Este artículo se publicó hace 4 años.
El exceso de trabajo en Salud Pública por el coronavirus descuida la detección de otras enfermedades infecciosas
El número de casos detectados de Enfermedades de Declaración Obligatoria ha bajado en toda España respecto a años anteriores. El Instituto de Salud Carlos III advierte de que hay datos que pueden ser provisionales porque algunas comunidades no estén notificando casos, pero expertos y trabajadores señalan que la sobrecarga de trabajo por la pandemia dificulta la vigilancia sobre estas enfermedades.
Madrid-
Las consecuencias de la epidemia no se reflejan solo en las muertes o en los daños específicos que causa el coronavirus, también en la sobrecarga que somete al sistema y en cómo se ven resentidas otras patología. Nos enseña, además, el abandono de las instituciones sobre la salud pública. Tras años de recortes, las plantillas de este servicio se quedaron bajo mínimos. Faltaban (y faltan) epidemiólogos a todos niveles. Esto se ha hecho más evidente con el estudio de contactos, un trabajo que está sobrepasando la capacidad de los rastreadores en varias comunidades autónomas. Pero esta sobrecarga tiene otras consecuencias: los casos detectados de otras enfermedades infecciosas han bajado mucho de la media de los años anteriores.
El Instituto de Salud Carlos III publica cada semana un boletín epidemiológico en el que se recogen los datos de las Enfermedades de Declaración Obligatoria (22). El último publicado corresponde a la semana 27 (la semana que terminó el 05/07) y en las diferentes enfermedades, a excepción de dos, hay una disminución en torno a la mitad de casos detectados.
Estos datos corresponden a los que se han acumulado durante todo el año hasta el 5 de julio. Sin embargo, en los datos de casos detectados de la última semana, la 27, la bajada es aún mayor. En enfermedades como la varicela el año pasado, en el mismo periodo de tiempo, se detectaron 1.039 casos. Este año 102. Ocurre lo mismo en el resto: 63 casos de los tres tipos de tuberculosis en 2019. 13 este año. 223 de parotiditis, 14 en 2020. Además, en ocho enfermedades no se ha detectado ningún caso.
El Instituto de Salud Carlos III pide que estos datos se considerarán aún "provisionales" por la situación derivada de la pandemia. Sobre todo, en las enfermedades en las que no se ha detectado ningún casi porque puede deberse a "falta de notificación de algunas comunidades autónomas".
Aunque los datos de las comunidades tampoco apunta a un incremento, al menos, en las siguientes semanas. El informe epidemiológico de la Comunidad de Madrid de la semana 30 (la que finaliza el 26 de julio) destaca también por el descenso de casos.
Las hipótesis entre los expertos sobre lo que puede estar ocurriendo son varias, aunque hay un punto en el que coinciden: la sobrecarga de trabajo en Salud Pública por el estudio de contactos del coronavirus limita la labor de sus profesionales.
"La covid ha desbordado los servicios de Salud Pública, sobre todo a los que se dedican a las enfermedades infecciosas. Las últimas crisis de salud pública en España han sido por estas enfermedades, pero parece que se creía que eran cosas del pasado y por eso hay poco personal dedicado a esto. Los compañeros de muchas partes de España comentan que están desbordado por la covid y sobre el resto de enfermedades no se puede hacer nada, casi nada o sólo lo más urgente", explica Joan Caylà, epidemiólogo y presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona.
Como señala Caylá, y se ve en los datos, en enfermedades como la tubercolosis suele haber una mediana de casos similar año tras año. Disminuciones o aumentos del 5%, pero nunca de cambios que ronden el 50%, como ocurre en varias enfermedades.
María Urtasun Lanza, enfermera investigadora en salud pública y epidemiología y vocal de la Asociación Madrileña de Salud Pública (AMaSaP), también baraja esta hipótesis entre las posibles para explicar la disminución de casos: "Estas enfermedades se detectan en Atención Primaria y después se notifican a Salud Pública. Puede que en uno de los dos eslabones se esté fallando o retrasándose. Es decir, puede que se esté detectando menos o que solo se esté notificando con más retrasos".
Hay otras hipótesis que también afectan y señalan desde AMaSaP: "Las medidas no farmacológicas implemetnadas también influyen en la (no) transmisión de varias enfermedades infecciosas. Y también el acceso al sistema y, por tanto, su detección ha sido menor. Por otro lado, el confinamiento ha descendido otras patologías infecciosas. Por ejemplo en ITS ya se espera un repunte en los próximos meses".
"El daño colateral de una epidemia es importante"
Caylà destaca que por consecuencias como esta habría sido muy importante incorporar en la desascalada más rastreadores: "No estaríamos como estamos y este personal no habría tenido tanto trabajo con la covid pero nos podríamos haber puesto al día con las Enfermedades de Declaración Obligatoria. Da la falsa sensación de que han disminuido mucho, pero puede acabar siendo otro desastre".
Pedro Gullón, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, recuerda la situación vivida en los hospitales durante la pandemia para entender el riesgo si no se refuerzan lo suficiente los servicios de vigilancia: "Seguramente hubo un aumento de mortalidad no sólo por muerte por covid, también por enfermedades que se dejaron de atender y por la saturación. Es muy probable que si ahora estos servicios se saturan se puedan provocar brotes de otras enfermedades infecciosas que requieren control por parte de los servicios de vigilancia". Algo que no se debe perder del foco. Como señala Urtasun: ""El daño colateral de una epidemia es importante. En crisis del ébola en África se ha visto que el exceso de mortalidad no venía solo del ébola, la mortalidad materna también se dispara".
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