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Catalunya encarrila una campaña de incendios "súper extrema" con menos focos y hectáreas quemadas que en 2022

Hasta agosto ha habido unos ochenta incendios menos, que han dejado más de 1.378 hectáreas forestales quemadas, lejos de las 2.553 del año pasado.

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Imagen del incendio forestal que afectó este verano a los municipios de Colera y Portbou (Girona), cerca de la frontera con Francia,. — Lorena Sopêna / Europa Press

BARCELONA,

Los incendios siguen siendo un problema de primer orden en Catalunya como en el resto del Mediterráneo: año tras año se hace hincapié en la necesidad de gestionar los bosques, y año tras año se lamentan la falta de recursos en la gestión forestal.

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Pero después de un 2022 marcado por varios fuegos -entre los que destacan los de Artesa de Segre (comarca leridana de la Noguera) en junio y del Pont de Vilomara (comarca barcelonesa del Bages) en julio-, este 2023 está registrando unos ochenta incendios menos que la pasada, campaña según los datos de finales de agosto, pese a las altas temperaturas.

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Desde principios de año y hasta el 27 de agosto se han producido 493 incendios en Catalunya

En concreto, desde principios de año y hasta el 27 de agosto se han producido 493 incendios en Catalunya, según los datos accesibles en la web del Departament d'Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural. En total, han dejado más de 1.378 hectáreas forestales quemadas (suma de las arboladas y no arboladas, pero con las no forestales aparte), lejos de las 2.553 del pasado año.

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El año pasado, desde enero hasta el 31 de agosto, fueron 577 los fuegos registrados, 84 más que este año, con especial afectación en las comarcas del Bages y el Alt Empordà (Girona). Este año, el incendio más destacado ha sido el de Portbou a principios de mes, que dejó 516 hectáreas forestales quemadas. Los de Artesa de Segre y Pont de Vilomara quemaron más de 2.500 y 1.420, respectivamente, el año pasado.

Aparte del fuego de agosto en Portbou, también cabe destacar otro incendio en la misma zona a mediados de abril, que quemó más de 135 hectáreas forestales. Otros destacados este año han sido el de marzo en Canejan (Aran) con más de 303 hectáreas quemadas y el de la Granja d'Escarp (comarca leridana del Segrià) a mediados de abril, con 126 hectáreas afectadas.

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Si nos fijamos en la superficie forestal quemada, el Alt Empordà destaca con 658 hectáreas este 2023. Siguen Aran con 303 y el Segrià con 131 hectáreas aproximadamente, debido esencialmente a dichos fuegos. Por debajo del centenar se encuentran el Baix Penedès con 55, el Baix Ebre con 48, el Baix Camp con 37 (todas ellas en la provincia de Tarragona), la Noguera con 27 y el Alt Camp (Tarragona) con cerca de 22 hectáreas.

Campaña madrugadora y muy intensa en febrero y marzo

La campaña actual ha sido madrugadora, "súper intensa" en los meses de febrero y marzo, con "comportamientos súper extremos" y "muy peligrosos"

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El jefe de los Bombers de la Generalitat, David Borrell, apunta que la campaña actual ha sido madrugadora, "súper intensa" en los meses de febrero y marzo, con "comportamientos súper extremos" y "muy peligrosos", marcados por grandes velocidades del viento y el fuego, como el de la Granja d'Escarp.

El aire caliente proyectaba partículas incandescentes que terminan generando focos secundarios, que llegaban a caer hasta a 2 km y medio del fuego, asegura el responsable.

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El jefe de Bombers de la Generalitat, David Borrell, en una imagen de archivo. — Norma Vidal / ACN

En medio de una temporada peligrosa y "anormalmente intensa" fruto de la sequía acumulada de 2020, en mayo y junio se produce un "giro radical". "Las lluvias corrigen la situación que parecía que iba a ser desastrosa, y entramos en una campaña forestal normalizada", pese a haber sufrido "el peor junio y agosto en cuanto a temperaturas y sequía", explica Borrell, que destaca las 576 hectáreas quemadas en Portbou.

Borrell: además de las lluvias de abril y mayo, hay que poner en valor el sistema de extinción de incendios de Catalunya

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Si lo comparamos con la pasada campaña, que haya habido menos incendios y no haya habido "una situación catastrófica" se debe principalmente a las lluvias de abril y mayo, que "moderan el riesgo". Borrell también pide poner en valor el sistema de extinción de incendios de Catalunya, un sistema en red coordinado por Bombers, "que nos hace distintos a los vecinos".

El responsable también apunta la coordinación con Mossos d'Esquadra y Protecció Civil y la "mejora continua" de la labor de Bombers, apostando en los últimos años por "muchos confinamientos preventivos de urbanizaciones".

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Por último, pide poner "muy en valor el comportamiento muy maduro de la ciudadanía", que en los episodios de riesgo tiene "mucha conciencia". "Cuando hemos hecho llamamientos, nos ha ayudado muchísimo a minimizar el número de incendios", celebra.

"Si no llueve de forma abundante, cuando tengamos viento todavía sufriremos"

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Borrell advierte de que la campaña no puede darse por cerrada, aunque ahora las noches se alarguen y haya menos horas de insolación: "Las campañas de incendios se van alargando, más en situación de sequía". "Si no llueve de forma abundante, cuando tengamos viento todavía sufriremos", asegura el jefe de Bombers señalando especialmente las zonas del sur de Catalunya.

Una tendencia decreciente

Si nos fijamos en los últimos años, Catalunya ha sumado 6.491 incendios entre 2022 y 2011, es decir, una media de 649 incendios por año. Por tanto, cabe destacar que en 2023 todavía tiene margen para no llegar a esta media, mientras que en 2022 tampoco llegó.

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En estos diez años, las comarcas más afectadas han sido especialmente el Alt Empordà con más de 10.000 hectáreas quemadas y la Ribera d'Ebre con más de 8.100. En total se han quemado más de 37.200 hectáreas, una media de 3.720 anuales.

El más destacado ha sido el de La Jonquera (Alt Empordà) de julio de 2012 con 8.730 hectáreas quemadas. Los otros destacados son los de la Torre del Espanyol de junio de 2019, con 3.281, y el de Rasquera (los dos municipios en la comarca de la Ribera d'Ebre) de mayo de 2012 con 2.735, seguidos ya de los dos citados de 2022.

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"A medida que somos más eficientes como sistema, más se carga el bosque. De forma macro, no tenemos una mejora en la gestión forestal"

Pese a esta tendencia, Borrell señala una "paradoja". "A medida que somos más eficientes como sistema, más se carga el bosque. De forma macro, no tenemos una mejora en la gestión forestal. El aprovechamiento del bosque no va en aumento, todo lo contrario. Muy rara vez ganamos campo en el bosque", lamenta el responsable.

Pide un sistema de aprovechamiento y gestión forestal, para evitar que los bosques se carguen de "combustible" y se comporte "más violentamente" en un incendio. "Cada vez tendremos más situaciones de éstas, ya que se agravan por el mismo cambio climático y porque no existe una gestión macro en cuanto a incendios. La tendencia no es mejor", advierte.

El jefe de Bombers destaca la "mejora potente" que han realizado tras el análisis anual de las últimas campañas. Explica que ahora se focalizan en "el ámbito de la estrategia y el mando para acabar siendo más eficientes", así como en la "buena toma de decisiones".

"No puedes ir detrás del fuego como hace 10 o 15 años. La gestión estratégica y de inteligencia es lo que nos tiene que manejar por delante"

"No puedes ir detrás del fuego como hace 10 o 15 años", destaca insistiendo en los ejes de confinamientos y la priorización de determinados flancos de un fuego, en detrimento de otros. "La gestión estratégica y de inteligencia es lo que nos tiene que manejar por delante. Lo tenemos mal porque, con el cambio climático, la tendencia es muy clara, y en la gestión no hay un cambio sociológico suficientemente potente para centrar esfuerzos en el medio rural", lamenta.

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