Jose, el mendigo que pide para cerveza, vino, whisky y porros: "Por lo menos, sincero"
Los Lazy Beggars son vagos, pero van de frente. "Con nuestros carteles repartimos sonrisas"
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Jose tiene sesenta años y pide para beber. A veces, las señoras se le acercan, dejan caer una moneda ante un cartel que reza “Para whisky” y le comentan por lo bajini: “Toma, mi niño, que por lo menos eres sincero”. Las alternativas son “para vino”, “para porros” y “para la resaca”, que es el que mejor funciona a primera hora de la mañana, cuando los rostros de algunos transeúntes reflejan las escaramuzas de la madrugada. “La gente se siente solidaria”, ironiza este trotamundos tinerfeño con varios países a sus espaldas.
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“Tome, tome, visite nuestra página web”, le dice a una persona que le acaba de dejar un par de perras chicas al tiempo que le entrega una tarjeta. La primera vez que sales del sistema, recuerda, es la más difícil. La segunda resulta un poco más fácil y la tercera “ya te da igual, porque sabes a lo que vas”. Antes de salirse definitivamente, Jose había hecho algunas incursiones en el otro lado. “He estado dentro y fuera muchas veces, sin embargo aquí soy libre. Mañana, si me quiero ir, me voy”. La última vez que estuvo dentro trabajó como técnico de energía solar en el departamento de una empresa. Tenía nueve empleados a su cargo, un buen salario y, a final de año, le daban bajo mano un jugoso plus. No obstante, Jose estaba estresado, no le gustaban los horarios.