Las notas de la EBAU suben por la mayor competitividad de los estudiantes
Un estudio del Centro de Políticas Económicas de Esade revela que el esfuerzo de los alumnos por alcanzar la nota de corte para entrar a la carrera de sus sueños es una de las principales motivaciones para ir muy preparados.
María Martínez Collado
Madrid-Actualizado a
En los últimos diez años, la nota media de las pruebas de acceso a la universidad, coloquialmente conocido como selectividad, ha subido casi dos puntos. Un aumento que se observa en todas las comunidades
autónomas. La hipótesis más frecuente para explicar este incremento apunta que los estudiantes "cada vez saben menos" y que "se están inflando" sus puntuaciones.
Pero, ¿se corresponde esto con la realidad? El último informe del Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) trata de arrojar luz sobre este asunto y desmiente esta leyenda. Por el contrario, el informe demuestra que los jóvenes de se examinan de la EBAU son más competitivos y están mejor preparados para tratar de acceder a su primera opción de grado universitario.
Frente a la idea de que la anterior fuera la "generación mejor preparada de la historia", el informe titulado La subida de las notas de Selectividad: ¿Inflación o competición? muestra que existen otros factores, más allá de "regalar notas", como el esfuerzo y el aprendizaje de los alumnos que influyen por lo menos igual en la subida de las calificaciones, de 8,75 a 10,34 de media en el país.
"En caso contrario, si se hubiera producido una caída de las puntuaciones, nadie dudaría de que estaría reflejando una preocupante bajada en el rendimiento de los estudiantes", señalan los investigadores del estudio. La hipótesis de una deflación de las notas, es decir, de una bajada artificial, "se consideraría poco menos que absurda". Sin embargo, no funciona la misma lógica cuando los resultados son positivos.
Desde 2013, tal y como señala el documento, han tenido lugar dos modificaciones que han podido contribuir, efectivamente, a una inflación de las calificaciones. Primero, en 2017, cuando se introdujo una reforma que redujo las opciones de escoger materias para la fase general y específica. Como consecuencia, se permitió que ponderara dos veces una de las asignaturas obligatorias. Segundo, en 2020, cuando se tomaron medidas para compensar el cierre escolar derivado de la pandemia tanto en el expediente de Bachillerato como en las pruebas de la Selectividad, permitiendo a los alumnos descartar preguntas en todas las materias de la prueba.
No obstante, las plazas disponibles para acceder a los grados universitarios siguen siendo limitado. Por lo que, la flexibilización de los criterios, al ser igual para todos, no implica que sea más sencillo acceder a la carrera que se desea. De hecho, según datos del Ministerio de Universidades, uno de cada tres estudiantes se queda fuera de la facultad que elige como primera opción.
"Para aquellos que se enfrentan a notas de corte cada vez más altas, la selectividad cada vez es más difícil. Cada vez hay más gente que aspira a más. No negamos la inflación pero añadimos que no está sola", insiste Juan Manuel Moreno, catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la UNED y coautor del estudio.
El número de estudiantes que se presenta a la EBAU ha aumentado en un 17,2% entre 2015 y 2022
Dado que el número de estudiantes que se presenta a las pruebas ha aumentado en un 17,2% entre 2015 y 2022, los alumnos se examinan cada vez a un número mayor de asignaturas optativas. "Una buena parte (quizás la mitad) de la subida de notas se explica por el efecto de esta participación masiva, con cada vez más exámenes realizados y, por tanto, más opciones de obtener notas más alta", razona la investigación de EsadeEcPol.
En este sentido, los datos oficiales analizados muestran que el incremento ha sido sustancialmente mayor para las chicas (19,4%) que para los chicos (14,2%). "El mayor crecimiento anual del periodo se dio entre 2019 y 2020 (10%), mientras que en 2017 hubo una caída de los matriculados del 4,4%, que se recuperó en 2018, algo que podría tener que ver con las decisiones tomadas en el examen de ese año", recoge el estudio.
Desde otro punto de vista, los investigadores argumentan que los cambios en la selectividad que se han analizado en este estudio "podrían leerse como la respuesta adaptativa de nuestro sistema de exámenes a la oferta universitaria y a la expansión simultánea de la demanda que se ha generado con el paso del tiempo".
Así, por ejemplo, mientras que el acceso a las carreras tradicionalmente de élite "han continuado siendo tanto o más competitivo que en cualquier otro momento del pasado", el acceso general a los estudios superiores "se ha hecho más asequible para más estudiantes", que cada vez proceden de posiciones socioeconómicas más diversas. Desde EsadeEcPol destacan el carácter redistributivo —aunque insuficiente— y la democratización del acceso a los estudios universitarios en los últimos años.
Desde la sección de Enseñanza de CCOO de Madrid, Isabel Galvín recuerda que son "los alumnos y alumnas de los centros públicos cuya nota media de Bachillerato es más baja (esto está constatado en los resultados año tras años)" quienes más expuestos están a esta competición y quienes más se juegan en las calificaciones de la EBAU "porque en la privada se puntúa con notas más altas".
Teniendo en cuenta que este desnivel existe y que sucede año tras año, es esencial, asegura Galvín, "que haya mecanismos que garanticen la igualdad de oportunidades y compensen desigualdades de origen para que no se quede nadie atrás". Hasta ahora, explica la representante sindical, estos mecanismos "han fallado, no son los adecuados ni suficientes".
Una vez analizados los datos empíricos, los investigadores han advertido de que este tipo de suposiciones que ponen en duda la exigencia de los exámenes, ponen en riesgo la confianza pública, "fundamental para cualquier sistema público". "Si el examen se empieza a percibir públicamente como un instrumento arbitrario, sesgado y deja de ser fiable, se puede dar lugar a una crisis existencial en el sistema educativo", arguyen.
A fin de mejorar la EBAU y fomentar la competición justa, el centro de investigación propone una serie de medidas tales como eliminar las medidas excepcionales que se tomaron en 2020 como consecuencia de la covid, aumentar la objetividad de la evaluación mediante pruebas más comparables entre comunidades autónomas y seguir avanzando en el desarrollo de una "prueba de madurez" que permita mejoras de aprendizaje reales.
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