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Los expertos, ante el aumento de los casos de acoso escolar en Catalunya: "Los casos se detectan, pero hay inacción"

Las asociaciones contra el bullying avalan la campaña del Departament d'Educació de la Generalitat frente al elevado número de casos, pero exigen una actuación más decidida en las escuelas. La última cifra publicada recientemente es de 2.206 casos de violencia escolar detectados desde 2021, un 200% de aumento en tres cursos.

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Imagen de archivo de los alumnos del Colegio Alameda de Osuna, en la Comunidad de Madrid. — Jesús Hellín / EP

Barcelona,

Tanto la escuela como el instituto son una puerta a un espacio de convivencia y socialización para muchos niños y jóvenes, pero también puede convertirse en un campo de cultivo de acosos y violencias. El bullying es una lacra con unas consecuencias, a menudo, fatales y que afectan a la salud mental de cientos de niños y niñas. El Departament d'Educació del Govern catalán lo ha hecho visible, con un vídeo para detectar las señales de la violencia escolar y que inundará el principal medio de comunicación de adolescentes y jóvenes: las redes sociales.

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La iniciativa quiere sensibilizar al alumnado y también a las familias de la necesidad de detectar el acoso escolar. La campaña se centra en dos alumnos a los que las situaciones de insultos y vejaciones les persiguen durante todo el día en distintos momentos y en objetos cotidianos, como un tetrabrik de leche, una parada de autobús o el despertador.

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Estos dos jóvenes son sólo dos de los alumnos que han sufrido acoso escolar, pero según los datos del Departament de Educació, en los últimos tres cursos la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) ha atendido a 2.206 casos de presunto acoso en la escuela. En estos tres cursos, el número de casos atendidos se ha disparado un 200%. Un incremento que no sólo implica que haya crecido la violencia en los centros, sino que también existe una mayor sensibilización. El Departament de Educació se ha comprometido a revisar los protocolos e intensificar la formación a los docentes.

Las asociaciones contra el bullying han celebrado la campaña del Departament, pero insisten en que es necesario ir más allá. María José López, portavoz de la asociación contra la violencia en las escuelas Trencats y madre de Kira, víctima de acoso escolar, asegura que "no podemos quedarnos sólo con detectar las señales, hay que ir a más y tomar acciones para detener el acoso, porque sino las víctimas lo arrastran durante mucho tiempo y las consecuencias pueden ser fatales".

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López señala que el dato que da la USAV "demuestra que los centros son conscientes del sufrimiento de las víctimas, las señales se encuentran y se denuncian". Explica que "el problema es la inacción. La mayoría de los casos que llegan a la USAV es porque existe una inacción del centro, hay una falta de voluntad por parte de los centros, a veces por desconocimiento, o porque no saben cómo actuar, y es ahí donde falla todo".

López asegura que la responsabilidad de los centros es clave. "Los niños deben saber cómo se siente una víctima de bullying, cómo se siente tu compañero se le dices algo. La prevención y la formación de todos los componentes de una comunidad educativa es básica. Ahora bien, también hemos de insistir en que quien puede hacer algo es la escuela, porque es quien ve lo que está pasando. Pero a menudo quien acaba denunciando el caso a inspección son las familias", detalla.

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En este sentido, López pone el foco en el protocolo que siguen los centros en estos casos. "Hay que activar el protocolo antes de que se produzca reiteradamente una violencia. Hasta que no te humillan, hasta que no te pegan dos o tres veces no se considera acoso escolar, y por lo tanto, la escuela no se ve obligada a tomar medidas. Esto es una vulneración de los derechos de los menores. La reiteración no puede ser una excusa por no aplicar el protocolo antibullying, o unas medidas mínimas para detener el acoso a tiempo", considera.

Las violencias que se producen antes del acoso

López pone énfasis en la "reiteración" de las violencias que se producen antes del acoso escolar: "Estas no cuentan, y eso es precisamente lo que está destruyendo a los menores", asegura. En este sentido, señala que entre todos "hemos aceptado y normalizado" el concepto de acoso escolar. "Hay que hablar más de violencias que de acoso escolar. Cuando se llega al acoso es que todo ha fallado antes. Hay que tomar medidas desde el minuto 1, evidentemente adaptadas a la edad", insiste.

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Sobre las redes sociales y los móviles, detalla que ha agravado el acoso escolar "porque las víctimas se encuentran con que las violencias siguen fuera del entorno escolar, con el sufrimiento añadido de que en muchos casos son adolescentes que a veces no saben ni siquiera gestionar todas estas situaciones". López ve bien que la campaña también vaya dirigida a los adultos, ya que considera que a menudo ponemos toda la presión en los adolescentes, que son ellos los que deben romper el silencio, "y nos olvidemos que son menores y que todavía se están desarrollando como personas".

En este sentido, López celebra la prohibición del móvil en las aulas de Catalunya. Admite que no termina con el problema de raíz, pero que probablemente ayuda a minimizar los efectos.

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