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Más de 4.000 firmas piden el cese del obispo de Tenerife por sus declaraciones homófobas

Una asociación LGTBI ha iniciado una recogida de firmas que trasladará al Vaticano y a la Conferencia Episcopal, después de que el sacerdote considerara un "pecado mortal" la homosexualidad.

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El obispo de Tenerife durante una peregrinación en Madrid, a 3 de abril de 2019. — Ricardo Rubio / Europa Press

madrid, Actualizado:

Más de 4.000 personas han firmado la petición para exigir el cese del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, por sus declaraciones homófobas. La asociación LGTBI Diversas inició la recogida de firmas a través de la plataforma change.org y la trasladará al Vaticano y la Conferencia Episcopal.

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La asociación ha trasladado el clamor social tras las declaraciones del obispo, en las que señalaba la homosexualidad como un "pecado mortal". Las firmas recogidas en menos de 24 horas constatan "la ola de indignación", según relata la nota.

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Las fuerzas políticas con representación parlamentaria en Canarias y el presidente autonómico, Ángel Víctor Torres, han mostrado su rechazo a las declaraciones del obispo.

El presidente de Diversas, Sergio Siverio, ha destacado su intención de trasladar las firmas en una comunicación dirigida al papa (que recibirá al obispo este viernes) y a la Conferencia Episcopal para que "tomen cartas en el asunto de una vez por todas e impidan que siga siendo representante de la iglesia un obispo ultra y homófobo reincidente como Bernardo Álvarez".

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Siverio ha señalado que no permitirán que "estas declaraciones acaben siendo una mera polémica puntual, como ya sucedió en el año 2007 con sus declaraciones justificando la pederastia".

"Vamos a movilizarnos hasta conseguir que se tomen medidas contundentes contra este obispo y que sus muestras de odio contra el colectivo LGBTI no queden impunes", añadió.

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La asociación agradeció el apoyo ciudadano a la iniciativa lanzada el pasado jueves y en especial aquellas personas LGTBI identificadas con la iglesia católica, que también han mostrado su indignación.

"Ningún obispo tiene la facultad de calificar nuestros derechos de pecado mortal, somos libres de ser quienes somos y no nos debemos avergonzar de ello", concluyó.

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