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Bruselas quiere acabar con la tiranía de los SUV, los coches más contaminantes y más vendidos

La presidenta de la Comisión de Transporte del Parlamento Europeo lanzó una propuesta para frenar el reinado de los todoterrenos urbanos.

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Imagen de un SEAT Ateca en la CASA SEAT de Barcelona, Catalunya. — Pau Venteo / EUROPA PRESS

madrid, Actualizado:

La presidenta de la Comisión de Transporte del Parlamento Europeo, Karima Delli, ha lanzado una propuesta para frenar el reinado de los SUV –todoterrenos urbanos– en las carreteras del viejo continente. La eurodiputada quiere que este tipo de coches, más grandes, más pesados y más contaminantes, estén sujetos a una regulación específica, de tal forma que los conductores europeos tengan que sacarse un carnet específico para pilotar estos vehículos y cualquiera que pese más de 1,8 toneladas.

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El SUV al que tiene en el punto de mira Bruselas, es un vehículo con una carrocería con ruedas grandes y mayor altura de conducción, muy parecido a un todoterreno pero con las ventajas de un coche urbano. Este tipo de vehículo suele tener una apariencia robusta y deportiva que inspira diversión y aventura. Su aspecto ha disparado las ventas en todas las marcas de coches.

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"Los turismos pesados y los SUV no sólo ocupan más espacio y son menos eficientes energéticamente, consumiendo más combustible y produciendo un mayor nivel de emisiones, sino que en términos de seguridad vial tienen más probabilidades a estar sujetos a colisiones que los turismos ligeros, con consecuencias mucho más graves. El permiso de categoría B no es del todo adecuado para los turismos más pesados", sostiene el informe presentado para modificar la directiva sobre permisos de conducir.

La propuesta de la presidenta de la Comisión de Transporte de la Eurocámara habla de un nuevo permiso de conducir que sería denominado B+. A esta categoría sólo podrían acceder los ciudadanos de más de 21 años y que, además, tengan una experiencia mínima de dos años con el carnet B que permite conducir turismos ligeros. 

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Carmen Duce, responsable de Transporte en Ecologistas en Acción, celebra la iniciativa y califica el auge de los vehículos SUV como "uno de los mayores absurdos" de la historia del sector automovilístico. La industria, dice, "ha conseguido convencer a la gente de que es mejor comprarse coches cada vez más grandes y eso ha hecho que los coches hayan duplicado su masa y su peso, incrementando así el consumo de combustible y agravando los problemas de espacio público, ya que ocupan más para aparcar", argumenta.

El SUV ocupa la mayor cuota de mercado en la mayoría de países de Europa. En el último año, el 58% de las matriculaciones fueron este tipo de vehículos, según los datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).

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Un informe de la Agencia Internacional de Energía publicado en febrero revelaba que a medida que las ventas de estos todoterrenos urbanos crecen, suben las emisiones vinculadas al tráfico a nivel global. En total, todos los SUV emiten anualmente cerca de mil millones de toneladas, una cifra de CO2 que situaría a este tipo de coches en el puesto número seis de la tabla de países más contaminantes.

Las cifras de un estudio de la organización europea Transport & Environment (T&E) revelan que, de media, los SUV emiten 132 gramos de CO2 por kilómetro recorrido (g CO2/km), mientras que los utilitarios convencionales emitirían 118 g CO2/km).

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La propuesta afecta a los eléctricos

La propuesta no hace distinción entre SUV eléctricos y de combustión interna. De hecho, si saliera adelante el texto que ha lanzado la eurodiputada Delli, los coches cero emisiones que pesaran más de 1,8 toneladas y no fueran tipo todoterreno también estarían obligados a conducirse con el nuevo carnet.

Los ecologistas comparten la iniciativa, pues entienden que los vehículos eléctricos pesados, aunque no liberan los mismos gases de efecto invernadero, prolongan el problema del uso del espacio público. Duce reclama que se agregue a estas propuestas un cambio en la fiscalidad que permita grabar más la compra de los coches en función de su tamaño. "Esto es algo que ya se ha planteado en París, Lyon o Bruselas, donde se busca tarificar más por el espacio que se ocupa en las calles. En España la fiscalidad se paga en función de la potencia del motor y se debería añadir el factor masa", zanja la ecologista. 

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