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Nueve meses para identificar y enterrar a la primera víctima de la tragedia de Melilla

El viernes se celebró en Nador el funeral del joven sudanés, uno de los 23 fallecidos durante intento de cruce del pasado junio. Varios familiares, residentes en Inglaterra, identificaron el cuerpo con ayuda de la AMDH de Nador, que pide más facilidades para que las familias sudanesas puedan ir a Marruecos para encontrar y dar sepultura sus muertos.

Izquierda: El joven sudanés Adam Bakhit, fallecido durante el intento de cruce de la frontera entre Nador y Melilla el 24 de junio de 2022. Derecha: Imagen del entierro de Bakhit el pasado viernes en el cementerio Sidi Salem de Nador, Marruecos.
Izquierda: El joven sudanés Adam Bakhit, fallecido durante el intento de cruce de la frontera entre Nador y Melilla el 24 de junio de 2022. Derecha: Imagen del entierro de Bakhit el pasado viernes en el cementerio Sidi Salem de Nador, Marruecos. AMDH de Nador

Nueve meses después, Adam Bikhit descansa en paz. Su cadáver ha pasado todo este tiempo esperando en la morgue de Nador, la última ciudad que pisó. Se quedó muy cerca de Melilla, literalmente a las puertas de la ciudad española que le costó la vida a este joven sudanés y a otras 22 personas migrantes, según el balance oficial de víctimas elaborado por Marruecos. Otras organizaciones hablan de 37 muertos aquel fatídico 24 de junio. Algunas elevan la cifra a 47. Solo Bikhit ha podido ser identificado por su familia y enterrado dignamente hasta el momento.

El pasado viernes, entre un fuerte viento y el ruido incesante de las palas, el cuerpo de Bikhit fue inhumado en el cementerio de Sidi Salem, a las afueras de Nador. La ceremonia fue sobria y la concurrencia reducida. Apenas unos operarios del camposanto, un clérigo y dos familiares del fallecido que han podido viajar desde Inglaterra hasta Marruecos para confirmar la identidad y despedirse en una ceremonia celebrada en una de las mezquitas de la ciudad.

También acudieron al sepelio algunos miembros de las Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) de Nador, una de las organizaciones más críticas con la actitud de las autoridades marroquíes y españolas antes, durante y después de la tragedia. La AMDH de la ciudad es una de las pocas fuentes que consigue facilitar datos sobre este oscuro episodio, el más grave en una frontera española en la historia reciente y que, como otras anteriores, se ha saldado con total impunidad, tanto policial como política.

Nueve meses de opacidad

La opacidad ha sido la tónica general en Marruecos, que pretendía haber sepultado todos los cadáveres sin autopsia ni identificación pocos días después de la tragedia en varias fosas anónimas excavadas para la ocasión, no muy lejos de la tumba donde ya reposa Bikhit. La labor de denuncia de la AMDH de Nador hizo circular la noticia de los prematuros entierros entre los medios internacionales, y las autoridades alauíes desistieron.

Sin embargo, explica a Público Omar Naji, presidente de la AMDH de Nador, "la familia de Adam aún no ha recibido una copia de la autopsia". Las pruebas no son públicas, quizás porque arrojarían demasiada luz sobre las causas de unas muertes que Marruecos y España achacan al aplastamiento en una avalancha humana en las verjas del paso fronterizo de Barrio Chino. Los únicos datos que Marruecos ha puesto a disposición pública han sido las conclusiones del informe que realizó el pasado verano el Consejo Nacional de Derechos Humanos, un ente oficialista.

Según este organismo, las autopsias practicadas a los 23 cuerpos revelan un fallecimiento por "asfixia mecánica compatible con una presión torácica externa". El mismo informe acusaba a las autoridades españolas de "renuncia o vacilación" a la hora de "prestar ayuda y auxilio pese a la estampida y la gran aglomeración de los inmigrantes en las puertas metálicas giratorias en el puesto fronterizo", "lo cual llevó a un aumento de heridos y muertos". La inacción de las ambulancias españolas, a escasos metros de la tragedia, ha sido una de las grandes críticas al Ministerio del Interior no solo por parte de la oposición, sino de numerosas ONG.

Sin visados ni dinero para identificar a sus familiares

Durante todo este tiempo, la AMDH ha intentado que las familias de las víctimas, la inmensa mayoría procedentes de Sudán, puedan confirmar su paradero. Mediante testimonios, la organización ha recopilado nombres, apellidos, fechas de nacimiento y fotografías. No solo el de los fallecidos, sino también de los 80 desaparecidos que ha contabilizado durante los masivos traslados a ciudades lejanas a la frontera y del largo centenar de detenidos en las redadas posteriores a los incidentes.

"La AMDH Nador ha creado un grupo WatsApp de las familias de los desaparecidos y un comité en Sudán. Gracias a estas dos herramientas las familias nos contactan", afirma Naji.

La AMDH de Nador calcula que hay unos 300 migrantes sudaneses encarcelados tras la tragedia de Melilla

De esta forma han logrado identificar a otro de los fallecidos, pero nadie ha podido reclamar el cuerpo o solicitar a la Fiscalía el entierro. "La familia de Adam ha podido venir desde Inglaterra, pero los demás no pueden permitirse el lujo de venir desde Sudán" para reconocer el cadáver y cotejar el ADN, explica.

Las razones son la falta de visados y de medios económicos, pero también hay trabas políticas que complican los trabajos de identificación. "Las fotografías de los fallecidos no están disponibles en la Embajada de Marruecos en Sudán ni en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Sudán en Jartum para que las familias las vean", denuncia Naji. "Lo único que ha hecho este ministerio es pedir a las familias que se hicieran la prueba de ADN", añade.

Esta organización ha elaborado una lista con 155 migrantes sudaneses encarcelados en Nador que ha podido confirmar con la Embajada de Sudán en Rabat, pero critica que el Ministerio de Exteriores sudanés no está informando a los familiares y advierte de que el número de sudaneses presos en Nador ronda los 300. Muchos de ellos condenados a penas de varios años de prisión por los enfrentamientos con los gendarmes en el monte Gurugú, cerca de Melilla, los días previos al 24 de junio y tras el intento de cruce.

Mientras tanto, cientos de migrantes sudaneses que tendrían derecho a pedir asilo en Europa, siguen malviviendo en las calles de ciudades marroquíes como Casablanca, Rabat o Beni Melal, expuestos a la violencia, a la miseria o a la persecución de las autoridades marroquíes.

Tras el fin de la crisis diplomática entre Marruecos y España a cuenta del conflicto del Sáhara Occidental y el desbloqueo de más fondos europeos y españoles, el país vecino ha vuelto a vigilar con más intensidad los movimientos de los migrantes para evitar nuevos intentos de salto a Ceuta y Melilla, pero también la salida de embarcaciones por el Estrecho de Gibraltar y hacia la Islas Canarias. Desde que Madrid aprobó el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Ocupado, las llegadas de migrantes a las costas españolas han descendido un 50%, según el balance del Ministerio del Interior.

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