Falsas soluciones y trampas en una COP28 incapaz de imponer medidas firmes a la crisis climática
La Cumbre del Clima de Dubái ha terminado con falta de determinación para acabar con los combustibles fósiles y ha generado dudas sobre si el acuerdo alcanzado es adecuado para enfrentar la emergencia climática.
Madrid-Actualizado a
Antes de la última Cumbre del Clima de Dubái, la COP28, concluida este martes, la sensación generalizada es que sería determinante tras el Acuerdo de París de 2015, se consideraba la última oportunidad para frenar la crisis climática y luchar contra el calentamiento del planeta. La COP28 comenzó hace más de dos semanas bajo el peso de que, 2023 es el año más caluroso desde que se tienen registros, bajo el temor de las consecuencias para humanidad y, por eso, se intentó dejar atrás la decepción que trajo consigo la COP27, celebrada en Egipto.
Casi 30 años después de la primera Conferencia de las Partes (COP), las naciones tenían que hacer balance de los avances. Sin embargo, el resultado final ha generado un amplio debate donde proliferan la desconfianza, las dudas y la incertidumbre, sensaciones contradictorias ante una emergencia climática evidente.
El hecho de que se celebrara en Emiratos Árabes Unidos (EAU) —uno de los diez mayores productores de petróleo del mundo— invitaba a pensar que en esta COP surgiría mayor tensión por parte del sector de los combustibles fósiles. Y, efectivamente, así parece que ha sido desde el principio hasta el final. Con el primer borrador, previo al documento final de la cumbre, que incitaba a "reducir" los combustibles fósiles y no a eliminarlos, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha conseguido presionar los acuerdos decisivos.
Este hecho no ha pillado por sorpresa a las organizaciones y a los implicados. El presidente de la COP28, el sultán Al Jaber, en reuniones previas a la COP28, ya dejó fuera de su discurso la necesidad de poner fecha al fin del carbón, el petróleo y el gas. De esta manera, se ha cumplido lo que Amnistía Internacional auguraba, que EAU suponía una amenaza para el éxito de la cumbre.
Los tres asuntos clave de la COP28 de Dubái han sido negociar la aceleración de la transición energética y la reducción de las emisiones contaminantes para 2030; la financiación de los desastres climáticos ocasionados en los países vulnerables y el desarrollo de medidas de adaptación al cambio climático.
En esta cumbre la intensidad en el debate dedicado a cada uno de los ejes ha variado. El mayor conflicto para lograr el acuerdo ha surgido en la recta final de las negociaciones. El fin de los combustibles fósiles no es una opción, decían las organizaciones ambientalistas. "Seguiremos desperdiciando billones de dinero en cosas que dañan nuestro clima y perjudican el desarrollo sostenible", lamentaba la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, que calificó la negociación como "inaceptable".
¿Qué ocurre con los combustibles fósiles?
El asunto con el que han cerrado los países su Balance Global en las últimas horas ha tenido que ver, precisamente, con el fin de los fósiles. Javier Andaluz, de Ecologistas en Acción, asegura a Público que obviar la eliminación del petróleo, carbón y gas natural supone dejar atrás la ambición que se ha exigido a la COP28: "es una cesión a los países fósiles de la OPEP", argumenta.
"No basta con reafirmar el Acuerdo de París y no comprometerse a eliminar los combustibles fósiles"
Arabia Saudí y Estados Unidos, entre otros exportadores de petróleo, han presionado para que los combustibles fósiles no aparezcan de ninguna forma en el acuerdo definitivo, pero no lo han conseguido (o al menos no del todo).
"No basta con tomar nota con 'alarma y grave preocupación' de las conclusiones del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) y de los daños que ya está causando el cambio climático, para luego no poner en práctica las medidas que recomienda la ciencia. No basta con reafirmar el Acuerdo de París y no comprometerse a eliminar totalmente los combustibles fósiles", manifiesta Mary Robinson, presidenta de The Elders y expresidenta de Irlanda.
En cambio, países como Colombia se han mostrado más comprometidos con la transición energética justa y el fin del uso de combustibles fósiles, pese a ser un productor tanto de carbón como de petróleo. "De aquí no podemos salir con un mensaje blando frente a la realidad científica del cambio climático y sus causas. Eso piensa la mayoría. Pero hay un sector, que no es menor, que no quiere ver ninguna referencia a la eliminación de los combustibles fósiles. Y eso implica que están defendiendo obviamente sus intereses económicos legítimos. Pero eso no puede hacerse a costa de la seguridad de todos", indicó la ministra colombiana de Medio Ambiente, Susana Muhamad.
Florent Marcellesi, coportavoz de Verdes Equo, en su análisis del acuerdo, expone que hay que destacar la importancia de que, por primera vez en la historia de las cumbres climáticas, se mencionan los combustibles fósiles. El experto considera que el Balance Global es significativo porque ser refiere a lograr cero emisiones netas de combustibles fósiles en los sistemas energéticos para 2050, triplicar las energías renovables o duplicar la eficiencia para 2030. "Aunque se necesita ir aún más rápido para cumplir con la ciencia", reconoce.
"Para compensar a los petroestados y aliados ante estos avances, han vuelto las falsas soluciones como la captura y almacenamiento de carbono o la nuclear. Estas iniciativas descafeínan el acuerdo y son soluciones peligrosas que nos alejan de la meta principal del abandono de los combustibles fósiles", reconoce Marcellesi.
Las organizaciones ambientalistas coinciden en que la credibilidad de este acuerdo en Dubái depende de cómo las partes lo traduzcan en sus respectivos países. El representante de Verdes Equo subraya que la UE debe traducir el fin de los combustibles fósiles en sus propuestas para 2040. "España también debe hacer sus deberes en casa. Esto pasa por cumplir de forma urgente el pacto entre Sumar y PSOE, acelerar la transición ecológica y justa, y ser aún más ambicioso para llegar a un mundo del todo descarbonizado y sin fósiles para 2040", concluye Marcellesi.
Si bien es cierto que el acuerdo subraya la intención de limitar el calentamiento global a 1,5°C requiere reducciones "profundas, rápidas y sostenidas" de las emisiones, con una rebaja del 43% para 2030 y del 60% para 2035 respecto a 2019 y ser cero neto emisiones a 2050, esta fecha —quizás demasiado lejana teniendo en cuenta la emergencia climática del planeta— ha generado desconfianza. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha comentado en su perfil de X (antes Twitter) que espera que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles "no llegue demasiado tarde".
¿Cómo limitar el aumento de la temperatura 1,5°C?
Las emisiones de gases de efecto invernadero son las responsables del aumento de las temperaturas. En marzo de este año, el IPCC confirmó un calentamiento del planeta a niveles récord. El órgano científico advirtió de que los gobiernos no estaban tomando medidas suficientes.
En el Acuerdo de París, los países se comprometieron a restringir sus emisiones y a limitar el aumento de la temperatura global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales para 2050. Según los científicos, como las emisiones de gases de efecto invernadero sigan aumentando, la temperatura del planeta subirá hasta tres grados con respecto al período preindustrial.
"La falta de ambición nos sigue alejando del objetivo de evitar una subida superior a 1,5° C"
Juantxo López de Uralde, coordinador de Alianza Verde, opina que esta COP28 ha "llegado a un acuerdo de mínimos", pero "esto no es lo que necesitábamos a estas alturas, cuando estamos en una emergencia climática que requiere de medidas contundentes y valientes. La falta de ambición de este acuerdo nos sigue alejando del objetivo de evitar una subida de más de 1,5° C".
A pesar de ello, López de Uralde afirma que, si se mira el lado positivo, el Balance Global mantiene vivo sobre el papel el objetivo del Acuerdo de París, en relación con que el calentamiento global no supere ese 1,5ºC. Así como la mención expresa a los esfuerzos mundiales para triplicar la capacidad mundial de energía renovable y duplicar la tasa media anual mundial de mejoras de la eficiencia energética para 2030.
Falta de compromiso por parte del norte global
El nuevo fondo de pérdidas y daños ha estado en el centro del debate en la COP28. Los países en desarrollo afectados por el cambio climático necesitaban estimaciones de alta calidad de las pérdidas que ya han experimentado, para articular demandas de apoyo del norte global.
Tras el comunicado del Balance Global, Ecologistas en Acción opina que resulta "incomprensible e hipócrita la falta de claridad y compromiso por parte del norte global de contribuir a la financiación necesaria". La ONG informa de que el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado, que deberá completarse en la cumbre de 2024 en Bakú (Azerbaiyán), es positivo por sus menciones a la deuda, espacio fiscal y necesidad de que la financiación climática no perjudique financieramente a los países del sur global.
"El acuerdo falla en el reconocimiento de la ilegitimidad de la deuda de los países en desarrollo"
Sin embargo, Ecologistas en Acción asegura que el acuerdo falla en el reconocimiento de la ilegitimidad de la deuda "y, lo que es más preocupante, sigue confiando en estructuras como el Banco Mundial que son responsables de la desigualdad". "El texto de financiación en su conjunto mantiene un lenguaje que carece de la firmeza necesaria y abre la puerta a la financiación privada. Es notoria, también, la ausencia de verbos de acción y un recordatorio más severo a las Partes sobre la necesidad de compensar la cantidad que sigue faltando en el Fondo Verde para el Clima".
"Financiación debería ser, a estas alturas, un tema muy fuerte y sencillo para los países: tanto la reparación de las deudas históricas como las firmes indicaciones del IPCC deberían dejar claro el camino a seguir por el norte global", asegura a Público Sara Bourehiyi, responsable de finanzas sostenibles de Ecologistas en Acción. La integrante de la ONG añade que, aunque hay algunos rayos de luz en el texto final de algunos de los paquetes de financiación, "la realidad es que sigue siendo un lenguaje muy pobre y poco exigente".
"Sin un cambio radical del sistema capitalista dependiente de los fósiles, alejada de las estructuras patriarcales, neocoloniales y extractivistas, será imposible alcanzar la justicia climática", manifiestan desde Ecologistas en Acción.
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