Los sanitarios, la punta de lanza del sistema nacional de salud para frenar la pandemia del coronavirus, se han visto afectados por el sostenido aumento de contagios de las últimas semanas. En total, ya son 116.207 contagios desde la irrupción del coronavirus y solo en diciembre se han contabilizado 13.524 casos. Los datos respecto al mes de noviembre son muy elevados. Su protección debería ser primordial, pero los propios gobiernos han reconocido, mediante la flexibilización de las cuarentenas, que de aislar correctamente a todos los sospechosos de contagio la sanidad pública terminaría por colapsar de manera mucho más abrupta.

Estos contagios de profesionales sanitarios derivan en bajas y los compañeros  tienen que asumir cargas de trabajo duplicadas. Un elemento más que complica y acentúa el funcionamiento de las urgencias y atención primaria. Además, según los datos del Ministerio de Sanidad, se desconoce el origen de la mayoría de contagios, por lo que no hay rastreo eficaz que impida el seguimiento o corte de raíz la cadena. De 116.207 contagios analizados, se desconoce el origen en 46.393 (el 39,92%). 

Tras nueve semanas al alza y con un número de contagiados al día nunca visto antes, las defunciones en los últimos siete días han sido de 300 personas y la saturación de la atención primaria es un clamor desde varios puntos de España. El colapso se acentúa con las bajas y según la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) en los centros de salud de España durante la sexta ola han trabajado solo el 79,19% de las plantillas asignada. Uno de cada cinco sanitarios no estaba disponible por baja laboral o vacaciones, y no hubo refuerzos para ello.

En cuanto a los brotes entre profesionales de la salud durante la sexta ola, Navarra, Galicia y Aragón son las comunidades donde más contagios hay notificados. Desde la última quincena de diciembre, en España ha habido 7.341 casos confirmados, 4.000 de ellos identificados entre Nochebuena y Nochevieja.

Mientras otras comunidades como Euskadi reportan solamente dos contagios entre sanitarios en esas mismas fechas, la cifra es especialmente alta en regiones como Castilla y León (466) o País Valencià (519), esta última, la comunidad con más casos identificados de España. Por ejemplo, en Catalunya hay unos 2.500 sanitarios de baja en la actualidad (por covid o cualquier otro motivo), según datos del Departamento de Salud de la Generalitat, lo que supone un 5,2% del total de la plantilla de la región.

Un aumento de contagios notable desde noviembre

La comparativa de contagios frente a la última quincena de noviembre es tremendamente llamativa. Entre esas fechas se notificaron en toda España 1.921 contagios entre sanitarios. La ola ha ido en aumento y el resultado es que un mes después hay más del triple. 

Durante el mes de diciembre produjeron un total de 29.182 contratos en la sanidad, pero no compensan las 58.536 bajas tramitadas desde septiembre, por lo que el déficit de sanitarios, simplemente contando las bajas, es de 29.354 frente al que correspondería, según CSIF. Eso sin contar las ausencias estructurales de las que los sindicatos adolecen y denuncian. 

El personal sanitario fue de los primeros grupos de población en recibir la tercera dosis de las vacunas, precisamente para protegerles frente a la constante exposición del virus (a más exposición, más probabilidades de carga vírica) y para evitar que sus contagios y bajas derivaran en problemas en las plantillas. 

Humberto Muñoz, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO, habla de agotamiento en las plantillas: "A la falta inicial de equipos de protección individual (EPI), causa fundamental del contagio masivo de profesionales ocurrido al principio de la pandemia, hay que añadir posteriormente la falta de refuerzo de las plantillas, que van viéndose diezmadas paulatinamente por los contagios, el cansancio y la falta de continuidad de los contratos covid, miles de los cuales terminaron a finales de octubre y no fueron renovados por diferentes administraciones autonómicas".

Los contagios desembocan en bajas y agotamiento, el cuál se denuncia desde todos los sectores sanitarios: "Los contagios provocan disfunciones en el normal desarrollo de la actividad de los servicios, principalmente porque el personal tiene que trabajar largas jornadas, doblar turnos y ver sus días de descanso e incluso sus vacaciones pospuestas, lo que influye negativamente en la salud física y mental, y en el nivel de concentración y alerta que este personal necesita mantener para desempeñar con seguridad en cuanto a prevención de riesgos laborales su trabajo".