Este artículo se publicó hace 4 años.
AndalucíaCondenado a 20 años un profesor por abusos sexuales a menores en un juicio sin acusación particular
La Orden Franciscana a la que pertenece el sacerdote ha anunciado que recurrirá la sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba y sigue refiriéndose a las menores como "presuntas víctimas". Las familias de las menores no se personaron como acusación particular por lo que han tenido que ser defendidas por el Ministerio Fiscal.
Madrid-Actualizado a
La Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a un profesor de un colegio religioso de la capital a un total de 20 años de cárcel por considerarle autor de cuatro delitos continuados de abuso sexual sobre menores de 13 años, con "prevalimiento" de su condición de profesor. En la sentencia, el magistrado Francisco de Paula Sánchez Zamorano destaca el "grado de profunda desprotección en que las menores se hallaban" ya que "hasta sus propios padres estaban tentados de conceder más fiabilidad al adulto que de ellas estaba abusando, incluso cuando una se lo revelaba".
Le impone por cada delito cinco años de prisión y la pena de inhabilitación para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular con menores, hasta doce años después de su salida de la cárcel, "dado el riesgo especial que, por su dedicación habitual, no sólo a la enseñanza, sino dentro de la labor sacerdotal, de contacto con menores, pueden revestir sus posibles actividades de futuro", según detalla la sentencia. El imputado es un cura de la Orden Franciscana, como adelantó ayer Cordópolis. La Orden ha anunciado que recurrirá la sentencia y sigue refiriéndose a las cuatro menores como "presuntas víctimas", además de afirmar que no contempla la exclusión del fraile "una cosa es el proceso civil y otro el canónico", según ha declarado a EL MUNDO.
En 2014, el colegio lo cesó de su puesto pero ni el colegio ni los padres decidieron denunciar
Las víctimas son todas menores de 13 años y sufrieron estos abusos cuando el cura les invitaba a ir a su despacho a "por chuches" o cuando, en clase, las sentaba sobre sus rodillas para corregir las tareas o se quedaban con él a solas durante el recreo.
De las seis víctimas, una de ellas sufrió otro episodio de abusos en un campamento organizado por el colegio. Estos hechos se remontan a 2014 cuando, con la excusa de ir a por golosinas para el resto de niños, ella y otra menor lo acompañaron a una sala, donde les pidió que se sentaran en sus rodillas. Mientras que una consiguió zafarse, la otra no pudo escapar y sufrió abusos sexuales. Por aquel entonces tenía 11 años, según informa la sentencia.
Tras finalizar los campamentos, la menor contó a sus padres lo que había ocurrido, quienes remitieron al centro una carta instando al director a tomar una decisión. El 2 de diciembre de 2014, el colegio lo cesó de su puesto. Sin embargo, ni el colegio ni los padres decidieron denunciar a pesar de que la menor tuvo que ser derivada por su pediatra a la Unidad de Salud Mental por la "profunda repercusión" que los abusos habían tenido en ella, "reflejando los efectos en su comportamiento, consistentes en un sentimiento de angustia respecto al lugar, miedo a los hombres, bajada de rendimiento y un trastorno de adaptación en seguimiento, que acaba remitiendo y desaparece cuando el centro toma medidas".
Los abusos tuvieron una profunda repercusión en ella, traducidos en "un sentimiento de angustia, miedo a los hombres y un trastorno de adaptación"
El inicio del procedimiento judicial que ha acabado condenando al sacerdote se produjo en mayo de 2019, cinco años después de los primeros abusos. En aquella fecha, la menor y su clase estaban organizado su fiesta de graduación cuando sus compañeros propusieron invitar al cura, aunque ya no era su profesor. Esto provocó de nuevo el sentimiento de angustia que ya había diagnosticado la Unidad de Salud Mental al inicio de su tratamiento.
El hecho de encontrarse aquel día con el que había sido su abusador -aunque la dirección del centro le aseguró que eso no iba a suceder- provocó en ella una ansiedad que le llevó a un gran estado de embriaguez durante un día de la Feria de Mayo de la capital cordobesa. Cuando fue asistida por agentes de la Policía Local, les reveló los hechos, lo que llevó a la Policía a iniciar de oficio la investigación, ha informado EL MUNDO.
La Orden Franciscana a la que pertenece el sacerdote ha emitido un comunicado en el que ha anunciado que interpondrá un recurso de apelación ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.A pesar de la sentencia, la congregación sigue refiriéndose a las menores como "presuntas víctimas", toda vez que el tribunal ha considerado probado los abusos sexuales a las que fueron sometidas.
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