Este artículo se publicó hace 7 años.
OrgulloOrgullo Gay, la mercantilización de una lucha
Algunas asociaciones denuncián la perdida de los valores reivindicativos propios del movimiento LGTBI en favor del enriquecimiento de una elite empresarial
Madrid--Actualizado a
Decía Shangay Lily que el capitalismo estaba engullendo los principios de lucha por los derechos LGTB para crear una marca gay absolutamente comercial y despolitizada. El activista llegó a definir este proceso económico con el nombre de Capitalismo Rosa o Gaycapitalismo.
Según algunos colectivos como Orgullo de Periferia y Orgullo Crítico, durante los últimos años una élite empresarial ha venido construyendo un tejido económico vinculado a una marca gay totalmente despolitizada y mercantilizada. Esta tendencia empresarial de vincular lo gay con el ocio y la noche “no hace otra cosa que banalizar una lucha”, denuncia David Molina, integrante del colectivo Orgullo Vallecano.
Algunas plataformas por los derechos de LGTB, entienden que existe una élite empresarial madrileña que viene utilizando la diversidad sexual como objeto de enriquecimiento y negocio.
Pedro Serrano y la empresa de ocio nocturno Trip Familly, Juan P. Juliá y su red de hoteles 'Axel', Juan Pedro Tudela, fundador de Diversity Consulting (empresa que ofrece asesoramiento a comercios y negocios del ámbito gay) o el empresario y promotor Miguel Ángel Flores (imputado por el caso Madrid Arena) son algunos de los empresarios agrupados en AEGAL, una asociación comercial enfocada a un público gayfriendly y que, entre otras cosas, se encarga de gestionar la fiesta del Orgullo Gay madrileño.
Pese a ser una organización vinculada al mundo gay, en sus 30 estatutos fundacionales apenas podemos encontrar artículos que que tengan contenidos sociales e integradores de la Comunidad LGTB. En ellos prevalece lo económico y mercantil definiéndose como una asociación cuyo “fin primordial es la promoción de iniciativas culturales, lúdicas, educativas y empresariales dirigidas a la Comunidad Gay y Lesbiana de Madrid”.
Para muchas asociaciones LGTB desmarcadas del Madrid World Pride, la gran problemática tiene que ver con las subvenciones municipales que dan aliento y vida a AEGAL. “Se está gastando mucho dinero público con una ineficiencia monumental en subvencionar actividades que solo benefician los bolsillos de cuatro empresarios. En Madrid hay un brazo empresarial, ciclado y hormonado que se lleva todos los nutrientes y todas las subvenciones y, por otro lado, un brazo raquítico, en teoría social, donde se encontraría FELGTB que hace de pantalla legitimadora de todos los negocios que se aprovechan de la marca gay”, explica Molina.
Público ha intentado ponerse en contacto en numerosas ocasiones con AEGAL sin poder conseguirlo.
Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid estiman que la fiesta podría generar un impacto en la ciudad de unos 150 millones de euros. Además, según datos de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid cerca del 90% de las plazas hoteleras del centro de la capital quedarán cubiertas durante la fiesta. Un aumento de la demanda que a su vez ha propiciado un incremento medio del 50% en los precios por habitación.
Todo este fenómeno económico está totalmente generalizado en la mayoría de las grandes ciudades europeas, como Berlín o Londres y americanas como New York o San Francisco. Sin embargo, en Barcelona, el denominado gayxample no ha alcanzado los mismos niveles de gentrificación y desarrollo del comercio gay friendly vistos en la capital.
Chueca, barrio para las élites gays
El barrio madrileño de Chueca se consolidó durante los años ochenta del siglo pasado como una zona alternativa donde las personas de los diferentes colectivos LGTBI podían vivir sin sentir la mirada discriminatoria de la sociedad. Por entonces, la tendencia poblacional estaba cambiando hacia un modelo americano, es decir, las zonas residenciales mejor valoradas se situaron en la periferia de la capital, propiciando un descenso de los precios de la vivienda en las zonas céntricas.
Sin embargo, en la actualidad la situación ha cambiado notablemente. Si hoy nos damos un paseo por la web Idealista.com podremos encontrar alquileres de pisos de 40m2 en Chueca por 1800 euros y apartamentos en venta, de similares características, por precios que oscilan entre los 200.000 y los 300.000 euros.
La subida de precios (sobre todo la burbuja del alquiler que afecta por completo al centro de Madrid) han convertido a Chueca en un barrio elitista “donde el dinero y el ocio se venden como referentes de liberación”, tal y como denuncia en su manifiesto la plataforma 'Orgullo Crítico'.
Un 'Orgullo' alternativo
El pasado 6 de junio varias asociaciones LGTB de los barrios periféricos de la capital se aunaron para presentar un proyecto alternativo al Madrid World Pride. Bajo el nombre de 'Orgullo de Periferia' e impulsada desde la FRAVM (Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid), la plataforma busca descentralizar la tradicional fiesta gay llevándola hasta zonas como Vallecas, Villaverde, Arganzuela o Usera entre otros.
Aunque cada barrio tiene su propio programa festivo, se espera una manifestación coordinada por los diferentes distritos periféricos que termine uniéndose al desfile oficial del Orgullo, tal y cómo ya ocurrió el año pasado en la Iª Marcha de la Diversidad LGTB Sur.
Orgullo de Periferia surgió en 2016 en los barrios de Villaverde, Arganzuela y Usera. Este año nuevos barrios como Tetuán, Moncloa-Aravaca o Villa de Vallecas se han incorporado a la plataforma para intentar visibilizar los derechos de los colectivos LGTB de la periferia madrileña.
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