hospital se inició en 1898 en los terrenos de Basurto, una zona aireada y orientada hacia el mar. Se llevó a cabo con las donaciones de los vecinos de la villa, con cierta ayuda de la Administración, y con el apoyo económico de algunas familias acaudaladas: Gandarias, Revilla, Jado, Gurtubay, Iturrizar… que dan nombre a algunos de los 15 pabellones que conforman el complejo hospitalario en la actualidad.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.