Mal empieza 2020: en España los pesimistas ya superan en número a los optimistas

Por primera vez en los últimos cinco años, los españoles que son pesimistas respecto al año entrante superan a los que lo miran con optimismo: un 35% cree que 2020 será peor que el 2019, frente al 29%, que piensa que será mejor, mientras que un 33% opina que será igual.

Es una de las conclusiones de la encuesta Final de Año, de Gallup Internacional, en la que España participa a través de Sigma Dos, la cual confirma una tendencia que se había iniciado en 2015: por fin, los españoles pesimistas son mayoría.

No se trata de una excepción en el contexto europeo, ya que la UE es la segunda región más desmoralizada del mundo tras Medio Oriente. Los italianos, en el 59% de los casos, son pesimistas, y en Francia empatan con los optimistas (24% en ambos casos), mientras que Polonia presenta cifras similares a las españolas.

Sin embargo, los españoles están desesperanzados solo a nivel colectivo, ya que, desde el punto de vista individual, seis de cada diez (59%) se siente "feliz"; y uno de cada diez (13%), "muy feliz", lo que sitúa a nuestro país por encima de la media mundial del 69% y muy cerca de las medias más felices del mundo, que se dan en África (86 %) y América Latina (78 %).

La directora de Sigma Dos, Rosa Díaz, ha explicado esta paradoja en una nota de prensa en la que aclara que "el Índice Global de Esperanza refleja la situación política y económica, mientras que el Índice de Felicidad revela percepciones personales, estrechamente relacionadas con la forma de ser de los habitantes de cada país".

Realizada a 45.676 personas de todo el mundo, la encuesta refleja que los ciudadanos más optimistas con respecto al nuevo año, se encuentran en Nigeria (73%), Perú y Albania (70%), Kazajistán (67%) y Armenia (62%); y los más pesimistas están en Líbano (76%), Hong Kong (68%), Jordania (60%) e Italia (59%).

Kazajos, armenios, indios y vietnamitas son felices en ambos niveles, al contrario que libaneses y jordanos. Sirios e iraquíes, por su parte, muestran signos de optimismo social pero no personal.