Este artículo se publicó hace 4 años.
El ocio infantil y juvenil se esfuerza para salir adelante durante la Navidad
A pesar de que impulsan tan solo un 25% de las actividades habituales, entidades y grupos scout en Catalunya ponen en valor el buen trabajo hecho en verano mientras los albergues afrontan una situación crítica por la falta de estancias
Emma Pons Valls
Barcelona-
Este año el ocio infantil y juvenil en Catalunya se ha tenido que adaptar a la pandemia y también lo hará durante estas vacaciones, en las que sufrirá modificaciones y una disminución importante de la actividad. Menos casals, parques de navidad en línea y no poder salir de la comarca para hacer salidas son algunas de las casuísticas derivadas de las restricciones vigentes y que impactarán en un sector ya muy afectado.
Según la Direcció General de Juventut (DGJ) de la Generalitat, tanto el número de actividades notificadas como los niños inscritos llegan apenas al 25% respecto al 2019, ya sea en casals de Navidad, colonias u otras actividades. Pese a estos datos, fuentes de la DGJ ponen de manifiesto "el reconocido éxito del ocio en verano y la rápida respuesta del sector para adaptarse", que esperan que permita el mantenimiento de la actividad.
Las instalaciones juveniles han tenido una caída de la facturación del 90% el 2020
Lluís Nadal es el director de la cooperativa de ocio Quàlia, de Tàrrega (Lleida), que organiza comedores, extraescolares, casals de vacaciones y colonias. Normalmente organizaban unos treinta casals de Navidad en la zona de Ponent, pero este año acabarán haciendo solo 10. El director explica que "las familias están apagando la vida social" ante unas fiestas complicadas. Las inscripciones han sufrido una caída de cerca del 80%. Uno de los escollos es el precio, incrementado en un tercio por la reducción de las ratios, que han pasado de un monitor por cada diez niños a uno por cada seis debido a las restricciones vigentes en la comunidad. Las familias se han organizado para poder cuidar de los niños, ya sea haciendo teletrabajo o combinándose las vacaciones entre la pareja. "Quién por conciliación familiar no tiene alternativa, los ha acabado apuntando", señala Nadal.
La coordinadora general de relaciones de Minyons Escoltes i Guies de Catalunya, Laura Benseny, destaca dos principales restricciones de cara a llevar a cabo la actividad de ocio habitual en el ámbito de los grupos scout y también en general: las restricciones de movilidad y la reducción de la ratio de seis niños por monitor. También que solo se permitan encuentros de seis niños en en un espacio cerrado, porque la bajada de temperaturas limita las actividades exteriores.
Aunque no se ha perdido el contacto con los niños y Minyons no percibe una bajada en la participación, sí que valoran que "parar y volver hace que la asistencia sea desigual", dice Benseny, en relación a la parada de la actividad entre octubre y noviembre debido a las restricciones que obligaron a cerrar el ocio infantil y juvenil. "Pero las agrupaciones continúan a todo gas y los líderes hacen un trabajo increíble", subraya.
Nil y Jana, de 8 y 11 años, van cada sábado a su grupo scout, la agrupación Xaloc de Tarragona. Pese a la pandemia, sus padres creen que es un entorno seguro y necesario para su crecimiento. "Nos hace respeto, pero creemos que es tan importante el respeto al virus como la necesidad que pueden tener ellos de desarrollarse y socializar con las amistades en un espacio de ocio", explica su padre, Jordi Saperas, en conversación con Público. La madre, Maica Agudo, pone énfasis en que "el riesgo cero no existe, pero igual que van a la escuela cada día, la agrupación se ha reinventado y hay precauciones".
Benseny explica que en los grupos hay familias con reticencias sobre las salidas de más de un día, pero no más de las que hay en una situación de normalidad. "Ha pasado siempre, no solo en pandemia", explica. "No vemos que la gente se haya descolgado, sino al contrario", celebra. Minyons mueve a unas 15.000 personas, entre niños y líderes.
Un sector pionero
El ocio fue uno de los primeros sectores que se puso en marcha para los niños después del confinamiento. Lluís Nadal destaca que tuvieron un rol pionero en la adaptación a las medidas covid, que después sirvieron de guía para las escuelas. En los meses estivales, Quàlia registró tan solo un 10% menos de inscripciones, una tendencia similar a casals y colonias en toda Catalunya. Nadal pone de manifiesto la gran necesidad de salir que tenían los niños después del confinamiento. Ahora, después de tres meses de escuela, los niños "no están tan afectados".
Sí que echarán de menos, aun así, actividades lúdicas como los parques de navidad, también conocidos como ferias de navidad o salones de la infancia, cita anual en estas fechas en las que los niños pasan un tiempo de ocio con las familias.
La reducción de las ratios y las restricciones de movilidad son dos de los principales obstáculos
Marina Borràs es técnica del Club dels Tarraconins, entidad que organiza cada año el parc de Nadal de Tarragona. Se trata de una feria donde hay talleres y espectáculos para niños de 0 a 12 años durante una semana de las vacaciones. Este año se hará en línea y en pequeño formato: algunos talleres y dos espectáculos de teatro grabados previamente. Habitualmente, esta actividad congregaba a unas 800 personas por turno, es decir, más de 1.500 por día. "Había mucho movimiento y esto lo ha hecho inviable", destaca Borràs. El equivalente en Barcelona, el festival bautizado como Ciutat dels Somnis, se ha suspendido.
La técnica pone de manifiesto que, aunque se haya recuperado la actividad presencial en las escuelas, los niños "siguen una línea muy monótona" desde el inicio de la pandemia y esta Navidad "se perderán muchos momentos". "Es una época que ellos recuerdan con mucha ilusión, y se intentará hacer desde casa pero no dejas de perder un poco esta magia", lamenta.
Una caída en picado
Nil y Jana siguen haciendo las extraescolares habituales de antes de la pandemia -fútbol y natación, respectivamente- pero no es el caso de muchos otros niños. Nadal explica que toda actividad esencial por la conciliación familiar ha bajado, pero de forma reducida -alrededor de un 15% o 20%- mientras que la extraordinaria, que implica contacto con niños de fuera del grupo escolar estable, "ha caído en picado". La cooperativa Quàlia ha pasado de tener 90 extraescolares a unas 20.
Toda esta reducción del ocio afecta a los profesionales contratados en el sector, que normalmente tienen un perfil joven, de estudiante, y a tiempo parcial. Quàlia ha contratado 15 monitores en vez de los 90 que tenía habitualmente. "Muchos dependían de esto para pagarse los estudios o la vida estudiantil en la capital", apunta Nadal.
Los alojamientos juveniles, en situación crítica
La disminución de las salidas de varios días hace que las casas de colonias, albergues e instalaciones juveniles en general afronten una situación crítica. "Llevamos cerrados nueve meses", alerta Pedro de Haro, gerente de la Associació de Cases de Colònies i Albergs de Catalunya (ACCAC). Pese a un breve paréntesis en julio, en el que abrieron pero con una ocupación baja, De Haro explica que desde marzo prácticamente no han facturado. Esto conlleva que de los cerca de 80 establecimientos que agrupa la asociación, cinco ya hayan tenido que cerrar definitivamente.
Es el caso de una de las dos casas que tenía la cooperativa de ocio Quàlia. La otra solo la mantienen porque no tienen que pagar un alquiler mensual. "Si no, sería inviable. No tenemos estancias desde agosto", dice Nadal. Las actividades "costaban muchísimo" debido a que las agrupaciones anularon buena parte de ellas.
El perfil mayoritario de este sector son empresas pequeñas, incluso micro, y familiares. De Haro destaca que son "pequeños motores económicos", especialmente los que se encuentran en un entorno rural, que crean actividad económica y puestos de trabajo. Actualmente, el personal estable está en ERTE, y no se ha contratado a trabajadores temporales, la mayoría de los cuales son jóvenes. "Nos preocupa el impacto en la ocupación juvenil, que la covid está agravando", lamenta el gerente.
Ayudas insuficientes para las instalaciones juveniles
La Generalitat ha activado este mes diferentes ayudas para las actividades extraescolares, para las asociativas y también para las instalaciones juveniles, que pueden llegar a percibir hasta 40.000 euros. Aunque se trate de cuantías importantes, no sirven para paliar una caída de la facturación de cerca del 90%, lamenta Pedro de Haro, de la Associació de Cases de Colònies i Albergs de Catalunya (ACCAC). Piden un rescate del sector público y quieren insistir a escuelas y familias de la importancia de este tipo de estancias. "Esperamos que el contexto permita una campaña mínimamente más normal [en la primavera] y que los centros docentes vuelvan a apostar por hacer colonias, con garantías de seguridad".
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